El futuro incierto de la USAC y del ilegítimo

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Mynor René Martínez

A pocos días de iniciar la etapa de vacaciones en la Universidad de San Carlos de Guatemala, USAC, el futuro de la casa de estudios superiores es incierta. No hay información de cuáles serán las políticas que implementará el ilegítimo Rector Walter Mazariegos, de ahora en adelante mencionado como el ilegítimo.

Vale la pena recordar el origen de la palabra ilegítimo. Según la Real Academia Española, la define como: ilegal, ilícito, indebido, irregular. Según Carlos Rúa Delgado, el devenir conceptual de la legitimidad política aparece como representación justificatoria del poder político, bien sea como concreción de un consenso a partir de un proceso electoral.

Lo que hoy abundan dentro de la Carolingia son los rumores, en algunos casos se menciona que el primer semestre del año entrante seguirá la modalidad digital y hay quienes aseguran que así continuará todo el año. Otra información que circula es que se contará con modalidad híbrida en algunas jornadas, pero hasta aquí nada es seguro.

Y es que el ilegítimo, miembro activo del Pacto de Corruptos, está más preocupado en evitar que el nuevo gobierno del presidente Bernardo Arévalo asuma el poder, que en dedicarle tiempo a planificar el nuevo año de estudios.

No es lo mismo gobernar la Tricentenaria con los cuates en el poder Ejecutivo, que con un gobierno en contra. Y es que ahora siente a la justicia respirándole al cuello, porque él sabe que su proceso fraudulento de elecciones se le puede caer. Recordemos que, a diferencia de los diputados, el Rector no tiene inmunidad (Si no pregúntenle a Murphy Paiz)

Pero los problemas para el ilegítimo no terminan ahí, en el interior de la USAC se está cocinando su propia sopa, donde el ingrediente principal del cocido es el. Entre más vapulea la dignidad sancarlista, más se acrecienta su impopularidad y su falta de legitimidad.

Según el plan que ha maquinado el ilegítimo, debe evitar a toda costa y a cualquier precio que se lleven a cabo más de seis elecciones a cargos de decanos, directores de escuelas y de centros regionales, si no lo consigue perderá el monopolio del poder en el Consejo Superior Universitario y en la universidad, alcanzado en las elecciones que fueron denunciadas como amañadas.

En la USAC el tema político es uno de sus bastiones, siendo la elección de sus autoridades un ejercicio “democrático” de representación de sus autoridades. Aunque en los últimos cinco períodos hemos venido de mal en peor.

El papel del ilegítimo en el pacto de corruptos y el plan de golpe de estado es tan evidente que no deja duda que su participación como peón de la dictadura del cleptonarcoestado (acuñado por Rubén Zamora) le va a pasar la factura el próximo año, con consecuencias políticas y legales.

Y es que hay que recordar que en el servicio público el tema del poder es temporal, pero hay quienes lo olvidan y creen que regocijándose hoy con sus abusos de autoridad están ganando la partida, esto refleja la miopía del ilegítimo.

Yo soy partidario del precepto dialéctico que después del caos seguirá un estado de orden, el cual en el caso de la USAC tendrá que pasar necesariamente por una reforma universitaria, por cambios en los procesos electorales y un mayor cuidado de la autonomía, con lo cual el ilegítimo, ha mostrado públicamente no estar comprometido. Espero de corazón, que la gloriosa San Carlos logre sobrepasar este bache político, quizá uno de los más fuertes de su historia  reciente, para lograr susbsistir cientos de años más como la universidad pública, autónoma y popular que le caracteriza

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