Los semáforos y el pisto: anécdota con moraleja, de ingenio y comunidad

Omar Marroquín

Corría el año 1995, en la Ciudad de Guatemala. La Universidad de San Carlos (USAC)
buscaba ampliar la entrada principal ubicada en el Bulevar Lic. Manuel Colón Argueta.
Para ello, se estableció un acuerdo con la Municipalidad, liderada por el Alcalde Lic.
Oscar Berger.
El plan: La municipalidad se encargaría de la ampliación física de la entrada, mientras
que la USAC aportaría tres piñatas dobles de semáforos (seis en total). El Rector de la
USAC, Dr. Jafeth Cabrera, se comprometió a adquirir los semáforos.
El problema: El costo de las piñatas era elevado, superando los Q. 150,000.00. Para
noviembre (último mes laboral en la USAC), ya el presupuesto en mi oficina solo
contaba con Q. 45,000.00 en sus fondos disponibles.
La búsqueda de soluciones: Su servidor Arq. Omar Marroquín Pacheco, Jefe de
Construcción de la USAC, estaba en un verdadero aprieto, el Rector Cabrera fue
tajante al indicar que la Institución se comprometió y teníamos que cumplir.
El Rector Cabrera me sugirió buscar apoyo en la Dirección Financiera de la
universidad, pero no había presupuesto disponible tampoco.
La chispa de la innovación: Frustrado, caminando del edificio de Rectoría a mi oficina
ubicada en el primer nivel de la Biblioteca Central de la USAC, me encontré con el Ing.
Julio Ismael González Decano de la Facultad de Ingeniería, al compartir el problema,
coincidimos que la USAC es el principal tanque de pensamiento del país, con el Ing.
González vimos una oportunidad y trazamos las acciones a seguir, fue así que a las
horas nos juntamos en el decanato de ingeniería.
Uniendo fuerzas: Con lo planeado el Ing. González convocó a una reunión a los
cinco Directores de Escuelas de Ingeniería. La situación se planteó y se delegó a tres
estudiantes para desarrollar una solución como parte de sus tesis.
El ingenio triunfa: Con la colaboración de estudiantes de las carreras de Ingeniería
Eléctrica, Electrónica, Industrial, en Sistemas y Mecánica, se logró construir las tres
piñatas con innovaciones tecnológicas para la época.
Entre ellas, se implementaron luces LED, la carcasa o caparazón se fabricó en fibra de
vidrio, se incorporó un temporizador externo que permitía a los peatones cambiar de
verde a rojo en las zonas de cruce (pasos de cebra).

El resultado: La USAC pudo cumplir con su compromiso de instalar los semáforos,
invirtiendo solo Q. 40,000.00 (salvados por la campana).
Además, tres estudiantes se graduaron con un proyecto innovador y se demostró que,
con ingenio, colaboración y buena voluntad, es posible superar obstáculos incluso con
recursos limitados.
El legado: La historia de «Los Semáforos y el Pisto» se convirtió en un ejemplo
inspirador dentro de la USAC, demostró el potencial de la colaboración entre diferentes
áreas de conocimiento, la capacidad de los estudiantes para aportar soluciones
creativas y el valor de la gestión eficiente de recursos.
Más allá de la anécdota: Este relato nos recuerda que la innovación no siempre
requiere grandes inversiones. A veces, con un poco de ingenio, trabajo en equipo y la
colaboración de diferentes actores, podemos lograr resultados extraordinarios, incluso
con recursos limitados.
Reflexión final: La historia de «Los Semáforos y el Pisto» es un homenaje al ingenio,
la colaboración y la capacidad de convertir los desafíos en oportunidades. Un ejemplo
inspirador que nos invita a buscar soluciones creativas a los problemas, trabajando
juntos por un bien común.
Palabras clave: Ingenio, colaboración, innovación, gestión de recursos, comunidad,
universidad, responsabilidad social.

YoSoyUSAC #OrgulloSancarlista #Guatemala

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