La marcha por la democracia
 
                Miguel Angel Sandoval
A convocatoria de las autoridades mayas y del presidente electo, Bernardo Arévalo, este 7 se diciembre día de la quema del diablo, tradición guatemalteca que se pierde en el tiempo, y que simboliza el fin de los males por un año, o mejor del año te termina, tuvo lugar una demostración que la democracia en nuestro país es robusta. No me detengo aquí en los comentarios del día después, en donde no pocos se dedicaron a denostar, usando los mas lindos argumentos, el cuasi fracaso de la marcha y la falta de apoyo del presidente Arévalo.
No voy a intentar una crónica de la marcha, y menos un balance, -pues el realizado por Douglas Gonzales me parece adecuado-, pues la marcha, que considero un éxito, acaso no tan masivo como en otras ocasiones, pero si es relevante desde la perspectiva política y sobre todo por el mensaje de defender la democracia y poner esta defensa en el centro de la agenda nacional, lo cual no es algo menor.
Como en toda actividad política publica, siempre hay pequeños hechos que hace falta tener en cuenta. Hubo un momento que las pintas al final de la marcha, se habían convertido en la nota. En otras fue la pelea por el primer lugar en la marcha, o por el micrófono en la tarima. En fin, nunca faltaron pequeñas cosas que le daban colorido. En esta ocasión fueron unos pocos gritos destemplados. Nada del otro mundo.
Un tema que merecería la pena destacar, es que la presencia de varios partidos políticos y organizaciones sociales, así como de manera destacada las expresiones de las organizaciones y autoridades indígenas, le dieron relevancia especial a la convocatoria. La pluralidad fue el signo relevante. Y todos con el denominador común de la democracia, del respeto del voto popular, del estado de derecho y lo que sabemos: la inobjetable victoria de Bernardo Arévalo y Karin Herrera como candidatos de Semilla.
Entre los partidos vimos a Edmond Mulet de Cabal que tiene en su membresía o entre sus electos, a unos 18 diputados y alrededor de 50 alcaldes. Eso no es café pequeño. Se trata de una fuerza politica real que dice, estamos presentes en la defensa de la democracia, en defensa de los resultados electorales y en apoyo al presidente Arévalo. Es un partido que debe contar para la gobernabilidad del gobierno entrante.
En el caso de Mulet, hay en sus proclamas como candidato y en declaraciones en diversos medios, temas suficientes para establecer que, si hay materia para alianzas en los temas de democracia y el respeto de las instituciones, en la lucha contra la corrupción, en la necesidad de impulsar medidas en educación, salud, etc. Y en lucha contra la pobreza.
Se encuentra también Roberto Arzú (proscrito por el TSE) que durante la campaña con Podemos, insistió en muchas ocasiones en una agenda progresista. Muchos no le creen otros en cambio si lo hacen. Pero entre establecer si es real lo que dice, como, por ejemplo, entablar un juicio contra el actual presidente y su pareja, o exigir la nacionalización de Energuate o de la energía eléctrica, al grado que en algún artículo de opinión escribí, cito de memoria, ¿Arzú el nuevo Chairo?
Adicionalmente, lamentó la salida de Cicig de nuestro país, clamo por medicinas mas baratas, y se comprometió por una l lucha sin cuartel contra la corrupción. El asunto es si le creemos o no, o si nos cae bien o más. Pero el tema es que, si analizamos con detenimiento los planteamientos de estos dos políticos, Mulet y Arzú, vemos que hay bases normales para discutir de alianzas. Asimismo, son sectores con los cuales es necesario contar para la gobernabilidad del país.
Creo que Acisclo Valladares es parte del folclor político de este país, pero nada del otro mundo. Al tiempo que lo de su hijo no es tema para estas notas pues ya ha sido o está siendo juzgado en los EEUU. Lo que sí es bueno aclarar, es que escogí a estos personajes pues su presencia en la marcha fue cuestionada, con silbidos, algún cartel o unos cuantos gritos. Otros partidos no llamaron la atención o no tenían el perfil de los señalados. Pero sin duda, fue algo muy representativo.
No me detengo en las ausencias, em donde un par de docenas de candidatos y partidos, que proclamaron ser democráticos, brillaron por su ausencia, pues es a sus voceros o representantes que les corresponde decir las razones por las cuales no salieron en un evento, simbólico si se quiere, de defensa de la democracia en nuestro país, que, contra todo pronóstico, está en proceso de robustecerse. En la batalla entre la democracia y la barbarie, la democracia camina con fuerza y legitimidad.
Mi lectura es que se trata de algo saludable que personas que habían estado lejos de una postura sin ambigüedades ante lo que ocurre, ahora a convocadora de las autoridades indígenas y el presidente Arévalo, se hayan hecho presentes en una marcha con la relevancia que la misma tiene. En otras palabras, hay una base objetiva para intentar establecer alianzas. No señalo a otras fuerzas políticas presentes en la marcha, como VOS, pues creo que esta descontado que se trata de fuerzas con las cuales las alianzas son una parte de su naturaleza y, sobre todo, con un gobierno progresista como el que debe de impulsar Arévalo.

 
                     
                       
                       
                       
                      