Esto es un Movimiento Social
 
                Fernando Cajas
Durante tres semanas el pueblo de Guatemala ha hablado con claridad: No vamos a permitir un golpe de estado. Han sido largas jornadas donde los pueblos indígenas han dado muestra de liderazgo, lucha y sabiduría, rompiendo dicotomías que tradicionalmente habían separado a los guatemaltecos. Si hay un logro importante de este movimiento social es la caída de viejas y duras cadenas que no nos permitían unirnos como país, tales como la dicotomía indio-ladino que luego del liderazgo de los 48 Cantones y de la emergencia de movimientos urbanos, como el de la Betania, han dejado un panorama de unión y fuerza. Este no es solamente un movimiento de campesinos es también un movimiento urbano, es un movimiento nacional para defender nuestra débil democracia.
Un Movimiento Social es más que acciones atomizadas en contra la corrupción. Un Movimiento Social es el conjunto sistémico de luchas erigidas en contra de un grupo de politiqueros y de funcionarios públicos que se han tomado la libertad de perpetuarse en el poder y atentar contra nuestra débil democracia. Si bien el 2 de octubre se visualiza el inicio de este movimiento nacional que pide la renuncia de los tres golpistas: Porras, CurruchIche y Orellana, la base social del movimiento ya existía. Por eso no hay que confundir la solicitud inicial de la renuncia de los tres golpistas con la naturaleza del Movimiento Social que es mucho, pero mucho más profundo.
En este Movimiento Social se trata de continuar el ideario de la Revolución del 44 y con ello construir una Guatemala más justa que finalmente afronte las tareas pendientes que nos dejó la Revolución de octubre de 1944, esto es: Construir un país más justo, donde el sistema de justicia no esté a favor de unos pocos privilegiados, con ello se consolidará la democracia participativa, reconociendo la naturaleza multicultural y multiétnica de nuestra sociedad. Por supuesto que los problemas de Guatemala no solamente son políticos, esto es problemas de manejo y abuso del poder, también son problemas económicos.
Quien confunde que este Movimiento Social solamente está pidiendo la destitución de la fiscal golpista no puede entender la historia. La punta de lanza, el problema visible es el golpe de estado en cámara lenta que viene dando el Pacto de Corruptos y para evitarlo en primera instancia se pide la destitución o la renuncia de los tres golpistas. Pero como el problema es mucho más profundo, la solución tendrá que ser un proceso de construcción consensuada de pasos que los diversos grupos sociales tendrán que poner en blanco y negro. El objetivo es tener un país democrático mucho mejor del país de gobernantes y empresarios corruptos que tenemos.
El Movimiento Social es un proceso, una serie de acciones estratégicas y sostenidas en el tiempo que permitan una resistencia productiva. No se trata solamente de sobrevivir, se trata de vivir, de seguir dándole forma al ideario de la Revolución de octubre de 1944 pero esta vez con una visión integral de las distintas comunidades guatemaltecas. A pesar de lo mal que los gobiernos de la contra revolución les han pagado a los grupos más vulnerables, esto es, comunidades indígenas, dejándolos en el abandono, sin servicios básicos, sin agua potable, sin electricidad accesible. sin salud, sin educación, sin justicia, sin oportunidades de trabajo digno, a pesar de eso, estos son los grupos que lideran el movimiento en la defensa de la débil democracia nuestra.
A pesar que desde 1954 con la contra revolución se inicio un proceso de retroceso de nuestra emergente democracia, hemos tenidos momentos de lucidez, entre ellas el fin de la guerra, los Acuerdos de Paz, elementos fundamentales para construir un Estado democrático. Luego vinieron los gobiernos populistas de Portillo, un tipejo que se las dio de charro mexicano y que confeso haber «matado en defensa propia» en Chilpancingo, Guerrero, y luego confesó que era un ladrón ya como presidente por lo que recibió una mínima condena en los Estados Unidos y regresó, como Baldizón, como si nada hubiera pasado. Cínicos.
Ese gobierno populista del izaquierdoide Portillo que se alió a Ríos Montt ha sido de lo peor que nos ha tocado, ya luego vino otra cadena de gobiernos tibios, pero los últimos tres: Otto Pérez, Jimmy Morales y Alejandro Giammatei han sido de dañinos para Guatemala. La comunidad internacional reaccionó a este deterioro y conformó la Comisión Internacional Contra la Corrupción y la Impunidad, CICIG. Esta comisión hizo una lucha férrea contra la corrupción, especialmente en el periodo del Comisionado Ivan Velásquez y la fiscal general Thelma Aldana. Esta lucha tuvo su máximo en los años 2014 y 2015, como resultado cae el gobierno del general Otto Pérez. Al llegar al poder Jimmy Morales el Pacto de Corruptos le encomendó como tarea fundamental sacar a la CICIG Guatemala.
El subsistema político fue entonces sometido a una intensa presión de parte del sistema jurídico de la entonces fiscal general de tal forma que con Jimmy Morales se hace oscilar el sistema hacia el otro lado, el lado de la corrupción. Su punto máximo fue la expulsión de la CICIG con la mirada pasiva de la población y con el silencio de los Estados Unidos. Del 2013 al 2023 el sistema ha oscilado de la anticorrupción a la corrupción para que ahora inicie el péndulo a moverse hacia la anticorrupción. Este sistema oscilatorio es peligroso porque eventualmente puede llevarnos a otra guerra civil cruenta entre nosotros mismos, mientras los corruptos siguen teniendo sus ganancias.
El éxito de este movimiento social del 2023 estriba en que los académicos realmente nos ayuden a entender este complejo fenómeno social, económico, político, cultural de construcción de una identidad emergente guatemalteca. Mientras los pueblos indígenas encaminan sus batallas y a ellas nos integramos otros grupos hay que analizar con mucho cuidado la naturaleza del movimiento social actual.
El gobierno de Giammattei, líder visible del golpe de estado en cámara lenta, es en el fondo un peón de los grupos de poder económico en Guatemala, léase CACIF, quienes realmente han lucrado con el presupuesto estatal por décadas. Ahora al grupo de corruptos de pseudo empresarios hay que agregar a los narcos y coyotes quienes enriquecen la visión empresarial de país que ha dominado Guatemala. Estos son los jefes reales del Pacto de Corruptos, estos son los que le insisten a Giammattei a que resista, a que todo este alboroto que los «inditos» han provocado pasará. Este grupo racista, clasista, machista, misógino que se ve reflejado en la arrogancia y en las contradicciones de Alejandro Giammattei que no es capaz de reconocer la naturaleza real de su homosexualidad escondiéndose en grupos religiosos que disque defienden la familia, ese es el grupo responsable del colapso de Guatemala.
Ahora vienen conque «manifiesten, pero respeten las leyes, respeten la libre locomoción, respeten X, respeten, Y, respeten Z…» mientras la corte de constitucionalidad, la corte suprema de justicia, el Congreso, el ejecutivo, el ministerio público, ninguno, ninguno respeta la leyes. Entonces, ¿Qué carajo quieren? ¿Qué?
 

 
                     
                       
                       
                       
                      