Sensaciones y reflexiones sobre la coyuntura estratégica actual.

Carlos Sarti
“Trump ha besado el trasero de la realidad” Erik Juliana
A manera de aclaración
Las siguientes notas expresan algunas sensaciones y reflexiones hechas al calor de lo que está pasando en Estado Unidos y su deriva global, consciente de que lo que afirmo hoy, mañana pueda ser diferente.
No pretendo dar una explicación sobre la dinámica global que estamos viviendo y sufriendo; lo que busco es encontrar algunas opciones orientadoras y, en esa medida, tener una imagen impresionista sobre la sombra del futuro. Las comparto para despertar inquietudes, seguimiento y conversaciones comprensivas.
Doy por supuesto que la mayoría de los lectores conocen la coyuntura global actual y los hechos(noticias) que la identifican. Por lo demás, no es un texto académico, sino una autorreflexión guiada por la intuición.
Sensaciones
Nunca como ahora la complejidad ha sido tan importante. Complejidad de la realidad misma, de las posibilidades del análisis y de la capacidad de construir escenarios posibles.
Nunca como ahora la idea de interdependencia se ha manifestado tan contundentemente. Todo está más interconectado e influenciado mutuamente, todo es multicausal. Las relaciones globales impactan y/o determinan la vida cotidiana de regiones, países y de millones de personas en todo el mundo.
Nunca como ahora lo inédito es cotidiano. Cada día hay una decisión, una noticia, un hecho que no se había dado antes y que nunca imaginamos que se daría.
Nunca como ahora la lucha por la paz ha sido tan importante. Debería ser el norte de la resistencia democrática global.
La coyuntura estratégica actual1
La coyuntura estratégica actual es crítica. Se trata de una crisis de la institucionalidad nacional de Estados Unidos y de institucionalidades regionales y globales. Es decir, se está dando una desarticulación, o liquides, de las instituciones a todo nivel. Vivimos en una dinámica desenfrenada que como un hoyo negro se traga las energías del mundo y las redirecciona.
La llegada a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump es la “chispa que incendió la pradera”. La chispa norteamericana también incendió la pradera global. Esta propuesta totalizadora inaugura un nuevo espacio de disputa al interior de Estados Unidos y a nivel global. En consecuencia, un reacomodo de las relaciones al interior de Estados Unidos y en las relaciones internacionales (institucionales, política, militares, económicas y culturales). Como telón de fondo y horizonte de visibilidad vemos la disputa por la hegemonía global entre USA y China; ambas potencias con aliados estratégicos y tácticos.
Con todo y su gravedad, no hay una conciencia plena sobre la naturaleza y profundidad del cambio sistémico que estamos viviendo. No estamos frente a un proceso de reformas parciales aisladas; esto va más allá del “gatopardismo” acomodador. No debemos ver la visión y propuesta política de Trump como unos nubarrones cíclicos que pasarán. Es una verdadera mega tormenta con múltiples desenlaces futuros.
Trump y sus aliados están a la ofensiva; sus primeras medidas han causado desconcierto, un shock global y un aceleramiento del tiempo histórico. Toda acción genera una reacción, por eso, también vemos la aparición, desconectadas y débiles aún, de acciones de resistencia ante las medidas y propuestas de Trump. Por lo demás, es evidente un malestar global contra Trump.
“La revolución conservadora en marcha”
Sin ánimo de proponer una conceptualización rigurosa de la visión y políticas de Trump, consideramos que la propuesta de Donald Trump (no al proceso de su desarrollo) puede ser como vista como una revolución conservadora sui géneris, como veremos más adelante.
Con base en la experiencia política histórica, la mayoría de las personas consideran que las revoluciones son un atributo de la izquierda, orientada a la toma del poder
1 Entendemos por coyuntura estratégica aquella situación que va más allá de una crisis cotidiana. Este tipo de coyuntura es más densa, profunda, intensa y de mayor temporalidad . Conecta, en un solo movimiento determinaciones del pasado con procesos emergentes y sus proyecciones futuras. En ese sentido es un horizonte de visibilidad.
político por la vía armada, y la instauración de un poder revolucionario que dirigirá en cambio radical de las relaciones sociales y de producción de manera total o parcial.
En consecuencia, asumimos como contrarrevolución cuando la derecha recupera el poder político, por la vía armada, (Guatemala 1954, Chile 1973) o electoral (Nicaragua 1990).
