De los dilemas a las paradojas en un país surrealista


Autor: Jairo Alarcón Rodas
Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es lo falso; decir de lo que es que es, y de lo que no es que no es, es lo verdadero.
Aristóteles

Un dilema es una o varias opciones con las que se puede enfrentar un ser humano, que resulta
difícil decidir cuál escoger, porque tiene similar grado de beneficio como de perjuicio. Un
ejemplo sería, prefiere morir por medio de la horca o el fusilamiento. En ambos casos el
resultado final será la muerte. Históricamente los dilemas han sido utilizados retóricamente,
como un arma para persuadir al adversario y llevarlo a encrucijadas en las que siempre saldrá
perdiendo.
En los actuales momentos que vive Guatemala, un dilema que se anunció públicamente es la
propuesta del ministro de Finanzas Álvaro González Ricci al indicar que, o el gobierno presta
500 millones de dólares o emite Bonos del Tesoro por esa misma cantidad, en ese caso no está
en discusión la deuda contraída y consecuentemente no hay opción para escoger una
alternativa distinta y, como resultado, el país se convierte en el único perdedor por el
endeudamiento al que se le está sometiendo.
Más aún, en el ambiente se percibe que, con la aprobación del referido préstamo, el daño
recaerá en todos los guatemaltecos y en sus futuras generaciones, pues el gobierno que
administra el dinero se ha caracterizado, en el ejercicio de sus funciones, por toda una serie de
actos de corrupción, despilfarrar recursos, opacidad en los gastos públicos y deshonestidad en
todos los órdenes. Fieles al Pacto de Corruptos, han creado una red que tiene por fin su propio
provecho.
Por otra parte, los dilemas pueden representar un arma retórica para poner al adversario o al
opositor en situación en la que, optando por cualquier opción, saldría perjudicado. Actuar o no
hacerlo es otro dilema al que se enfrentan las personas, en el que se pone a prueba su poder
de decisión. O los guatemaltecos luchamos porque el país cambie o formamos parte de la
corrupción. Tal dilema presenta dos opciones diferentes, contrarias, que desembocan en
resultados distintos con implicaciones sociales, políticas y económicas.
Pero también existen los falsos dilemas que se identifican como la falacia de la pregunta
compleja, por ejemplo, hasta cuándo seguirá usted siendo deshonesto e inconsecuente con su
país. Será que en este país se es deshonesto e inconsecuente generalizadamente o hay
personas que luchan y buscan un mejor futuro a través de sus actos. Por lo que la pregunta
debería hacerse de esta forma, ha sido usted deshonesto e inconsecuente con su país, y
posteriormente una nueva, hasta cuándo dejará de hacerlo.
De ahí, que la vida se presenta para algunas personas con un sinfín de posibilidades, mientras
que, para otras, todo lo contrario, ya que existe cierto determinismo circunstancial que las
condiciona, siendo ventajoso para unos y contraproducente para otras. Y en un país como
Guatemala, las oportunidades de desarrollo para su población se ven ostensiblemente
limitadas.
En este caso, la autonomía que pueda tener una persona se ve limitada por agentes exteriores.
Y escoger entre Guatemala y Guatepeor resultas ser un dilema real. En cambio, para otros, las

