El negocio del amor: entre la necesidad y el lucro

Luis Roberto Ixcot
Cada 14 de febrero los hoteles, moteles y autohoteles en Guatemala, experimentan una de las temporadas más lucrativas del año. La celebración del Día del Cariño impulsa un aumento significativo en la demanda de espacios privados para encuentros íntimos, esto convierte a la industria hotelera en un negocio que capitaliza una necesidad humana básica: la intimidad. Sin embargo, detrás de este auge económico también surgen cuestionamientos sobre el acceso a la privacidad, educación sexual y explotación comercial del amor.
El mercado de la intimidad no solo responde a la demanda de parejas que buscan un espacio privado, sino también a la falta de educación sexual que existe en muchos sectores de la sociedad guatemalteca. En un país donde la sexualidad sigue siendo un tema tabú, casi todos los autohoteles y moteles se convierten en la única opción para muchas parejas que carecen de privacidad en sus hogares. Esto resalta una realidad social en la que la ausencia de diálogo abierto sobre sexualidad y, relaciones de pareja, contribuye a que estos negocios sean percibidos como una necesidad, más que un lujo.
Desde una perspectiva económica, esta industria genera empleo y dinamiza la economía en el sector de servicios. Administradores, recepcionistas, personal de limpieza y seguridad, entre otros, dependen de la actividad de estos establecimientos que encuentran en el Día del Cariño, una oportunidad para maximizar sus ingresos. Pero hay que tomar en cuenta que, también existen riesgos relacionados con la explotación, falta de regulaciones y, en algunos casos, hasta el uso de estos espacios para actividades ilícitas.
Uno de los aspectos más preocupantes es la falta de educación sexual en jóvenes adultos, quienes muchas veces llegan a estos establecimientos sin la suficiente información sobre prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no planificados. La ausencia de un enfoque integral en la educación, hace que la búsqueda de intimidad sea en ocasiones impulsada por la desinformación o la presión social en lugar de una decisión consciente y responsable.
Es fundamental que la sociedad guatemalteca promueva un diálogo abierto y responsable sobre la sexualidad. La educación sexual no solo permitiría que los jóvenes tomen decisiones informadas, sino que también podría reducir la dependencia de estos negocios como la única alternativa viable para la intimidad. Así mismo, podría generar una mayor conciencia sobre la importancia del respeto mutuo dentro de las relaciones de pareja.
El negocio del amor en Guatemala, es un reflejo de una sociedad que por un lado busca espacios privados para la intimidad y por otro evita discutir abiertamente sobre la sexualidad. Mientras estos establecimientos sigan siendo la principal opción para muchas parejas, su regulación y supervisión serán claves para evitar abusos y garantizar condiciones seguras. Labor que técnicamente le compete en primer lugar al Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat) y en segundo plano al Ministerio de Gobernación y a la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT); de quienes muy poca información se tiene sobre estos negocios.
Más allá de la rentabilidad de estos negocios, es importante reflexionar que el verdadero reto está en fomentar una cultura de educación sexual que permita a los jóvenes y adultos, tomar decisiones responsables informadas y libres de presión social. Solo así el amor y la intimidad podrán ser vividos de manera plena, sin que el comercio defina la manera en que se experimentan. Cabe resaltar que no hablamos solo de negociar con chocolates, flores, globos y otros detalles para el Día del Cariño, sino de lucrar con la intimidad de las personas y la intrínseca necesidad humana de satisfacer la sexualidad.
Finalmente, no está de más recordar que “el negocio del amor” en cuanto a la alta demanda de habitaciones en hoteles y autohoteles, no se limita exclusivamente al 14 de febrero de cada año, sino que también a otras fechas en las que el uso de estos comercios de servicios, se dispara en positivo para los propietarios de dichos negocios.
Luis Ixcot Periodista, comunicador y docente universitario; de sangre y raíces quetzaltecas, que busca contribuir con la libertad de prensa y de expresión.