Cuesta digerir (incluso a mí mismo) que lo está proponiendo y haciendo Donald Trump pueda ser considerado como una revolución, pero proponemos esta denominación como horizonte de visibilidad para entender la naturaleza, densidad y profundidad de la propuesta trumpista y sus aliados de la derecha internacional.
Más allá de Trump, debemos entender la revolución conservadora como una manifestación de la crisis neoliberal y como una vía del sistema capitalista para lograr una nueva fase de su desarrollo.
¿Por qué revolución?
La propuesta es revolucionaria porque no se trata de una “nueva administración republicana” en un continuum histórico estructurado. Trump va más allá de ganarles las elecciones a los demócratas y hacer ajustes. Busca desmovilizar a sus oponentes, aislarlos, expulsarlos y aniquilar sus posiciones políticas, ideológicas y culturales; convertirlos en servidores en vez de ciudadanos. Se trata de imponer una lógica estatal nueva, a través de la fuerza, el miedo, el irrespeto de la institucionalidad y la prepotencia.
Es una propuesta revolucionaria porque busca cambios estructurales en la institucionalidad del Estado de Bienestar norteamericano (en crisis) y en las relaciones estado sociedad, a todo nivel. Se trata de un viraje profundo, orientado por una visión y estrategia que busca la toma del poder político y desde allí reducir, diluir y cooptar los contrapoderes democráticos que permiten el equilibrio político y la alternancia en el poder. Las propuestas de Trump buscan modificar cualitativamente las relaciones sociales, económicas y culturales de la sociedad norteamericana.
Para el logro de sus objetivos utiliza la fuerza y violencia estatal (migrantes, amenazas, despidos, cierre arbitrario de instituciones, etc.), viola la institucionalidad jurídica y normas democráticas internas e internacionales, usa la violencia psicosocial por medio de la amenaza abierta y sutil (ofensiva de aranceles, alineamiento y premios a los que se sometan); y si es necesario también la violencia física.
El continuum Make America Great Again –– lucha anti-wok sintetiza las propuestas políticas, económicas y culturales de Trump. Ideológicamente se basa en el Proyecto
2025 de la Fundación Heritage. Analistas chinos plantean que lo que está viviendo actualmente Estados Unidos es similar a la “revolución cultural china” (1966-1976).
Esta propuesta tiene un tufo fascista, pero tal calificativo no es suficiente para entender su naturaleza. Por su matriz profundamente conservador tiene un objetivo anti-evolución, pues trata de desarticular las conquistas acumuladas en el seno de la sociedad, los estados y el orden mundial y suprimir los derechos humanos e identitarios.
Las primeras medidas han generado una crisis estatal general en Estados Unidos y,
como segunda ola, una crisis mundial.
Revolución sui generis
Porque que no es una propuesta de revolución progresista en el sentido de la historia. Por el contrario, en términos políticos, ideológicos y culturales, es decir humanos, es regresiva y contra la evolución. No cuenta con base sociales activas y una clara y definida base ideológica orientadora.
No es una revolución nacional, como las del pasado; se trata de una propuesta desde Estados Unidos como plataforma de lanzamiento de un nuevo orden global.
¿Revolución global?
Desde nuestra perspectiva, el objetivo estratégico de la revolución conservadora es instaurar una nueva hegemonía y la “dirección moral e intelectual” (Gramsci) de la sociedad norteamericana y el mundo. La involución propuesta no va sólo contra la igualdad y la diversidad, es una búsqueda por cambiar las “reglas del juego” en la sociedad norteamericana y en el resto del mundo.
En síntesis, una propuesta revolucionaria sui generis, inédita, que lleva en su seno profundas contradicciones que determinarán sus posibilidades de desarrollo y sostenibilidad.
En cuanto al orden mundial
La visión, propuestas y las medidas implementadas por la administración Trump han alterado profundamente la globalización y su institucionalización vigente. Los aranceles, la guerra comercial, la visión geoestratégica militar y la definición de China como el “enemigo estratégico” están revolucionando las bases institucionales de un mundo regido por normas. La idea de una Europa unida se ha trastocado, la institucionalidad comunitaria y sus prioridades de desarrollo y cooperación están en crisis. Incluso, la política y la vida cotidiana de Europa se ha modificado. Se habla más
de defensa, armamentismo y nuevas prioridades, llegando incluso al absurdo de mostrar un “kit de sobrevivencia” para una posible guerra nuclear.
Desde esta visión, el nuevo orden internacional se estructurará desde la lógica del mercado y la competencia mundial (leal y desleal), incluidos conflictos bélicos de diferente naturaleza, densidad y amplitud.
