La agenda de la Paz sigue vigente
Miguel Ángel Sandoval
Con algo de nostalgia veo que hoy 29 de diciembre, 29 aniversario de la firma de la paz, en los medios de circulación nacional no hay ni la menor mención a esta efeméride. Pareciera que se hizo en otro país o en otra época. Pero no hay ningún comentario, ni como noticia ni como opinión de los atentos observadores de la vida nacional. ¿es la política del avestruz? ¿Tanta indiferencia les provoca el fin de la guerra? ¿Qué hay detrás de todo ello? ¿De qué se trata?
Sin embargo, quiero recordad que el asunto de la paz sigue vigente a pesar de los olvidos o a pesar de lo que hicieron o dejaron de hacer los gobiernos que desde entonces se sucedieron en la obligación de estado en dar cumplimiento a una serie de acuerdos que fueron avalados y respaldados por la ONU.
Solo para dar un par de datos, resulta que cualquier persona que quiera gobernar este país tiene entre sus responsabilidades acometer un conjunto de reformas. ¿Alguien, por ejemplo, estaría en contra de una seria reforma judicial? ¿O alguien en sus 5 sentidos, no impulsaría una reforma educativa que con carácter de urgencia demanda el sector? ¿O en algo que se discute sin mucho sentido en el congreso en cada proceso electoral, es decir, las reformas o mejor, la elaboración de una ley electoral y de partidos políticos?
Pues bien, las reformas citadas y otras de igual o mayor calado forman parte de una agenda que es la de la Paz, que por diversas razones se bloquea desde su firma, sin saber, bien a bien, las razones para ello. Ocurre lo mismo con los regateados derechos de los pueblos indígenas o con temas complejos como las medidas indispensables para el desarrollo rural integral, o la necesidad de una reforma tributaria globalmente progresiva. O todo el paquete de resarcimiento, destruido por u o de los más nefastos personajes que pasaron por el palacio nacional.
Es cierto que hubo desde entonces algunos pasitos tímidos en dirección a cumplir, en ocasiones, con algunos temas de la agenda sustantiva de la paz, pero es de señalar, que sin mucha energía y por poco tiempo. Es por ello la idea de que la paz es apenas un recuerdo, lejano, además, pero presente porque los problemas que se plantean en la agenda siguen vigentes y acaso hoy son más necesarios y urgentes.
Valga el recordatorio en este aniversario un tanto desangelado, y a la espera de conmemorar por lo alto, el 30 aniversario del año próximo. Aunque es bueno subrayar, que una conmemoración como la que viene, trae consigo demandas puntuales como las que ahora se señalan.
