Universidad

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Fernando Cajas

El intento de golpe de Estado se pudo dar porque había una institución clave cooptada desde hace tiempo: La Universidad Nacional, la de San Carlos, USAC, que los revolucionarios del 44 nos la entregaron autónoma, autonomía que perdimos en manos de rectores entreguistas, léase, los últimos: Estuardo Gálvez, Murphy Paiz y el cínico de Walter Mazariegos, el peor de todos. Este último, hizo todo para tener un representante de la USAC en la corte de constitucionalidad aliado a Giammattei, eliminando a la representante legalmente electa, Gloria Porras. Especialista en fraude, Mazariegos escribió un cuento chino para que el ministerio público hiciera una investigación ridícula que llamó USAC: Botin Politico, que resultó ser su tumba. Las universidades de alguna forma han sido cómplices en el intento de golpe, aunque no todas.

                La Universidad Nacional fue conceptualizada como una institución autónoma capaz de auto gobernarse y de dirigir la educación pública superior, pero no ha creado siquiera un sistema de educación superior como tal. El énfasis se ha puesto en licenciaturas, lo que yo he llamado licenciatitis. El problema de no contar con un sistema de educación superior es grave porque no se promueven, porque no existen, carreras cortas, de uno o de dos años de estudios superiores que puedan cursar estudiantes y rápidamente encontrar trabajos pertinentes, para luego seguir estudiando si así lo desean. Estas carreras cortas son fundamentales considerando que las licenciaturas resultan caras, son muy largas por la burocracia interna de las universidades y por tener un modelo universitario que ha sido rebasado por su tiempo.  Para entender este grave problema hay que notar que la carrera de derecho de la USAC tiene una eficiencia terminal del 4%. La eficiencia terminal es el cociente entre el número de graduados y el número total de estudiantes de esa cohorte. En derecho de la USAC solamente 4 de cada 100 se gradúan en el tiempo que dice el currículo.

                Estos índices desastrosos universitarios no son únicos de la carrera de derecho. Ingeniería civil de la USAC, una carrera acreditada internacionalmente tiene una eficiencia terminal de 8%, esto es, solamente 8 de cada 100 estudiantes se gradúan en el tiempo que dice el currículo, lo que es un desastre y un uso lapidario de los recursos públicos. Es como tener una empresa, por ejemplo, de transporte de Quetzaltenango a Ciudad de Guatemala, que, de cada cien viajes de Xela a Guate, solamente cuatro llegan a tiempo. Pero el caso de la eficiencia terminal no es único, otro es el tiempo de graduación. Derecho tiene el récord con 18 años, casi dos décadas como tiempo promedio de graduación, ingeniería 8 y arquitectura 9 años según informes propios de la USAC.

                Estos indicadores no son únicos de la Universidad Nacional, las privadas también tienen serios problemas. Junto a eso, la USAC y las privadas, se han politizado, específicamente las universidades que participan en las comisiones de postulación. Esto significa que las universidades han abandonado sus funciones principales. Una excepción es la Universidad del Valle la que se convirtió en el referente científico de Guatemala. Las universidades al final se convirtieron, en el mejor de los casos, en subsistemas escolares, y en el peor, en guaridas para politicastros que las han cooptado tal el caso del narco rector Walter Mazariegos, el rector de la lista Engel, la lista de corruptos, quien dirige la universidad más importante de Guatemala. Así que se puede decir que hay problemas estructurales de fondo que han convertido a las universidades guatemaltecas sino en un fracaso social si en un negocio frio que vende títulos y hasta espacios políticos para negociar puestos en las cortes y en la contraloría.

El proceso de reconstrucción del país pasa por la reconstrucción de la universidad pública, la cual, como el ministerio público, está totalmente cooptada.  La Universidad es estratégica para un replanteamiento de la sociedad guatemalteca. Para eso sugiero la siguiente estrategia:

  1. Conceptualizar el sistema de educación superior de Guatemala creando carreras cortas de uno o dos años.
  2. Replantear la educación técnica superior.
  3. Formular un sistema permanente de formación docente del profesor universitario basado en investigación científica.  
  4. Estudiar científicamente cada programa ofrecido por San Carlos para ser mejorado o eliminado.
  5. Crear un nuevo grupo de carreras técnicas alrededor de las grandes necesidades de la sociedad guatemalteca.
  6. Reorganizar al profesorado universitario para que participe activamente en la recuperación de la USAC y en el planteamiento de rutas de liberación.

La estrategia anterior no está escrita en piedra, pero tiene por base una serie de reuniones y conferencias con distintos grupos que han querido transformar a la USAC por más de veinte años.

                Para comprender la estrategia hay que reconocer que el país tiene enormes problemas de agua, desnutrición, biodiversidad, energía, educación, justicia, salud, etc. En ese sentido el planteamiento aquí expresado sugiere cambiar la forma tradicional de construir programas universitarios a través de la copia de otros programas de otros países o el estudio de las demandas del mercado porque ambas formas están muy limitadas para resolver nuestros verdaderos problemas. La sugerencia es entender cada una de las problemáticas, nutrición y desnutrición, por ejemplo y entender las cadenas productivas asociadas en las comunidades especificas para crear programas cortos, eficientes, socialmente pertinentes que planteen soluciones sociales y donde los programas universitarios puedan colaborar no con carreras eternas sino con programas de docencias basados en la investigación local.

                La universidad como institución debe dejar de ser un sistema escolar repetitivo de entrega de títulos ineficientes y convertirse en un subsistema de la innovación cultural capaz de producir y usar ciencia y tecnología para la solución de problemas concretos de nuestra sociedad. El nuevo gobierno de Arévalo debe ponerle mucha atención a la Universidad Nacional para liberarla de las cadenas que la esclavizan. Hagámoslo. Si no es ahora, no será nunca Guatemala.

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