Era del posneoliberalismo: desglobalización con regionalismos

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Alfredo Jalife-Rahme

En el Olimpo de la anglósfera empiezan a digerir la inevitable desglobalización y sus regionalismos (). En este tenor, la lúcida Rana Foroohar (RF), columnista del Financial Times, sustenta con enorme realismo el panorama posneoliberal cuando “todas ( sic) las economías son locales”, en su ensayo al influyente Foreign Affairs (https://fam.ag/3CCNyiO) que constituye la síntesis de su reciente libro Homecoming: The Path to Prosperity in a Post-Global World ( Regreso a casa: la ruta a la prosperidad en un mundo posglobal, https://amzn.to/3vQXW2I).

La parte más impactante de su ensayo radica en su vaticinio de una bipolaridad geofinanciera: un sistema con base en el dólar estadunidense y otro en el yuan. Esto no es un asunto menor, cuando fenece el sistema Bretton Woods de 1944, que impuso el hegemónico dolarcentrismo, en el que la verdadera triunfadora de la Segunda Guerra Mundial, la URSS, descuidó ese rubro tan importante, lo cual dio pie al reinado financierista de la anglósfera durante 79 años.

RF trasluce que la invasión de Rusia a Ucrania tendrá consecuencias duraderas para las divisas y los mercados de capitales. Cita el ensayo de Nicholas Mulder El daño colateral de una guerra económica larga (https://fam.ag/3GTUZ7J).

Comenta que “China y EU competirán cada vez más en el reino de las finanzas, usando las divisas, flujos de capital y comercio como armas (¡ megasic!) uno contra el otro”, cuando los hacedores de la política en EU deberán considerar seriamente las implicaciones de esta extensa competencia, que afectará los valores de los activos, las pensiones y las políticas.

En el rubro de los mercados de capital se crearán nuevas alianzas y nuevas estrategias de crecimiento, ya que los mercados serán más sensibles a la geopolítica. En su rubro del mundo posneoliberal aduce que la des-globalización será acompañada por un número de tendencias inflacionarias (aunque la tecnología continuará siendo deflacionaria). Por lo pronto, se acabó el barato gas ruso cuando las recientes políticas de la Reserva Federal de EU “están poniendo un tope al dinero fácil ( sic), elevando los precios de bienes y servicios”.

Formula una sarcástica crítica al neoliberalismo: “Fue ingenuo ( sic) esperar que países con economías políticas salvajemente ( sic) diferentes respeten un solo régimen comercial” cuando los estadunidenses han usado modelos económicos caducos para tratar de dar sentido a su mundo que cambia rápidamente, que ni siquiera funcionó en la cúspide de la manía neoliberal en la década de 1990. ¡Hoy mucho menos, en el nuevo ecosistema geopolítico!

Fustiga el pensamiento económico convencional ( sic), ya que la desregulación, financiarización e hiperglobalización no son inevitables, y ahora “deberá abrazar el advenimiento de la regionalización y localización y trabajar para crear oportunidades económicas productivas para todos ( sic) los segmentos de la fuerza laboral” que enfatice la producción y las inversiones por encima de las finanzas basadas en deuda. Agrega que la gente debe ser vista como activos, no como pasivos en las hojas contables. ¡Cómo resuena el pensamiento del galo Thomas Piketty con su seminal libro El Capital en el siglo 21! (https://amzn.to/3Qrx6rz)

En efecto, RF demuestra que las políticas neoliberales crearon inmensas desigualdades en los países y llevaron algunas veces a flujos de capitales desestabilizadores entre ellos, ocasionando que la economía global se torne peligrosamente sin ataduras de las políticas nacionales.

Celebra al historiador económico austrohúngaro Karl Polanyi, quien desde 1944 –¡el mismo año del Bretton Woods!–, arguyó que el mercado libre totalmente era un mito utópico. Hoy existe consenso entre los académicos de que los factores específicamente geográficos, como la calidad de la salud pública, la educación y el agua potable tienen importantes implicaciones económicas. Hoy regresa la política, que es consustancialmente local y tendrá fuerte impacto en la economía.

http://alfredojalife.com

Fuente La Jornada

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