Encuestas electorales o alegrones de burro

Zurdo

Miguel Ángel Sandoval

¡Ojo, hoy leí dos encuestas “serias” con resultados claramente opuestos!

Utilizando un viejo dicho mexicano se dice que la “caballada está flaca” por los candidatos en el proceso electoral que ya arrancó con bombos y platillos, aun antes de la convocatoria oficial, que en verdad no sirve de mucho o mejor, a todo mundo le vale. Total, si ahora se cancela un partido o se elimina un candidato por el motivo que sea, todo mundo gritará al unísono: fraude. Y eso no lo aguanta nadie, ni siquiera el desprestigiado TSE. No importa si es por evidentes violaciones a la Constitución o por asuntos vinculados a la Contraloría o, a procesos penales o del tipo que sean y que se encuentren pendientes.   

Si, por ejemplo, estuviéramos viviendo un régimen de legalidad y respeto por las instituciones quizás se impediría que la hija del genocida participara como candidata, o que un pastor de la iglesia que sea fuera nominado, o que alguien con manejos poco claros en el uso de fondos públicos fuera inscrito como candidato a lo que fuera, presidente, alcalde, diputado. Pero como dicen los dichos populares que son sabiduría concentrada, “a mis amigos la comprensión y la ley, a mis enemigos la ley a secas” y agregaría, con jueces a modo. Pero estos temas no son el motivo principal de esta columna, con todo y lo importantes que son. La preocupación va por otro lado.  

Tomando en consideración que las candidaturas no despiertan pasiones y que la legalidad o el respeto por la Constitución no pasa por su mejor momento, ahora el terreno de las elecciones se trasladó a las mega vallas que con pretexto de afiliación se ponen en donde sea, al tiempo que revelan quien tiene más plata para gastar en esa forma de propaganda electoral, que no de afiliación, para tratar de ganarse espacios en el negocio político de la res-pública. ¡¡Al grado que tenemos 29 partidos inscritos y listos a nominar candidatos y 19 en proceso de inscripción!! Si esto es ilegal no importa, si es retorcer la ley tampoco importa. Total, el TSE vigila.   

Y el otro gran tema es el de las encuestas. Falsas o más o menos reales, pagadas o parte de un trabajo de investigación de mercado, pues no se considera que sea de intenciones políticas, pues lo que se pone en juego es si tal producto electoral tiene o no tiene aceptación, como los jugos o las pastas dentales. Así estamos de jodidos. Es la guerra de las encuestas. Y mientras la empresa tenga los nombres más raros y mejor si es inglés, la muestra se considera buena. Con las muestras que los favorecen, los candidatos que encabezan pueden perfectamente ir en busca de patrocinadores con la encuesta en mano. Y luego lo que ya sabemos.   

Es por ello el amplio terreno de las encuestas pedidas, pagadas, etc. En el inicio del proceso actual, han circulado una media docena de éstas. En alguna se puede ver que hay algo de seriedad, que hubo trabajo de campo, toma de muestras con alguna honestidad. En otras, como decía un político de trayectoria, se trata de encuestas de escritorio, que son hechas en algún caso por los propios políticos que necesitan tener alguna herramienta para salir a pasar el sombrero con los posibles financistas.  

Desde hace algunos años sabemos, con certeza, luego del informe de la Cicig, del financiamiento ilícito, de la forma ilegal de financiar candidaturas, y un largo etcétera. No estoy descubriendo el hilo negro o el agua tibia como se dice, solo me interesa subrayar que en la actualidad el terreno de las encuestas es lo menos objetivo que existe y lo más cercano a la denominación de farsa electoral para un proceso como el nuestro, a pesar de lo feo de la expresión.   

Por ello quizás sería más interesante, que antes de hablar de encuestas de dudosa procedencia, se discutiera sobre programas de gobierno, sobre la ideología de los candidatos (si es que la tienen) sobre la integración de los equipos de gobierno, sobre quien les da el financiamiento que no puede ser oculto ni bajo la mesa, etc. Sobre cuánto cuestan las mega vallas, o cual es el precio de las encuestas. Estos son los temas que deberíamos discutir, antes que resultados de encuestas de ocasión, chafas o semi chafas.   Ojo que hoy leí dos con resultados opuestos… 

telegram
Facebook comentarios