Todo cabe en el jarrito… del frente unido
Miguel Angel Sandoval
Es un dicho muy usado en México que dice: todo cabe en un jarrito, sabiéndolo acomodar. Y para lo que nos ocupa hoy día, estamos hablando de un frente político/social, que, con variedad de componentes, pueda trabajar en el ámbito de una coalición amplia, democrática y plural. Se expone relativamente fácil pero lo difícil es hacerlo realidad. En especial si hacemos un breve recordatorio de los intentos de los últimos años. No se trata de hacer señalamientos a nadie, aunque sí de recordar que en política los costos son reales y las oportunidades que se pierden no se recuperan fácilmente.
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Quiero señalar que nadie olvida el pasado, pero sí, que todos queremos construir el futuro. Con los sectores sociales y políticos, que quieran la democracia sin adjetivos y sin limitaciones que se imponen desde los sectores corruptos. Esto podría ser la divisa de un Frente Unido por la Democracia. Con todos los que quieran, y estén en la capacidad política y anímica de hacerlo, que lo hagan. Se trata de abrir una fase en donde la tendencia sea hacia el reencuentro, la unidad, los acuerdos, pues lo que vivimos ahora, son tendencias y practicas que empujan hacia la dispersión de esfuerzos.
La única demanda para el impulso del Frente Unido, es respetar e impulsar los 5 puntos que están en la base de estos esfuerzos que inician con la divisa de agrupar, juntar, unir. Todo ello para cerrar el paso al pacto de corruptos, a los conservadores de toda la vida, y los que quieren vivir como sea y a costa de lo que sea, en la finca decimonónica. No se dieron cuenta que el mundo cambio y que lo que era ya no es. La tarea de nuestras fuerzas agrupadas, con un proyecto que tome en cuenta todos los esfuerzos, y que tenga como norte inequívoco: la derrota de los corruptos y enemigos del progreso.
Cinco temas, permiten una mejor comprensión de los puntos centrales. De igual manera, quienes integramos el grupo promotor del FUD, llegamos al consenso de plantear 5 puntos básicos, irrenunciables y que encierran y forman la base de cualquier proceso democrático que sea en verdad apegado a los cánones universales de la democracia. No es suficiente invocar la democracia con los adjetivos que se quiera, y no es suficiente reclamar el estado de derecho y el régimen constitucional. Hace falta temas concretos y eso son los cinco puntos.
Esto es lo que se recoge en este artículo. Es un llamado a voltear los ojos a una propuesta indispensable, producto del análisis de la realidad nacional. Es obvio que hay temas que no se mencionan de manera expresa, por su especificidad, pero están subsumidos en los cinco puntos que se exponen como centrales. De igual manera, es necesario establecer que son apenas la base de un gran frente unido por la democracia. En donde quepamos todos y nadie sobre. Sabiendo, además, que los aspectos de orden programático se deben plantear en el momento adecuado. Pues tenemos conciencia que se trata de uno proyecto en proceso de maduración.
PROPUESTA MÍNIMA
1. Fortalecer la lucha en contra de la corrupción que se entronizó en todas las instituciones del estado guatemalteco. Aquí nuestro objetivo y compromiso, es rescatar y depurar las instituciones democráticas.
2. Mejorar la salud, educación y la infraestructura como responsabilidad central del estado. Se deberá dotar al estado de recursos, para el trabajo de construcción de infraestructura. El ente encargado, deberá contar con todos los recursos logísticos y operativos, que se perdieron con la privatización.
3. Impulsar el desarrollo rural por todas las vías y garantizar la seguridad alimentaria. Que el medio ambiente sea una política del estado y todos los sectores nacionales.
4. La seguridad ciudadana debe abordarse con energía, depurando todo el sistema: fortalecer y/o profesionalizar a las policías, recuperar el sistema penitenciario, asimismo, mejorar el control sobre aduanas y perseguir todos los delitos ligados al crimen organizado.
5. Abordar como urgencia nacional, un proceso de reforma judicial. Con el cumplimiento de la legislación existente para que la corrupción, el racismo, el feminicidio, o los delitos comunes, tengan una justicia pronta y cumplida.
Quizás haya necesidad de explicar que, en el inicio del segundo cuarto del siglo XXI, la lucha central de los revolucionarios en el mundo, está en la defensa de la democracia. Paradójico, pero son estas las coordenadas políticas de la época. Lo contrario es el neoliberalismo desbocado, el autoritarismo, la guerra judicial, el fascismo en todas sus expresiones, la perdida de todos los derechos por la ciudadanía. No es casual que pensadores de talla internacional reconocida digan que la tarea actual es la defensa de la democracia, que inicio siendo liberal y ahora es algo indefinido, al grado que Bonaventura de Souza señala que incluso para los comunistas portugueses, esa es la tarea. Y que, desde esta esquina del planeta, se afirme como lo hacemos, que nuestra disyuntiva es “democracia o barbarie”.
En el caso guatemalteco la idea de elecciones libres y democráticas, con alternancia, que ponga como divisa la defensa y logro del bien común constitucional y cumpla con los Acuerdos de Paz, es algo que está en contra de la naturaleza de la oligarquía criolla, el pacto de corruptos y todos sus aliados. Y no puede ser de otra manera pues durante muchos años se acostumbraron a pagar partidos políticos, a los que luego le pedían de vuelta los favores. Y no solo eso: se acostumbraron a poner y quitar presidentes o ministros, a cambiar las reglas del juego y las leyes electorales a su sabor y antojo. Sin olvidar el derecho de picaporte en casa presidencial.
Esto es algo que quedó muy claro con los delitos electorales admitidos por los empresarios señalados por la Cicig y que fueron expresados en la foto de familia, al pedir perdón por los hechos de financiamiento ilícito cometidos. Esta fue una de las razones para la campaña en contra de este ente internacional y su expulsión del país. Esta es una de las razones de fondo para decir que la lucha por la democracia es, hoy por hoy, radical, y tiene como idea fuerza, la certeza de que es una lucha fundante entre democracia o barbarie. Ahí nos encontramos.
En otro orden de ideas y a manera de conclusión, como afirmo en un pequeño ensayo, que pasa revista a la experiencia de Bolivia, Uruguay, Chile o Colombia, que nuestra tarea es abordar la disyuntiva de democracia o barbarie. El Frente Unido por la democracia puede ayudarnos en ese empeño. Es claro que no desconocemos otros esfuerzos, así como tomamos en serio las lecciones internacionales y somos insistentes en plantear la ruta para un frente unido.
De la experiencia en los países señalados, la idea principal pasa por el respeto de la pluralidad en las filas democráticas y revolucionarias, así como la comprensión de que la selección de opciones electorales pasa necesariamente por las elecciones primarias. Que, si bien no están consideradas como obligatorias como en la ley electoral de Argentina, constituyen una opción política de los que creemos en la democracia real. Es una especie de prueba de fuego en las intenciones y posturas democráticas. nada esta adquirido de antemano y el buen juicio y criterio de los diferentes componentes de un frente unido tiene la palabra.
Es por ello que, desde hace algún tiempo, la idea de construir un frente unido por la democracia que tenga como divisa cerrar el paso al pacto de corruptos y dar paso a las reformas que el país demanda, debe si actúa con seriedad, tomar en cuenta nuestras experiencias anteriores, así como las de carácter internacional que dicen mucho más que los argumentos en ocasiones limitados, de posturas sectarias o radicales. Es tiempo de una democracia que este a la altura de nuestra época y realidades.
