Hipótesis Golpista
Fernando Cajas
El pensamiento hipotético deductivo es la base de la ciencia moderna, pero una hipótesis no es cualquier tontería que se me ocurra. Si así fuera, la ciencia seria una sarta de tonterías y no lo es. Una hipótesis nace y crece a la luz de cierta evidencia que está enlazada a una teoría. Una teoría no es cualquier explicación sin sentido que se me ocurra, no. Esta relación entre teoría, evidencia e hipótesis es la base de la ciencia moderna. No sólo hacemos ciencia sino también sabemos, científicamente, cómo se aprende ciencia. Así que no venga un grupito de fiscales del ministerio público de un país bananero, que se auto denominan juristas, a querer imponer un nuevo método científico, confundiendo teoría con invento, evidencia con pruebas falsas e hipótesis con cualquier babosada.
Que los torpes fiscales no puedan entender lo que es una hipótesis solamente refleja que toda su licenciatura de derecho se la pasaron copiando y que si hicieron maestrías o doctorados estos son «patito», plagiados como el doctorado en derecho de Consuelo Porras. Ya vimos que la Universidad da Vincci se especializa en ofrecer derecho de mentiras. Han sido tan cínicos que han creado facultades de derecho solamente para estar en las comisiones de postulación de magistrados.
Confunden teoría con inventos y evidencia con creencia. La teoría, el marco teórico son las leyes, ellos, los golpistas del MP o no las usan o las abusan. Una hipótesis no es cualquier locura que se le ocurra a Consuelito, la alumna que siempre hizo trampa. Una hipótesis es una proposición que tiene algunas bases, incrustada en un marco teórico y capaz de ser demostrada o refutada con evidencia (Popper). Una hipótesis no es cualquier locura que se me ocurra, no. Ahora bien, entre tanto enredo natural o mal intencionado del MP, se les olvidaron varias cosas.
Primero, que ellos secuestraron ilegalmente documentación que únicamente puede tener el tribunal electoral y que, al perderse la cadena de custodia, esta evidencia ya no sirve para nada, para nada legal. Segundo, que ellos, no son tribunal electoral para pedir que se anulen las elecciones. Esos dos olvidos son parte de un olvido grande, que somos una república regida por una Constitución. Eso se les olvido al narco gobierno monárquico Giamattei-Martínez. En su mundo monárquico en el que viven parece que el puesto de reina se lo pelea Alejandra con Miguelita, ambas se creen reinas. Las reinas, creyeron esa noche del 25 de junio que dándole una llamada a los magistrados del tribunal electoral lograrían eliminar a Semilla. Como estaban borrachos, de poder, de coca, de alcohol, de sexo, de todo, simple y burdamente iniciaron la suspensión de Semilla. Esto es, el mismo 25 de junio. Eso si es evidencia. Es evidencia de un golpe de estado. ¿Por qué? Porque que casualidad que no investigaron a todos los demás partidos políticos. Empezaron su «hipotética» investigación justamente el día en que Semilla pasó a segunda vuelta para las elecciones presidenciales; que coincidencia.
Ahora esta pseudo investigación del MP: ministerio público, posiblemente será enviado al tribunal electoral quien no sabemos que dirá. En los últimos meses el TSE: Tribunal Supremo Electoral se ha dado varios baños de pureza, hasta hubo una magistrada que se lanzó al suelo, dando el show de que custodiaba las actas en aquel fatídico, pero arreglado allanamiento al TSE, opino yo, cuando se llevaron las boletas mismas en las que elegimos a Bernardo Arévalo y Karin Herrera. Pero antes el tribunal electoral bailó con el pacto de corruptos, antes, en la elección anterior cuando no inscribieron a Thelma Aldana y ahora cuando no inscribieron a tres candidatos, que parecían que podían ganarle al condenado, que al final perdió.
O sea, yo no me he tragado el cuento de que el TSE es el guardián de nuestra democracia. Más creo, y he escrito sobre eso, que ya no hay instituciones en las que crea el pueblo de Guatemala. El plan de emergencia de la falsa narrativa también incluyó, tal como escribí en julio, lavarle la cara a una institución, al tribunal supremo electoral. Dejaron entonces a una institución «creíble», al TSE, el que disque anda cuidando la democracia pero que a mi juicio la han cuidado muy mal. Ahora veremos, porque todo parece indicar que este mamarracho de investigación donde juntan incoherencias contra Semilla será enviado así de mal hecho al tribunal electoral para que digan si hubo o no delito.
Desde su guarida Consuelo Porras está convenciendo a algún juez para que reciba el expediente, porque enviarlo el tribunal electoral aún no le asegura nada. Ya sea que lo envíen a un juez o si lo envían al tribunal electoral es muy probable que al final el expediente de la anulación de las elecciones, del golpe de estado, tenga que llegar a la corte de constitucionalidad y eso lo dice todo, nuestra democracia frágil está en manos de la Corte de Constitucionalidad, la máxima corte nuestra, la corte que ha jugado a golpista en todo este proceso, la corte que acusó a los manifestantes de delitos de lesa humanidad, la corte que fue electa a pura trampa dentro de las comisiones dirigidas por la universidad nacional, USAC, la corte de Walter Mazariegos, el rector impuesto por Giammatei justo para eso, para tener una corte de constitucionalidad cooptada, allí va a parar el expediente donde decidirán si seguimos con esta débil democracia o si de una vez por todas la decapitan.
En un país democrático, ni siquiera se hubiera iniciado este juicio contra Semilla que claramente es un golpe de estado. Este expediente presentado por el MP el viernes 8 de diciembre, como obra jocosa y vulgar de los Tres Huitecos, es el arma legal para el golpe de los corruptos, ya no les queda nada, ya mostraron su ultima carta. Aún no sabemos si la presión internacional les afectará y los inhibirá para dar el golpe final a la democracia guatemalteca. No sabemos. Lo que si sabemos es que esta democracia es nuestra, de los y las guatemaltecas quienes debemos y tenemos que defenderla con todo, con todas las armas legales a nuestro alcance, con nuestra participación, con nuestra palabra, con nuestros actos. O es ahora o no será nunca Guatemala.