Aceptación de cargos o de cinismo
Miguel Ángel Sandoval
La historia nacional (en verdad el día a día) no deja de dar sorpresas. La última es la aceptación de cargos por el expresidente Pérez Molina, que luego de 8 años en prisión preventiva o para mientras, ahora dice que sí, que es culpable, al menos de tres delitos en el caso de “Cooptación del Estado”. O sea, en pocas palabras, que los cargos no fueron inventados por la Cicig.
Ello luego de años de decir que era inocente, que eran cargos políticos, acusaciones de quien fuera, pero que el era inocente. Mientras sus abogados se hicieron expertos en denunciar la intervención internacional y las agendas extranjeras, y un largo etcétera. Al mismo tiempo, durante 8 años, el comediante expresidente se dedicó a vender la idea que él había sido el defensor de la soberanía nacional como ahora los hacen los del MP.
Junto con la aceptación de cargos del expresidente, que otrora fuera el flamante general de la paz, se dice menos que con ello se demuestra que la Cicig si tenía casos sólidos, que la Cicig si investigaba, y que la defensa de la soberanía ante las investigaciones de la Cicig no eran más que mentiras, mentiras y falsificaciones pues en verdad si había razones y motivos para que los acusados fueran a prisión.
Otra cosa es que los casos hayan demorado 8 años en unos casos para que, finalmente, los acusados se declararan culpables de haber robado a la nación, a los guatemaltecos, al país. Pero, con la idea que era una falsa acusación producto de la intervención extranjera. De todos modos, el sistema de justicia es un gran responsable de que solo 8 años después se tenga alguna idea de la responsabilidad de unos y otros. Y ello nos dice que la justicia no es pronto ni cumplida. Es un laberinto. Aun para un expresidente.
En el caso del comediante, por desgracia expresidente, no avanzó el caso pues en medio de ello hubo, no hay muchas dudas, errores de la Cicig, que no midió la coyuntura nacional y con ello dio paso a que la impunidad se fortaleciera. Ahora bien, que no haya habido un caso solido en contra el comediante, no niega el delito o mejor, los delitos de su hermano y su hijo, en el caso de robo-estafa al Registro de la Propiedad. Todo ello este documentado.
Y los errores de la Cicig, que no son tantos como se pretende, no fueron causantes de que los empresarios pidieran disculpas por los casos de financiamiento electoral ilícito que los llevaron a tribunales y que dejaron en la impunidad al comediante. En este espinoso asunto, la base de todo se encuentra en el documento sobre financiamiento electoral ilícito que publico la Cicig y oh sorpresa, la fina flor empresarial estaba involucrada en ello.
Como en todos los temas de la vida, hay momentos en que se puede ir por la vía de inferencias, conjeturar, o de generalizaciones, a señalar hechos que apuntan a verdades, que solo gradualmente se abren camino. En el caso presente se puede señalar que dos casos emblemáticos de la Cicig son verdaderos, pues los autores ya dijeron con todas sus palabras y ante juez, que eran responsables de los cargos de los que se les acusaba. No hay duda, la Cicig tenía razón. Salvo que ahora alguien siga diciendo que eso es intromisión extranjera.
Ante ello surge la duda, ¿Si los casos más complejos, son reales, demostrados y aceptados ante juez por sus autores? ¿En dónde queda la intromisión extranjera? ¿En qué se basó la defensa de la soberanía nacional por la presencia de Cicig? ¿O, dicho de otra manera, porqué razón los organismos de justicia o de investigación penal de nuestro país no detectaron esto en su debido tiempo?
Hay dudas razonables. Lo primero que uno piensa es que los organismos de investigación o de justicia, estaban de ojos cerrados ante la corrupción en gran escala que demuestran los casos en que el expresidente se ha declarado culpable ante juez, o la de los empresarios y financistas de campañas políticas para comprar derechos de picaporte, y que, ante juez, igualmente se declararon culpables y han gozado de tratos preferenciales.
Es realmente vergonzoso que los corruptos hayan ganado (coyunturalmente) la partida, expulsando a la Cicig y declarando non grato al comisionado Iván Velásquez, para los cuales, la institución y comisionado, debería haber en la actualidad un gesto de desagravio. Nunca es tarde para rectificar y para asumir las equivocaciones. En este caso, para aquellas que nos llevaron a nivel mundial a un ridículo sin tamaño.