La guerra de aranceles afecta la agricultura

Mario Rodríguez Acosta
De forma unilateral Estados Unidos a través del propio presidente Donald Trump ha impuesto una subida del 10% de aranceles a todos los países, con excepción de China a quién le impuso una tasa mayor.
Esto implica una guerra comercial, pues mucho de los países afectados han respondido, ya sea pidiendo una negociación, otros implorando no aplicar dichos aranceles, como es el caso de Guatemala, o bien aumentando aranceles a productos específicos de Estados Unidos.
En el ámbito agrícola, el tema de la soja es importante para las exportaciones de Estados Unidos a China, por tal motivo, han sido afectadas dichos contingentes al grado que China ha devuelto toneladas de soja de Brasil y Argentina, porque esos productos venían de Estados Unidos.
El problema de los aranceles afectará a los productores norteamericanos, dado que los fertilizantes de ciertos productos se importan de Canadá o de otros lugares.
La Universidad de Yale calcula que está política tendrá un impacto en los salarios agrícolas de Estados Unidos.
El papel de la AID durante mucho tiempo fue subsidiar a los agricultores de Estados Unidos comprando los excedentes de producción y donando dichos productos como ayuda al desarrollo a países en desarrollo.
El ejemplo del maíz que venía a Guatemala, como ayuda al desarrollo, era comprado a los agricultores para estabilizar los precios y mantener la oferta.
Al no contar con esta ayuda, los principales productos de la agricultura de estados unidos sufrirán, como es la soja y el maíz, por el incremento de los costos, los impuestos y la reducción de los ingresos por no poder colocar los excedentes producidos.
Dichas explotaciones agrícolas no eran rentables antes, lograban excedentes a través de la ayuda que recibían con el programa Farm Bill. Pero con la desaparición de la AID, el incremento de los aranceles y los problemas de precios que conlleva, existe un riesgo asociado que habrá que evaluar de aquí en adelante.
