La guerra cibernética de Israel que diezmó a Hezbollah y cobró la vida de su líder Hassan Nasrallah
Alfredo Jalife-Rahme
chenta y cinco bombas Bunker Buster Bomb tipo GBU-31, con penetración hasta 30 metros bajo tierra, destruyeron seis edificios en el barrio chiíta de Dahye, en el sur de Beirut, y el cuartel general de Hezbollah en el piso 14 subterráneo donde se encontraba Hassan Nasrallah, líder de la guerrilla libanesa chiíta (https://bit.ly/4dpMMVO). Se maneja que la orden del fulminante ataque fue dada por el premier Netanyahu desde una oficina de la ONU (sic) en Nueva York.
Altos mandos militares de Israel afirman que Netanyahu se dirige a un cambio de régimen en Líbano
, similar a la invasión de 1982 con el general Ariel Sharon, lo cual tendría impactantes repercusiones en la nueva correlación de fuerzas en el mundo Árabe –si es que Irán mantiene su política de paciencia estratégica
de aquí a la crucial elección presidencial en EU en 37 días, y el diezmado Hezbollah, en pleno caos comunicativo/físico/militar, por fin deja atrás su fallida política minimalista de calibración
con 150 mil misiles de mediano y largo alcance aún sin ser utilizados– frente al maximalismo de Netanyahu. Amir Bar Shalom exulta que la “eliminación de Nasrallah es un golpe directo a Irán, y resucita la deterrence de Israel (https://bit.ly/3ZLMIN5
No hay que dar por derrotado tan rápidamente a Hezbollah cuya teología chiíta está imbuida de la cultura del martirologio del Califa Alí (https://bit.ly/4eBRNfL), primo hermano y yerno del profeta Mahoma (casado con Fátima), y de sus hijos Hasan (https://bit.ly/4dloxYV) y Husein muerto en Karbala (https://bit.ly/3Y0vrhP). Anthony Samrani, del francófono L’Orient-Le Jour –cercano al católico-maronita Samir Geagea, líder de las Fuerzas Libanesas
– comenta que todos los escenarios se encuentran en la mesa
cuando la gran incógnita es ¿qué va a hacer Irán?
, después de haber inquirido el grado de infiltración de Hezbollah
que “subestimó la fuerza y determinación de su adversario (https://bit.ly/4dp5ugo)”.
Han huido de los letales bombardeos de Israel en los barrios chiítas de Beirut-sur más de un millón que se han ido a refugiar a Siria.Pareciera que Netanyahu busca limpiar teológicamente
a los chiítas del sur del Líbano y la Bekaa con el fin de apoderarse del río Litani y los pletóricos yacimientos de gas frente a las costas de Tiro. El ex diplomático británico Alastair Crooke formuló la probabilidad de despoblar a los palestinos de Cisjordania para colocarlos en el sur del Líbano.
El analista belga Elijah Magnier (EM) analiza con lujo de detalle “cómo Israel preparó el asesinato de Hassan Nasrallah (https://bit.ly/4dpLlqo)” cuando empleó sus avanzadas tecnologías de guerra de la quinta y sexta generaciones para localizar y eliminar a los líderes de la resistencia en sus hogares o en sus puntos de reunión
mediante la acumulación y recolección durante los pasados 18 años de la amplia captura de datos mediante una combinación de inteligencia humana (Humint), señales de inteligencia (Sigint), inteligencia geoespacial (Geoint) y guerra cibernética de punta para exponer las vulnerabilidades de Hezbollah
–que está resultando menos resiliente
que Hamas en Gaza–. EM expone que Mossad y Aman (directorio militar de inteligencia) operan una compleja red de informantes, vigilancia técnica y sistemas analíticos de datos avanzados que alimentan en tiempo real la toma militar de decisiones
.
Destaca GEOINT para detectar búnkeres subterráneos, silos de misiles e instalaciones ocultas
, al unísono de la imagenología satelital de alta resolución, mejorada con algoritmos de inteligencia artificial
. Sería altamente improbable que Israel no haya gozado de la complicidad de EU –país con el mayor número de satélites en el mundo– mediante el ISR (Intelligence/Surveillance/Reconnaissance: Inteligencia/Vigilancia/Reconocimiento). En el tablero de ajedrez mundial, el hoy probable triunfo de Israel en Gaza y Líbano intenta aminorar la derrota de EU-OTAN en Ucrania frente a Rusia y así retardar el advenimiento de un nuevo orden multipolar policéntrico desdolarizado (https://bit.ly/3zGdZG7).
La Jornada