Algunas características de la revolución conservadora
Con el riesgo de ser esquemáticos y no desarrollar plenamente nuestras ideas, consideramos que:
- La revolución conservadora está orientada hacia la búsqueda de la mayor concentración de poder y riqueza en pocas manos. Articulación inédita entre poder político y mega riquezas (Musk, lo sintetiza). “La internacional financiera”.
- Hay voluntad política en las derechas internacionales para crear un nuevo paradigma en la sociedad norteamericana y mundial (MAGA).
- Se basa en la fuerza, la cooptación y la propaganda dirigida; comunicación estratégica hegemónica.
- Trump sintetiza y es el gran propagador de esta idea, considera como “terrorismo doméstico” a cualquier disidencia (jueces, protestas contra Tesla, demandas por restituir empleos y agencias suprimidas, periodismo crítico, defender y proteger migrantes, etc.). También usa slogans motivacionales para lograr el consenso pasivo de los norteamericanos (a la subida de aranceles el 2 de abril lo llama el “día de la liberación económica”)
- Las herramientas de comunicación se basan en mensajes digeribles y simplistas, basados en la radicalización del lenguaje y la actitud autoritaria. Se utiliza la emotividad de forma irracional y desenfrenada.
- Se orienta hacia un mundo global sin reglas, los conflictos se resuelven, o agudizan, caso por caso, país por país, región por región. Negociaciones forzadas o desequilibradas. Negociaciones con base en el poder y no al bien común. Las “reglas” las impone el más fuerte.
- Escenario estratégico de Estados Unidos: la región Indo-Pacífico. China como el enemigo estratégico principal.
- Declive del rol y protagonismo de Europa.
- Las consignas: “la paz por la fuerza” y “poder duro” se plantean en todos los frentes (aranceles, Ucrania, planes para Palestina). De la competencia en el comercio a la competencia con base en la fuerza.
- Crece la idea de enaltecer al “hombre fuerte” y considerar débiles a presidentes concertadores y democráticos. El debate de ideas se sintetiza en personajes
carismáticos como representación de los intereses, políticos y programas económicos de las cupulas de poder económico.
- Guerras culturales y religiosa en proceso. Aparecimiento de la religión como identidad política y el lenguaje religioso permea los debates.
- Desaparecerá lo políticamente correcto y prevalecerá aún más el discurso de poder y odio. Incluso contra el pensamiento científico las universidades y la libertad de expresión.
- Con todo, a la dinámica global conservadora se interponen: las economías emergentes (BRICS), Europa, unida o parcialmente unida, los movimientos sociales (de migrantes a pueblos indígenas), los frentes nacionales de la mayoría social y otras nuevas expresiones de resistencia.
- Se incrementa, de forma abierta y descarada, la compra de voluntades que violan las reglas y procedimientos democráticos establecidos constitucionalmente.
- Para Trump y las derechas internacionales el movimiento woke es el nuevo fantasma que recorre el mundo y hay que eliminarlo. Vale la pena recordar algunos fantasmas del pasado: el comunismo, los hippies, el terrorismo islámico, entre otros.
A manera de conclusión
Nuestra sensaciones y reflexiones están orientadas a llamar la atención a lo que considero una revolución conservadora sui generis como propuesta totalizadora de orientación de las dinámicas nacional norteamericana y global. La denominación de revolución nos es lo importante, lo más importante es comprender su naturaleza, profundidad y posibilidades de éxito.
Prospectiva: ampliación de la polarización y la intolerancia. Incremento de métodos violentos de represión y lucha. Es previsible que los movimientos sociales volverán a la lucha por cambios estructurales y no sólo sobre sus efectos, pero es aún temprano para detectar esta tendencia.
Se abre un espacio de negociación dura entre los factores de poder sobre aranceles, Ucrania, Palestina en primer orden.
El malestar global contra Trump está relacionado con diversas luchas, posicionamientos y alianzas, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.
La contradicción social global será entre imperio y multitud2 La contradicción política global es entre bloques de poder repartiéndose el mundo.
1 Entendemos por coyuntura estratégica aquella situación que va más allá de una crisis cotidiana. Este tipo de coyuntura es más densa, profunda, intensa y de mayor temporalidad . Conecta, en un solo movimiento determinaciones del pasado con procesos emergentes y sus proyecciones futuras. En ese sentido es un horizonte de visibilidad.
2 ver Tony Negri y Michel Hard. Imperio. 2020
