Planeación de los barrios I

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Omar Marroquín Pacheco
Naciones Unidas ha impulsado recientemente el derecho a la ciudad como una doctrina, todos los seres humanos tienen derecho a acceder a una vivienda digna. La cual debe ser provista de servicios públicos y próxima a oportunidades de empleo y generación de ingresos. Y seguido los barrios populares constituyen una respuesta al
generar una oferta de vivienda e infraestructura accesible para poblaciones de escasos recursos.


Pero al recorrer los quedan en evidencia sus falencias: viviendas precarias, falta de infraestructuras básicas, localización periférica o marginal; en algunos casos segregación del resto de la ciudad y en otros, además, fragmentación interna entre sus sectores habitados por vecinos con condiciones de vida muy diferentes.


Estos dos temas, segregación y fragmentación, suelen llevar a que los vecinos más pobres resulten enfrentados con sus vecinos más próximos, y todos terminan aislados del resto de la ciudad y de sus oportunidades de progreso.
Los barrios populares generalmente surgen como una urbanización de lotes baratos donde sus propios pobladores van construyendo sus viviendas. luego suelen sufrir o gozar según los casos, de la intervención del Estado construyendo pavimento, alguna escuela o sala de primeros auxilios y en algunas ocasiones también vivienda.


Sin embargo si en la ciudad no existe un planeamiento barrial que prevea una estrategia de generación continua de ofertas habitacionales económicamente accesibles, pronto surgirán asentamientos informales, villas miserias o procesos de interrupción de propiedades desocupadas, como resultado de la enorme demanda insatisfecha de lugares donde vivir.


Las malas condiciones de vida de estos vecinos justifican su reclamo permanente por la vulneración de sus derechos a vivir dignamente. Pero para que estos reclamos tengan respuestas efectivas y eficaces, y se puedan avanzar en la situación de su problemática es necesario un plan compartido como todos; un plan que articule los esfuerzos de los que sufren malas condiciones de vida, los que están en condiciones de aportar fondos y recursos y las autoridades a cargo de llevar adelante las acciones necesarias.


Es preciso entonces que los habitantes del barrio se reúnan para planear su desarrollo, incluyendo cuestiones como la necesidad de viviendas, infraestructuras, etc. y la protección de su historia, normalmente estas actividades son impulsadas en los barrios por individuos y organizaciones sociales que voluntariamente desarrollan actividades de promoción muy valiosas.


Pero un error frecuente es que tales personas y organizaciones tienden a trabajar en forma aislada, sin suficiente coordinación con otros grupos y, por esta razón su esfera de actividad queda limitada a espacios muy reducidos unas pocas manzanas alrededor de las cuales serealizan estas actividades, lo que dificulta la construcción de una identidad común que se expresa territorialmente en el barrio.


Es común encontrar en los barrios el concepto del hotel económico con vivienda autoconstruida y, la vivienda pública subsidiada por el estado. Y aparte entre estos distintos subsectores y ubican los servicios sociales públicos, como escuelas y centros de salud, espacios verdes, vinculándolo todo, el trazado urbano y el transporte público que conecta el barrio con el resto de la ciudad.


Aquellos habitantes que se asentaron en la zona ocupando y regularmente tierra privada o pública y enfrentan el peligro permanente de desalojo, los que pudieron comprar un lote donde edificar su vivienda con su propio esfuerzo de ahorros y los que sean beneficiarios de algún plan gubernamental que les provee de una vivienda terminada, como el caso de los complejos habitacionales, o de alguna solución habitacional como el mejoramiento de una
edificación obsoleta o un micro crédito etc..


Estas tres formas básicas de acceso al hábitat corresponden ciertamente a las modalidades de la informalidad del mercado y del Estado, generando áreas con características socio territoriales particulares que son fácilmente reconocibles.


Para planificar el desarrollo del barrio es fundamental entender su composición, identificando tipologías de sectores definidos según su nivel socioeconómico, la trama urbana, etc. ya que influyen en forma decisiva en el diseño de estrategias para favorecer el cumplimiento del derecho a la ciudad.


La insistencia con la cuestión del derecho a la ciudad radica en que sin un instrumento legal que enmarque el conjunto de esfuerzos gubernamentales, comunitarios y privados, dirigidos a mejorar en forma sostenida un barrio, la tarea se diluye sólo en buenas intenciones.


El urbanismo participativo, es en buena medida resultado de la introducción del enfoque de derechos humanos a la práctica del planeamiento urbano, implica elaborar a través de la participación de los vecinos reglas que estimulen su desarrollo y no que, por el contrario, terminan perjudicandolos.


Ya no se trata de qué un grupo decida en forma aislada el destino de una ciudad Barrios y que los vecinos sean objeto pasivo del planeamiento urbano sino que se transformen en sujetos activos e involucrados en las decisiones claves

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