La política de los chicharroneros

Zurdo

Miguel Angel Sandoval

La debacle de los “políticos” chapines es de antología. Debates con ideas o ideología no existen. Con ética, menos. El respeto entre diferentes es inexistente. Es el reino de los “políticos chicharroneros” aquellos que dicen orondos, “aquí solo mis chicharrones truenan”. Y ya sabemos lo que eso ocasiona. Eso es lo que está de fondo en el escándalo que recién tuvo lugar en un restaurante de la zona 10. Todo coincide en que al flamante jefe de fila de Vamos le dieron una tunda, que traducida a lo chapín se dice “le partieron el hocico”.

Para que el escandalo creciera un poco más, el innominado tuvo el mal gusto de hacer publico un videíto que da pena ajena, pues intenta decir que sus principios y su ética no le permiten mentir y que la verdad es que no paso nada, que todo es un mal entendido, y la colección de mentiras que todo mundo conoce y se ríe de las mismos. Mientras el humor corrosivo de las redes hace su agosto. Entre ratas y otros bichos, el morbo tiene su fin de semana hecho.

Igual a la farsa que protagonizaron hace unas lunas, dos personajes del bestiario chapín: el neto de Mixco y el tres quiebres de Ipala, que encima, luego de dos derechazos, el de Mixco con la trompa torcida, tuvo la brillante idea, de hacer de eso un afiche de campaña para su reelección. El colmo del mal gusto y de la catadura moral de estos personajes. Uno defecando en un video, otro habiendo afiches estúpidos. No creo que nos merezcamos eso.

Esa es la razón por la cual ahora y desde hace algunos años, el congreso sea denominado como el estercolero de la zona uno, o la porqueriza de la novena avenida. La altura de miras o los deseos de hacer un mejor país brillan por su ausencia en el famoso hemiciclo. Al personaje que le dieron la tunda, antes otro diputado lo había perseguido por los pasillos del congreso, filmando para una emisión en vivo, que llegó a la sociedad, que fue por un día, mas visto que todos los canales de TV juntos. Adelante fue el turno de las caletas en las oficinas de la presidencia de ese organismo.  Son la náusea, como lo escribió un filósofo francés, en un libro no dedicado a las porquerías del congreso, sino a temas filosóficos.

Pero lo más grave es que ello ocurre a ciencia y paciencia de todos. Delante de nuestros ojos, en TV, en “debates” de radio, y en ocasiones en artículos de opinión en los medios que publican estos. Esas son entre otras, las causas o razones por las cuales se ha convertido la política y a los políticos de nuestro país en algo menos que personajes deleznables, buenos para nada. En especial, por ser quienes hacen leyes, o fiscalizan a las autoridades de otros poderes del estado que tenemos.

Ahora que una mayoría de personajes de ese teatro del absurdo está molesta con el ejecutivo, por la simple razón que no rola las champurradas, que no da sobornos, o mordidas, en maletines ejecutivos, pues no se acepta la corrupción. Esa es la razón de la molestia. Ese es el fondo de la partida de hocico al cerdo del legislativo. Por otro que no es una perita en dulce, hay que decirlo, pues unos estaban en proceso de dejar el boicot pensando en el futuro que les podría esperar si perdían la apuesta. Ante ello, la protesta y las amenazas. Luego los golpes.

Fuera de los escándalos por aquí y por allá, de un conjunto de personajes que no merecen ni siquiera la pena ser mencionados por su nombre, está el drama terminal de los partidos políticos (perdón si se me desliza lo de partidos) pues en verdad son verdaderas gavillas, y por ello como digo en otras líneas, no hay sistema de partidos, ni partidos en sentido estricto. Es por ello que el país se acerca con pasos firmes a la refundación del sistema de partidos si es que queremos finalmente vivir en democracia. Los nombres de cada uno de los partidos, con alguna excepción, son en verdad ocurrencias.

Cabal, todos, vamos, valor, elefante, y otros tantos nombres del tipo, es debido a que no tienen ideología, principios, programa político, escuela de formación de cuadros en el pensamiento político de cada una de las formaciones. La verdad de esto, es que no tienen referentes y no son un referente para la sociedad.  Puedo estar de acuerdo de que ello es un fenómeno mundial, pero, siempre hay alguno, resulta que, en países con tradiciones políticas de años, si existen partidos políticos con ideario o ideología, programa político y el votante puede distinguir entre unos y otros, y no por las estupideces sino por los planteamientos políticos que los diferencian. Eso es algo que falta en nuestro país.

Ello es algo que caracteriza la casa embrujada de la novena avenida. Si se discutiera de manera apasionada por principios, por ejemplo, privatizar o no privatizar los activos nacionales y junto con ello se hiciera una argumentación sobre el modelo económico, pues se aceptaría. Aunque sin golpes y sin las burradas de la actualidad. O si se discutiera sobre la necesidad de frenar la especulación inmobiliaria, con argumentos sobre el uso de suelo, lo finito de los recursos acuíferos, las tasas de interés vulgares, la falta de los servicios acorde a los precios de estafa, y ello con argumentos, pues todos pensaríamos en un conglomerado político, no en un lio de clicas. No es el caso,

Ya vimos antes de la cena violenta, a diputados llegar drogados y borrachos al hemiciclo, o disparar amenazas veladas y no tanto, de curul a curul. Es larga la lista de agravios a la democracia en nuestro país. Y por tanto agravio es que ahora, como decía en otras líneas, es que crece la idea de depurar el congreso, pues no es posible tanto espectáculo denigrante y, sobre todo, no es posible tolerar que, vía el boicot y chantaje al gobierno actual, los diputados anden de perdonavidas por el país. Esto tiene que terminar.

Es por estas razones que ya se calientan las redes con la idea de depurar a los que en verdad merecen ser depurados, pues tanta mediocridad no es posible de soportar. Y saltan los integrantes del pacto de corruptos para decir que solo en las elecciones se puede hacer una limpia de la broza del congreso, pero mientras ello ocurre, la impunidad y desfachatez dicen que no se puede ser contemplativo y los depurables deben ser depurados, aunque esto parezca un argumento de lógica formal. Es otra de las razones para evitar las listas cerradas en las elecciones, o las razones por las que se exige cambios profundos en la ley electoral y de partidos. En fin, todo esto debido a una tunda o partida de hocico, ocurrida en un restaurante “fino”, protagonizada por personajes de las cavernas. ¡Mi país!

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