Guatemala ¿Qué democracia y qué autoridades indígenas?

Ollantay Itzamná
En el pequeño gigante y encantador país megadiverso llamado Guatemala, se intentaron diversas revoluciones: Revoluciones liberales, revoluciones de izquierda y progresismo norteamericano. Todas, con la misma ilusión: que despierte el esperado amanecer en este país tropical a oscuras. Incluso, celebramos una y dos primaveras.
Años después, nos damos cuenta que las revoluciones y las primaveras son y fueron para los patrones.
¿Cómo ocurrió ello?
Todos esos procesos fueron capturados por sofistificadas estrategias comunicacionales que llevaron, una y otra vez, a la derrota cultural al campo popular rebelde o indignado. Al final, las y los indignados o revolucionarios terminan asimilados o reproduciendo la agenda patronal que financia las sofisticadas estrategias comunicacionales.
Ocurrió en 2023. En Guatemala había una acumulada bronca sociopolítica contra los patrones corruptos. Y había y hay una propuesta sociopolítica, con agenda de cambios matricialies y estructurales para el país. Pero, generadores de opinión pública, comunicadores, analistas, y reproductores culturales hegemónicos o permitidos por el sistema, simplemente invisibilizaron o demonizaron a los mensajeros del cambio y a su mensaje constituyente plurinacional. “Las condiciones subjetivas y objetivas no están dadas para cambios estructurales”, gritaron los analistas indigenistas incluso.
Al final, desde sus slogan de: “segunda primavera”, “revolución de maya”… instalaron en el imaginario indignado del campo popular al sujeto revolucionario permitido: Autoridades ancestrales bien portadas (recreados por la cooperación euronorteamericana) con la finalidad de invisibilizar a movimientos emergentes o actores incómodos al estado colonial imperial.
Meses después, el Estado patronal, más allá de sus contradicciones internas, “asimila” a la dirigencia de la “revolución maya” de octubre pasado como funcionarios estatales, en condiciones o posiciones servidumbrales. Y claro, el sistema de saqueo neoliberal en los territorios, el costo de la vida, los asesinatos y encarcelamientos de dirigentes, desalojos de comunidades, etc., continúan peor que antes. Y, los generadores de opinión, analistas o indigenistas pro imperiales, o los medios alternativos de la USAID, gritan con más fuerza: ¡O están con el revolucionario Bernardo Arévalo o están con el pacto de corruptos! Así, el campo popular queda atrapado en la confusión e inmovilizado.
Fuente https://ollantayitzamna.com/2024/08/14/guatemala-que-democracia-y-que-autoridades-indigenas/