posibilidades conducen a dilemas en donde el buen juicio puede resolver el augurio, aunque
pueda conducirlos a un drama existencial. Al ser, los seres humanos, seres de posibilidades,
continuamente se enfrentan a dilemas que ponen a prueba su criterio y, en consecuencia, a
mayor conocimiento del contexto, mayor control se podrá tener de la situación.
Lógicamente, un dilema es un argumento que está formado por dos proposiciones contrarias
y disyuntivas: al conceder o negar cualquiera de estas dos proposiciones, queda demostrado
aquello que se quería probar. Si un guatemalteco aprende a leer tendrá mayores
oportunidades para lograr un trabajo mejor remunerado, luego si no sabe leer no lo obtendrá,
en tal sentido si decide aprender a leer tendrá un futuro más promisorio.
Los seres humanos tienen la particularidad de proyectarse al futuro, les gusta especular sobre
lo que sucederá, la predicción que estimen que ocurra, del desenlace y las consecuencias de su
accionar, de lo que sucederá, estará determinado por la información que se tenga sobre los
escenarios posibles, congruentemente, a mayor conocimiento del referido escenario, mayor
control se podrá obtener de la probable situación que tocará vivir.
Sin embargo, el grado de certidumbre que se pretenda obtener estará condicionado por un
porcentaje mayor de probabilidades que conduzcan a tal conclusión. De ahí que puedan ser
menos o más, según sea el caso, dependiendo de las circunstancias, de la resistencia o de su
viabilidad. Que el sol aparezca mañana en el horizonte, como lo estimaba el empirismo de
David Hume, está determinado por la experiencia directa de que ello efectivamente suceda.
No obstante, en el horizonte, es más probable que salga si las condiciones cósmicas se
mantienen y no hay un fenómeno extraño que las altere, no obstante, es la experiencia la que
establece y evidencia que así es.
Se vive dentro de una realidad de contradicciones, los seres humanos son en sí seres
contradictorios, son las contradicciones las que mueven al mundo, las que propician los
cambios, las que producen nuevas ideas, sin embargo, hay contradicciones lógicas que
resultan ser el resultado de la incompatibilidad entre dos o más proposiciones y que llevan a
resultados incongruentes con la lógica del pensamiento.
Así, una paradoja es un enunciado que conduce a una contradicción lógica, las paradojas
lógicas o antinomias son razonamientos lógicamente válidos cuyas conclusiones son
irrazonables. La palabra paradoja procede del griego (para y doxos) y significa
etimológicamente «más allá de lo creíble». Como un ejemplo se encuentra la famosa
antinomia del mentiroso de Eubúlides de Mileto que en resumidas cuentas dice, un hombre
confiesa que miente, dice verdad o dice mentira. Si confiesa que miente es mentiroso y en
consecuencia dice verdad, pero lo que dice también es una mentira y, por lo tanto, dice verdad
y mentira. En consecuencia, lo que dice entra en contradicción lógica al decir verdad y
mentira a la vez. miente si y si solamente dice la verdad, y dice la verdad si y sólo si miente.
Las paradojas se encuentran dentro del lenguaje declarativo, en enunciados cuyo criterio de
verdad entran en contradicción. De ahí que las paradojas sean afirmaciones lógicamente auto
contradictorias. ¿Qué tanto de contradicción se encuentra en lo que dicen los políticos y que,
a los oídos de la población, pasan por alto?
Por lo que, cuando se emite un juicio, puede establecerse su grado de veracidad o falsedad al
ser empleado dentro de un lenguaje declarativo y pretender expresar la verdad de un hecho.
Siendo así, se debe tomar en cuenta que lo que se exprese no entre en contradicción lógica
con el sistema del que forma parte, a modo que el enunciado sea irresoluble, lo cual conduce
al criterio de verdad de coherencia.

Aladino le pide al genio de la lámpara que le conceda por deseo que no le conceda el deseo, si
el genio se lo cumple le estaría concediendo el deseo el cual no quiere, pero a la vez se lo está
concediendo pues esa fue su petición.
En un país de contradicciones como las que hay en Guatemala, que no solo se reflejan en la
realidad sino también en el criterio con el que se expresan los guatemaltecos, bien cae realizar
un ejercicio de lo que son los dilemas y las paradojas, un breve ejercicio de lo que son. Las
contradicciones también surgen en el pensamiento, para bien o para mal.
En el supuesto, muy probable, de que los políticos en Guatemala siempre mienten, ¿estos
dicen verdad o dicen mentira? Si afirman ser políticos, dicen verdad y mienten a la vez, lo que
es una contradicción lógica; pero si niegan ser políticos el asunto se aclara, pues dependerá de
que tal aseveración sea verdadera o falsa. Los políticos en este país se han caracterizado en ser
unos mentirosos lo cual no significa que el ejercicio de la política conduzca a falsear las cosas ni
que todos los que lo sean tengan que mentir, lo cual tiene un efecto directo en la sociedad, en
el plano de la ética.
En un país tan complejo y surrealista como Guatemala, todo puede suceder; basta recordar
quiénes han sido sus gobernantes, entre los que se cuentan militares, analfabetas, criminales,
dictadores, cómicos, mitómanos, abogados, médicos, pero afortunadamente ha habido dos
gobernantes que le dieron un hálito de esperanza y lucidez al país durante la primavera
democrática.
Poner atención a lo que nos dicen, darnos cuenta de que, si lo que expresen los locutores, los
analistas políticos, adolece de contradicciones o bien, si los políticos recurren a falacias en sus
discursos, pueda que no esté al alcance de la población en general, pero sí de los que han
recibido una educación superior, sin embargo, al parecer, no es así ya que sigue imperando la
persuasión retórica sobre el criterio racional.

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