Fraude y USAC
Fernando Cajas
Si hubo fraude electoral en Guatemala ese solamente fue en la elección de rector de la
Universidad de San Carlos de Guatemala, Nacional y Autónoma, USAC, no en la elección de
presidente de la república. La elección de Walter Mazariegos en el 2022, fue, realmente, una
imposición más que una elección. Para elegir rector en la USAC no se utiliza el voto directo, sino se
utiliza una metodología parecida a la elección de presidente de los Estados Unidos, esto es, por
cuerpos electorales. Los profesores, estudiantes y graduados escogen electores, los cuales forman
cuerpos electorales. Como el control del Consejo Superior quedó en manos del mismo Mazariegos
debido a la captura y encarcelamiento del rector en funciones Murphy Paiz, Mazariegos violó las
leyes universitarias y llegó al extremo de impedir, usando la violencia, el ingreso de los electores
de SOS, la planilla contendiente.
Dicho fraude fue perpetrado con el apoyo del presidente Giamamttei, quien puso a los
policías, militares y sicarios que evitaron el ingreso de los electores de SOS a cambio de tener una
corte de constitucionalidad totalmente cooptada. Recuerden, la USAC preside la comisión de
postulación para magistrados de la corte de constitucionalidad. La corte de constitucionalidad ha
sido fundamental para llevar a cabo el intento de golpe de estado. Sin las decisiones gallo-gallina
que ha dado desde que se le ha pedido sentar jurisprudencia en este proceso no hubiese sido
posible llevar adelante a este enredo de intento de golpe de estado en cámara lenta que aún nos
tiene en ascuas luego de seis meses de la primera votación, aquel brillante 25 de junio, cuando los
guatemaltecos, hartos de la corrupción, dimos nuestro voto a Bernardo Arévalo, un diplomático y
académico guatemalteco con tradición democrática y a Karin Herrera, una académica democrática
de la Universidad de San Carlos. Pero el Pacto de Corruptos ha estado peleando, impidiendo,
violando a diestra y a siniestra la Constitución, usurpando al mismo tribunal supremo electoral
para no permitir que Semilla llegue a la presidencia.
Aunque hubo resistencia universitaria, legal y justa, digna, lo profesores universitarios
realmente no se plantaron en contra del fraude universitario y permitieron que este aprendiz de
tirano, Walter Mazariegos, tomara el control de la USAC. Esto aún no lo entiendo. Creo que el
efecto clase media, esto es, la aparente estabilidad económica de la clase media que forma el
profesorado universitario no permitió la resistencia. Ya se sabía que el narco rector tenia cooptada
a la facultad de humanidades. Para llegar a decano debieron asesinar al anterior decano, Mario
Calderón, desde entonces Walter Mazariegos ha utilizado la Facultad de Humanidades como su
cueva para alcanzar al poder. Al principio, Mazariegos, utilizando las decenas de extensiones
universitarias, todas ilegales, no solamente diluyó el currículo, dejando cursos casi vacíos de
contenidos sociales y contratando catedráticos no por capacidad sino para asegurar votos para
tener una elección tras elección y quedarse de decano de humanidades ad eternum.
Walter Mazariegos, igual que Joviel Acevedo, son capos de la educación. Han ingresado a
la carrera docente con credenciales dudosas y lo que menos les interesa es la educación. No les
importa para nada el aprendizaje pertinente de los estudiantes y menos el aprendizaje docente. Se
han hecho de aliados, han pagado amigotes, gente corrupta que los apoya. Estos dos son aliados
de Alejandro Giammattei, quien ha logrado el silencio docente, intencional o no, al capturar todo
el sistema educativo guatemalteco, desde párvulos a la universidad.
El intento de golpe de estado nunca hubiera sido posible sino hubiesen antes cooptado a
la Universidad Nacional y Autónoma, la USAC porque la corte de constitucionalidad se hubiese
integrado de una forma más transparente y legal, no a partir de arreglos pre establecidos. La
presencia de un rector impuesto tiene un enorme efecto no solamente en la misma universidad
usurpada, es realmente un mal ejemplo a los estudiantes de que el fraude y la trampa son las que
triunfan. La resistencia estudiantil si emergió, pero no con la intensidad de la resistencia
estudiantil de los 80 del siglo pasado. También eso se explica por la emergencia de una clase social
media dentro de las aulas universitarias.
El fraude electoral universitario llevó a más de quince amparos en el sistema judicial
guatemalteco, pero ninguno prosperó. El intento de golpe de estado nace del fortalecimiento del
Pacto de Corruptos al haber cooptado totalmente a la Universidad de San Carlos. Pero jamás se
imaginaron, uno, que el pueblo de Guatemala elegiría mayoritariamente a Bernardo Arévalo como
presidente, que el movimiento de resistencia fuera tan intenso ante su golpe de estado,
especialmente en el brillante mes de octubre 2023, donde los 48 Cantones y otros importantes
grupos, detuvieron el Katún y le dieron respiración artificial a nuestra democracia, comprando
tiempo para evitar el golpe.
El golpe de estado se detiene momentáneamente. Se detiene por dos eventos clave: El
movimiento indígena de los 48 Cantones de octubre y la intensa, única, inusual reacción
internacional que nos apoyó, acción que ojalá sea analizada por los sociólogos, politicólogos e
internacionalistas guatemaltecos para poder construir marcos teóricos que describan y expliquen
este fenómeno social llamado democracia. Este aparenta estancamiento del golpe de estado nos
debe dar tiempo para reflexionar como vamos a rescatar a nuestras instituciones, empezando con
nuestra familia, para integrarla, para prepararla para tiempos complejos pero excitantes. Como al
fin vamos a recuperar al sistema educativo, desde parvulitos a la universidad, exigiendo la
renuncia de los capos que lo tienen cooptado, Joviel Acevedo y Walter Mazariegos.
Han sido seis meses de luchar por nuestra democracia. Todos hemos hecho lo que
pudimos. Mientras del golpe de estado se detiene, debemos felicitarnos por nuestra victoria.,
Debemos reconocer que la prioridad es la reconstrucción de nuestras instituciones, desde la
familia hasta la universidad, las debemos recuperar. Junto a eso, tenemos que volver a creer en la
participación ciudadana, como único medio de consolidar la democracia. No hay democracia sino
existe compromiso ciudadano. No más politiqueros bagres, diputados que se perpetúan y que se
auto eligen comprando curules y luego vendiendo al país. No más corruptos, no más. Es época de
reflexión, de paz, de encuentro, de re encuentro, de amor. Tenemos de vuelta momentáneamente
a nuestra democracia, cuidémosla como algo sagrado. O es ahora o no será nunca Guatemala.