Día del Estudiante Universitario: un compromiso con la memoria y la lucha social

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Luis Armando Ruiz

El 20 de mayo se celebra en Guatemala el Día del Estudiante Universitario, una fecha significativa que no solo busca reconocer la labor académica, sino también reivindicar el legado histórico y social de aquellos jóvenes universitarios que dieron su vida por ideales de justicia, libertad y transformación social. En la Universidad de San Carlos (USAC), esta conmemoración adquiere un matiz profundamente simbólico al estar dedicada a los Mártires Universitarios, en especial a Oliverio Castañeda de León, cuyo sacrificio representa uno de los capítulos más valientes y dolorosos en la historia reciente de la institución.

La Historia detrás del Día del Estudiante Universitario

La conmemoración del 22 de mayo de 1920 fue fundada la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), en 1970 el Consejo Superior Universitario, a solicitud de la Junta Directiva de AEU, acordó declarar este día como Día del Estudiante Universitario. Sin embargo, con el paso del tiempo y sobre todo en contextos de violencia política y represión estudiantil durante las décadas de 1970 y 1980, esta fecha ha venido siendo resignificada como un espacio de memoria colectiva, resistencia y compromiso social. No debe descuidarse, a nivel de denuncia, a los tecnócratas que buscan el olvido de estos hechos, por parte de las estructuras paramilitares o por simple mediocridad intelectual.

Uno de los momentos más trágicos en la historia de la USAC ocurrió el 20 de octubre de 1978 cuando Oliverio Castañeda de León estudiante de economía y dirigente de la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), fue asesinado en el portal de comercio, a 100 metros del palacio nacional, por fuerzas paramilitares vinculadas al ejército guatemalteco. Su muerte conmocionó profundamente a la comunidad universitaria y marcó un punto en la lucha por los derechos humanos en el contexto de la guerra interna de Guatemala.

Oliverio Castañeda de León: Símbolo de los estudiantes, un compromiso y sacrificio

Oliverio Castañeda no solo fue un destacado estudiante, sino también un activo defensor de los derechos humanos, la justicia social y la democratización del país. Su figura encarna el ideal de un estudiante comprometido con su tiempo, capaz de integrar el conocimiento académico con la acción transformadora en la sociedad. Su participación en movimientos estudiantiles, su denuncia contra la represión y su defensa inquebrantable de las libertades públicas lo convirtieron en blanco del aparato represivo del Estado y de las elites guatemaltecas.

Tras su asesinato, y en señal de protesta y homenaje, la Asociación de Estudiantes Universitarios fue renombrada como «Asociación de Estudiantes Universitarios Oliverio Castañeda de León» (AEU). Este cambio simbólico no solo busca mantener viva su memoria, sino también proyectarla como un faro que ilumine el rumbo de las nuevas generaciones de estudiantes: hacia una educación crítica, comprometida con la realidad nacional y orientada hacia la construcción de un país más justo. Misma situación sucedió con las demás asociaciones estudiantiles y en el caso de los docentes universitarios martirizados, muchos salones o edificios llevan sus nombres.

Reivindicación Académica y Social

Conmemorar el Día del Estudiante Universitario bajo la sombra de figuras como la de Oliverio Castañeda implica mucho más que actos protocolarios o discursos formales. Significa hacer una revisión constante de los desafíos que enfrenta la educación superior pública en Guatemala, y reflexionar sobre el papel que debe jugar la universidad en la transformación social del país.

En este sentido, es fundamental reivindicar:

  • La calidad académica y la buena cátedra. Más allá del compromiso político, los estudiantes deben exigir una formación rigurosa, actualizada y pertinente, capaz de responder a las necesidades nacionales.
  • La conciencia de clase y el compromiso social. La universidad debe ser espacio de análisis crítico de las estructuras sociales injustas y de formación ciudadana para la transformación del entorno.
  • La defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Recordar a los mártires universitarios implica no olvidar que la represión y la violencia siguen presentes en distintas formas, y que el movimiento estudiantil tiene un rol clave en su denuncia. En la actualidad se observa este fenómeno dirigido contra las comunidades e ciertos intelectuales, siendo la variación al asesinato, el asesinato jurídico y político.
  • La autonomía universitaria y la participación estudiantil. Garantizar que las voces estudiantiles sean escuchadas y tomadas en cuenta en las decisiones que afectan la vida académica y administrativa de la universidad.

Hacia una Universidad Comprometida con su Pueblo

Homologar la experiencia de la AEU con otras asociaciones y organizaciones significa impulsar un modelo de organización universitaria que tenga como base la solidaridad, la ética, la transparencia y la responsabilidad social. No se trata únicamente de representar intereses sectoriales, sino de construir puentes entre la academia y las comunidades más vulnerables, promoviendo políticas educativas inclusivas y equitativas.

El Día del Estudiante Universitario debe ser una jornada de reflexión, de reencuentro con los valores históricos de la institución y de reafirmación del compromiso con un proyecto de país más justo y equitativo. Como dijo Oliverio Castañeda en vida: «Mientras haya pueblo, habrá revolución»

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