Aumento de la tecnología y disminución del CI
Omar Marroquín Pacheco
El argumento de que la tecnología aumenta mientras el CI declina se ha discutido desde varias
perspectivas. A continuación se presentan algunos puntos clave para abordar esta paradoja:
- Dependencia tecnológica: A medida que la tecnología ha avanzado, muchas
tareas cognitivas que antes requerían esfuerzo mental han sido externalizadas. Las
calculadoras, los buscadores de internet y las aplicaciones de navegación son ejemplos de
cómo la tecnología ha reducido la necesidad de hacer cálculos, recordar información o
desarrollar habilidades espaciales. Este fenómeno puede estar relacionado con la disminución
en las pruebas de CI en algunos países desarrollados, donde se observa un menor desafío
cognitivo en tareas cotidianas. - Erosión de habilidades críticas: El fácil acceso a la información y la
automatización han reducido la necesidad de desarrollar ciertas habilidades, como la memoria
o la resolución de problemas complejos. La sobredependencia en dispositivos digitales puede
estar afectando la capacidad de las personas para concentrarse, pensar críticamente o retener
conocimientos, lo que podría influir en un estancamiento o declive del CI. - Multitarea y sobrecarga de información: La era digital también ha traído
consigo una sobrecarga de información, que, combinada con la tendencia al multitasking,
puede disminuir la profundidad del pensamiento. En lugar de fomentar el desarrollo de
habilidades cognitivas profundas, la fragmentación constante de la atención podría estar
afectando negativamente la capacidad de procesar información de manera eficiente, lo que
podría reflejarse en el rendimiento en pruebas de CI. - Cambios en la educación: La educación contemporánea ha adaptado métodos
y enfoques basados en tecnología, lo cual es beneficioso en muchos aspectos. Sin embargo,
algunos críticos señalan que la excesiva dependencia en herramientas tecnológicas podría
estar afectando habilidades básicas, como el pensamiento analítico o la lectura profunda, que
son fundamentales para el desarrollo intelectual. - Desigualdad en el acceso a la tecnología: No todos los avances tecnológicos
por igual a toda la población. Mientras que algunos tienen acceso a tecnologías que potencian
su aprendizaje y desarrollo, otros quedan rezagados, lo que podría estar contribuyendo a una
desigualdad en el desarrollo intelectual. El CI, por lo tanto, podría reflejar no solo capacidades
cognitivas inherentes, sino también la calidad del entorno educativo y socioeconómico. - Crisis en la capacidad de adaptación: Aunque la tecnología está mejorando,
algunas personas pueden tener dificultades para adaptarse a este rápido ritmo de cambio. La
tecnología, por su parte, puede fomentar habilidades muy específicas, mientras que otras
capacidades cognitivas que antes eran más valoradas, como el pensamiento lógico o la
resolución de problemas, se ven menos ejercitadas.
En resumen, mientras que la tecnología sigue avanzando y facilita la vida diaria, su impacto en
el CI refleja un complejo equilibrio entre la mejora de ciertas habilidades cognitivas y la posible
disminución de otras, especialmente aquellas relacionadas con el pensamiento crítico y el
esfuerzo mental directo.
El reto, entonces, es encontrar cómo utilizar la tecnología para potenciar el desarrollo cognitivo
en lugar de depender de ella de manera pasiva.
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