Christine Lagarde postula dos bloques geoeconómicos encabezados por EU y China

Alfredo Jalife-Rahme

C

hristine Lagarde, de 67 años, polémica financierista del conglomerado OTAN/Unión Europea –ex directora del FMI y hoy presidenta del Banco Central Europeo (BCE)–, expuso ante el influyente Consejo de Relaciones Exteriores su pesimista ponencia Los bancos centrales en un mundo fragmentado ().

Aborda correctamente los giros de las placas tectónicas de la geopolítica, concomitante a la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China, y postula la fragmentación de dos bloques encabezados por las dos mayores economías del mundo, lo que de facto asienta una bipolaridad geoeconómica entre Estados Unidos y China, que deja de lado a la Unión Europea, avasallada por Estados Unidos (Macron dixit).

La rusófoba Christine Lagarde perora exageradamente sobre la geopolítica –a la que atribuye los males presentes del monetarismo centralbanquista globalista–, pero no entiende nada de geoestrategia, al eludir a la hoy máxima superpotencia militar, Rusia.

Tal bipolaridad geoeconómica de Estados Unidos y China, con sus respectivos aliados y/o satélites –que, por cierto, lleva ya asentada bastante tiempo–, creará mayor inestabilidad y mayor multipolaridad (sic) conforme las tensiones geopolíticas se incrementan.

En su turbulento ecosistema fragmentado –propuesto en mi libro Ucrania, primera guerra híbrida mundial: fractura de la biosfera ()– vislumbra dos efectos profundos (sic): 1.- desvanecimiento de la elasticidad del abasto global y 2.- mayor multipolaridad (sic).

Asombra que use el término de multipolaridad, satanizado por la propaganda de la anglósfera que optó por el término multilateralismo más acorde a sus intereses unipolares financieros.

Comenta que Estados Unidos es completamente (sic) dependiente en las importaciones de por lo menos 14 minerales críticos –5 por ciento de las importaciones de litio de Estados Unidos son con China ()–, mientras Europa depende de China (¡mega-sic!) en el abasto de 98 por ciento de sus tierras raras, entre ellos el cobalto y el sagrado litio ().

Señala que las interrupciones del abasto en estos frentes (sic) pueden afectar sectores críticos de la economía, como la industria automotriz y su transición a la producción de vehículos eléctricos.

Después de promover su “nuevo mapa global ()”, en su segundo punto aborda, mediante el lenguaje hierático/críptico de los funcionarios centralbanquistas, la multipolaridad financierista que epitomiza el binomio de la desdolarización/yuanización.

En su papel atlantista, desdramatiza cualquier pérdida inminente (¡mega-sic!) del dominio del dólar o del euro, frente al ascenso del yuan y la rupia (sic), al unísono de la creciente acumulación del oro (¡mega-sic!) como activo de reserva alternativa.

Reconoce que el actual dominio unipolar del dólar no debe ser dado por asentado, pero reconoce que su hegemonía no debe ser dada por asentada.

No aborda el papel de la plata, de la que México es el primer productor mundial, sin obtener sus justos dividendos.

Atestigua los intentos para crear alternativas (¡mega-sic!) –propulsadas por Rusia y China– a la unipolaridad del SWIFT ().

Enuncia finalmente que la manera en que los bancos centrales navegan en la era digital también será crítica sobre cuáles divisas crecerán y caerán (sic).

Define la Era digital como la innovación de sus sistemas de pagos y la emisión de divisas digitales, obviamente controladas por los bancos centrales y a no confundir con el desregulado bitcoin del Internet profundo que ha criticado acerbamente ().

Se detecta que a los monetaristas centralbanquistas globalistas de la OTAN se les agotaron sus mágicas recetas neoliberales que pudieron imponer durante 32 años unipolares.

Hoy, con la multipolaridad creativa del G-2 de Rusia y China, se acabó su tóxico jueguito en medio de la cada vez más creciente desdolarización/yuanización/rupianización con auge de las materias primas, donde destacan el binomio oro/plata y el cobalto/litio/tierras raras.

http://alfredojalife.com

La Jornada

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