Guatemala: camino hacia la resiliencia

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Mynor René Martínez

Esta semana comenzamos un nuevo período en la historia de Guatemala, luego de un centenar de días con manifestaciones frente al Ministerio Público, persecución política y la constante vulneración de la democracia al fin se llegó a romper la cinta en la meta con la toma de posesión de las nuevas autoridades.

Sin embargo, este es solo el final de un tramo, aún faltan muchas causas más que los nuevos gobernantes y la población tendremos que transitar, en un contexto diferente, pero con las mismas enemistades.

Si algo dejó este proceso electoral y la sufrida toma de posesión, es que los guatemaltecos estamos aprendiendo a ser resilientes, una capacidad que surge de quienes han sabido sufrir, pero al mismo tiempo sobreponerse.

No es la primera vez, ya antes tuvimos muchas etapas de nuesta historia social donde hemos tenido que levantarnos y seguir adelente, como terremotos, enfermedades, conflictos armados y desastres de muchos tipos.

Una de las características que tenemos los guatemaltecos es ser resistentes a las adversidades y sobreponernos ante los conflictos, aunque a veces pareciera que volvemos a caer, pero también nos volvemos a levantar.

Según el doctor Dagoberto Flores la resiliencia tiene ocho pilares fundamentales: Afrontamiento, autonomía, autoestima, tolerancia a la frustración, capacidad de consciencia, responsabilidad, esperanza y sociabilidad.

Si hacemos una retrospectiva de la historia que se vivió en estas jornadas por la defensa de la democracia, vemos como se cumplen estos postulados.

En primer lugar, la actitud de afrontamiento, representados por los los 48 Cantones y miles de guatemaltecos que en la ciudad y el campo sostuvieron una presencia constante para protestar pacíficamente pero con energía.

La autonomía, que se demostró con la participación de cada persona que daba la lucha ya sea en las calles o digitalmente, lo que repercutio en elevar la autoestima, un sentimiento que hoy más que nunca está fortalecido, empoderando a la población en la construcción de su propia historia.

Otras de las características que ha demostrado la resiliencia en este momento histórico es la tolerancia a la frustración, una capacidad tan ancestral, que caracteriza a un pueblo subyugado la mayor parte de su historia y que ha servido para sostener silenciosamente sus costumbres, tradiciones y forma de vida.

Asimismo, se afianzaron la toma de consciencia y la responsabilidad, que permitieron la lectura efectiva de la realidad y una respuesta tajante ante los enemigos de la democracia, enviando un mensaje de autoridad y respeto.

Todo ello repercute en la esperanza por contar con un mejor,país una sociedad más justa, una vida más digna para, con lo cual se herede a las futuras generaciones nuevos símbolos, nuevos modelos, liderazgos y formas de convivencia.

Como lo enseña la filosofía de vida de nuestros ancestros, este es el momento de un nuevo ciclo, que contará con sus propios retos y circunstancias, pero que perfila un mejor futuro.  

Aprovechemos este inicio de la nueva administración gubernamental y trabajemos con empeño para que enderecemos el camino hacia el desarrollo económico y social de aquellos que por décadas han sido marginados de los planes de gobierno y veamos un derrame de la riqueza en cada uno de los 340 municipios de Guatemala.

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