Evitar criterios erróneos

JAIROaLARCO

Autor: Jairo Alarcón Rodas

La lógica, dado el mal uso que de ella se hace, vale más para estabilizar y perpetuar los errores cimentados sobre el terreno de las ideas vulgares, que para conducir al descubrimiento de la verdad.

Francis Bacon

No hace mucho, hospedado en un alojamiento en Sololá, en el que a los huéspedes se le asigna una habitación con baño privado, pero a la vez tiene acceso a áreas comunes que incluyen una cocina equipada, comedor, etc., me ocurrió un hecho curioso al finalizar mi estancia y tener que entregar la habitación.

Cabe señalar que, a su llegada, a cada huésped se le entregan las llaves del lugar y de la habitación que le ha sido asignada, así como la del parqueo. Al concluir mi estadía en ese lugar y pretender devolver las llaves, no encontrábamos a quién dejárselas. Parado por unos minutos en la puerta del estacionamiento, para poder sacar el carro e irnos del lugar, pensé en dónde dejar las llaves, a quién devolvérselas.

Con éstas en la mano, una pareja, la que también iba abandonar el lugar en ese momento y con la que coincidimos a nuestra llegada, me vio apoyado en la puerta del parqueo, el señor se me acercó y me preguntó si iba a salir con el carro, le respondí que sí. Luego, la señora que lo acompañaba se dirigió a mí, preguntándome, es a usted al que se le dejan la llaves, le respondí que no. El señor le hizo la observación, él es un huésped al igual que nosotros, no es el encargado del establecimiento.

No hubiera existido reparo alguno por mi parte pues, dentro de la escena, era pertinente hacer la pregunta que la señora realizó, sin embargo, ella aclaró en voz alta, ¡pero es lógico suponer que si el señor está en la puerta del parqueo y tiene las llaves en la mano, es a él al que hay que dejárselas! El uso de la palabra “lógico” por la señora, me alertó y reparé en el razonamiento que hizo. Al instante me dije, qué entenderá esa señora por lógico, comprenderá la extensión real de esa palabra o simplemente es un decir.

Por lo general, las personas utilizan la palabra lógico para designar el procedimiento correcto a seguir, pero según su criterio. No obstante, el criterio personal no necesariamente es el adecuado, ya que, si fuera así, todos tendrían la razón y al existir planteamientos contrarios sobre un hecho, resultaría siendo un caos.

A eso conlleva el subjetivismo, a contradicciones como cuando se dice que toda verdad es subjetiva o relativa, pues solo es válido para mí, para los demás no tiene validez. Si otro le repusiese: Con el mismo derecho que tú dices que toda verdad es subjetiva, digo yo que toda verdad es universalmente válida,resultaría que, dentro de ese planteamiento, ambos criterios serían válidos, lo que resulta ser una contradicción ya que nuevamente no se puede ser y no ser al mismo tiempo.

Me quedé reflexionando sobre la expresión de la señora y pensé y me dije, así es como obtienen las conclusiones de los sucesos, sobre los hechos y acontecimientos, la mayoría de las personas, lo que da lugar a equívocos, imprecisiones e inconvenientes en la comunicación. Qué menos lógico es suponer que porque alguien tiene las llaves en mano y está en la puerta del parqueo, ello constituye una razón suficiente para afirmar que es el encargado de recogerlas.

Es decir, pretender afirmar que alguien es el portero del establecimiento por una apreciación visual, a la que le siga otra, es un error de juicio. Es importante destacar que la apreciación de la señora resulta ser una conclusión apresurada de tal suceso, pues este ameritaría de más información para su conclusión.

Juicio que, dentro de la lógica formal, se le denomina falacia de causa falsa. La que se incurre cuando alguien supone incorrectamente que existe una relación causal entre dos cosas o eventos. Esta es una conclusión incorrecta porque tal relación no existe o la evidencia que la respalda es insuficiente. Verme parado con las llaves en la mano, supuso para la señora, que yo era el encargado del lugar.

Las apreciaciones sensibles no necesariamente conducen a la validez de un enunciado, pues los conectores muchas veces son de orden psicológico y no lógico, como se precisan. Puede ocurrir, como efectivamente sucedió, que accidentalmente alguien se encontrara en una determinada situación, como en la que yo me encontraba, en la puerta del lugar y con las llaves en la mano, pero eso no establece que yo fuera el encargado del hospedaje.

