La pérdida social del tiempo por el tráfico

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Omar Marroquín Pacheco

Las calles, avenidas, arterias y calzadas en muchas ciudades, incluyendo la de Guatemala, se han vuelto inelásticas, lo que significa que su capacidad para absorber un crecimiento creciente del número de vehículos es limitada o nula.

Cada hora ingresan más vehículos, saturando estas vías ya limitadas, lo que provoca caos vehicular. Esta saturación genera grandes congestiones que se traducen en miles de horas de pérdida social de tiempo para los conductores y pasajeros.

Este tiempo perdido en tráfico podría haberse utilizado para acciones más positivas y productivas, como actividades laborales, educativas o de ocio.

Además, el caos vehicular afecta la calidad de vida, genera estrés, agresividad en los conductores que día con día se manifiestan en las redes sociales y afecta la economía local por la pérdida de productividad.

La falta de planificación adecuada, el deficiente transporte público y la concentración de empleos y actividades económicas en zonas específicas exacerban el problema, causando que las velocidades promedio en horas pico sean muy bajas, incluso menos de 7 km/h en casos extremos.

Por ello, se requiere una acción coordinada e integral que incluya regulación del crecimiento vehicular, fortalecimiento del transporte público, infraestructura adecuada y descentralización económica para reducir la presión sobre las vías urbanas y mitigar la crisis vial.

Esta situación de calles inelásticas y saturadas es una tragedia cotidiana que demanda soluciones estructurales para evitar que el tiempo social perdido siga aumentando y afectando negativamente a la sociedad.

Algunas ciudades promueven el uso del transporte público, bicicletas y vehículos eléctricos de pequeña escala.

• Implementan medidas como moto sharing y car sharing para reducir vehículos privados imbric

Estas ciudades aplican estrategias basadas en:

• Fomentar el transporte público y modos sostenibles como bicicletas.

• Limitación del tráfico privado en zonas específicas mediante peajes o restricciones.

• Mejoras de infraestructura para movilidad alternativa y tecnologías de gestión del tráfico.

• Acciones culturales y eventos que restringen el uso del vehículo en ciertos días.

Estas medidas disminuyen la densidad vehicular, aumentan la fluidez y reducen las horas perdidas en congestiones, mejorando la calidad de vida y la sostenibilidad urbana.

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