Siendo la lógica la ciencia que estudia el razonamiento correcto, las leyes que regulan el pensamiento y su relación atinente con la realidad, su ejercicio es poco usual. De ahí que los juicios apresurados, suposiciones, criterios absurdos continúan imperando, dejando tras de sí toda una gama de inexactitudes y confusiones que podrían superarse con un poco de atención, de reflexión y de criterio en lo que se dice, lo que indudablemente requiere de una adecuada estructuración del pensamiento, del pensamiento racional y lógico.

No se puede arbitrariamente tener una lectura adecuada sobre la realidad y de los hechos, partir de criterios subjetivos, en donde se mezclan factores emotivos, intereses particulares, opiniones sesgadas, pues eso abre las puertas a falsear los hechos, a ver lo que se quiere ver de las cosas y no lo que estas son.

Sócrates descarta los juicios subjetivos, señalando que el ser humano conoce con base a conceptos universales.  Conceptos que son potestad de todo ser humano y gracias a que todos los poseen es lo que permite el entendimiento. Por lo que únicamente se puede conocer a los particulares a partir de que ya se tienen conceptos universales, que se establecen a partir de recoger las características esenciales de una determinada cosa, convirtiéndolo en un concepto a partir de la abstracción.

Así, se sabe qué es y quién es un ser humano porque se posee la idea general de lo que este es. De ahí que, solo basta percibir a un ente, con las características similares a la idea general que ya se tiene, que el intelecto ha formulado a través de la abstracción, para identificar, en este caso, quién es un ser humano. Es más, señalaba Bertrand Russell, no se puede conocer directamente las cosas, sin que se tenga al mismo tiempo el conocimiento de alguna verdad sobre ellas, verdad que constituye los principios generales que la hacen ser de una forma y no de otra.

Así, porque se vean detalles particulares que puedan identificarse con una determinada función, labor o hecho, no es suficiente razón para creer y afirmar que así lo es. Juzgar en función racional requiere no solo que la información recibida a través de los sentidos esté ordenada, en secuencias espaciotemporales, sino, también, establecer evidencias claras y precisas de que lo que se concluye corresponde a los antecedentes que se han postulado, es decir, contar con los indicios, evidencias y pruebas correspondientes.

Es más, dentro de la lógica no cabe suponer, es decir, extraer conjeturas tan solo con base en apreciaciones sensibles ya que, siguiendo el criterio de la lógica formal, no existe tercero pues lo que es, es y lo que no es, no es. Procediendo a partir de los principios de la lógica, no hay cabida a las suposiciones ya que si, por ejemplo, todos los seres humanos son mortales, y se acepta eso como verdad, y si María es un ser humano, desde luego que ella es mortal, lo que no es una suposición.

Me quedé reflexionando en que lo que ella consideró como lógico, según su criterio, fue todo lo contario. La lógica formal es el instrumental teórico que permite interpretar los hechos de manera objetiva, libre de cargas emocionales, de suposiciones personales e intereses particulares, con base a principios establecidos.

No obstante, al hablar se mezclan criterios de todo tipo, se usan expresiones emotivas, directivas, es decir, por lo general se vierten opiniones que no requieren de la validez pertinente que toda comunicación declarativa o referencial debe ostentar, eso es lo que comúnmente se llama discusiones coloquiales, librescas.

Luego, para que las personas se puedan entender, sí requiere cumplir con criterios que regulen la discusión o la comunicación y, con ello, lograr alcanzar acuerdos. Criterios de orden racional y, desde luego, lógicos. En este caso, se requiere hablar con propiedad para transmitir las ideas que se pretenden intercambiar de forma clara y concisa. Desde la posición de la mera opinión, eso no es posible, si lo es desde la perspectiva de la argumentación y de la contrargumentación o de la refutación.

Lo lógico no constituye un criterio personal, que justifica un modo de obrar determinado, aunque así es empleado, no lo es. No lo es, también, el sentido común, propio de cada persona ni consiste en una forma de pensar, si lo es cuando se le entiende como la forma correcta de estructurar el pensamiento, para el correcto razonar.

De modo que no es lógico justificar con esa palabra los juicios apresurados, las apreciaciones que, al final, resultan ser inciertas. Ante los problemas que conlleva la forma incorrecta de juzgar la realidad, de ordenar las ideas y emitir juicios, cabe aprender lo que la lógica es y su aplicación también en las simples acciones cotidianas.

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