Deepseek y el plusvalor extraordinario: el dato

Por Pedro Andrés González Ruiz
En los últimos días una noticia económica ha removido los cimientos del capital a nivel mundial, se trata de la aparición de R1, un poderoso modelo de Inteligencia Artificial (IA) creado por la empresa china Deepseek. Sus descargas en los móviles americanos se contaron por millones, y hace unos días los valores bursátiles de las tecnológicas occidentales, sobre todo estadounidenses, pero también alguna europea, caían de manera dramática (el Nasdaq se dejaba cerca de 1,5 billones de dólares, similar al PIB anual español).
Aunque se trata de un fenómeno con muchos aspectos (división internacional del capital, mercado mundial de la tecnología, configuración de la clase obrera y la nueva lucha de clases, entre otros), aquí nos centraremos en lo que tiene que ver con la apropiación del plusvalor extraordinario y el carácter progresivo del capitalismo. Para ello dividiremos la exposición en tres partes: observaremos los datos, nos detendremos en el relato y expondremos la crítica de la economía basándonos en los desarrollos de Karl Marx en su obra El Capital.
Los hechos y los datos
El pasado 27 de enero la valoración en bolsa de la empresa norteamericana Nvidia, productora de microchips, cayó cerca de 600.000 millones de dólares (un 17%). Se trató de la mayor caída jamás vista. Junto a ella, aunque en menor medida, otras empresas se veían afectadas: la mayoría norteamericanas, pero también algunas europeas como ASML y Siemens Energy. ¿Qué había pasado?
La empresa china Deepseek (búsqueda profunda, en español) había creado una herramienta de Inteligencia Artificial (IA), el modelo R1, tan potente como la mejor versión de sus competidores (ChatGPT de OpenAI, Bard de Google, Llama de Meta, BingChat de Microsoft, entre otros), propiedad de capitales norteamericanos. Y además, gratis, con lo que las descargas en los móviles americanos se contaron por millones.
El modelo de negocio de Deepseek, por ahora, está basado en la segmentación del producto: una versión más completa (premium) de pago enfocada hacia profesionales y empresas, y otra versión menos completa y gratuita (cuando el producto es gratis el precio es tu información) destinada al público en general de donde aprende en gran medida la herramienta china de IA.
Varias cuestiones han sido destacadas en este movimiento. Por un lado, la capacidad del capital chino para sobreponerse a las limitaciones al acceso de la tecnología microinformática (la Chips Act promulgada por la administración Biden en 2022); también, la rapidez con que lo han hecho, pues Deepseek fue creada en 2023; la reducida inversión necesaria para crear la herramienta de IA china, que ascendió a 6 millones de $ frente a los 100 millones de ChapGPT-4; que descansa en la reducción del uso de recursos informáticos (memoria y microprocesadores) cuando actúa (una décima parte que sus competidores); de lo cual se derivan ahorros en el uso de otros recursos (energía, espacio físico, agua); se entrena (alimentación con datos para ofrecer buenos resultados) en menos tiempo. Todo esto redunda en un abaratamiento significativo de la mercancía.
Esto pone sobre la mesa que la empresa china ofrece un producto tan bueno como su competencia norteamericana, pero a mucho menor coste. Y sin recurrir a los medios más sofisticados, lo cual da idea del recorrido que tiene. Posteriormente, abordaremos cómo se explica lo que ha ocurrido, primero por el lado de la economía y luego por el de la crítica de dicha economía.
La empresa china Deepseek había sacado un modelo de Inteligencia Artificial (R1) igual de bueno que los estadounidenses, pero bastante más barato. Esto había provocado movimientos en bolsa y en el mercado de la IA. Pretendemos aprovechar este fenómeno para exponer el punto de vista de la crítica de la economía.
Ahora se trataría de pararnos en cómo se presenta esta cuestión por la prensa. Este relato mediático trata de llevar al gran público la conciencia libremente enajenada que los economistas naturalizan. La forma más extendida de esta naturalización en las academias y universidades es la teoría neoclásica, cuyos planteamientos principales exponemos a continuación.
En general, la economía, la empresa, todo, está en equilibrio. Además, añaden los economistas neoclásicos, es la situación deseable. La mejor expresión del equilibrio es que la oferta iguala a la demanda. En el ámbito del sector eso significa que el precio iguala al coste marginal (coste adicional que supone incrementar la producción en una unidad); y en el ámbito de la empresa que el precio iguala al coste medio.
En el equilibrio, el beneficio económico (ingresos menos costes en sentido amplio) es nulo, no existe. El beneficio económico hay que distinguirlo del beneficio contable (ingresos menos costes en sentido estrecho). La diferencia está en que la ganancia capitalista es un coste más, junto al coste del capital humano (salario); esta ganancia es la retribución que corresponde a la propiedad de la empresa. Con este “ocultamiento” se naturalizan el beneficio y la propiedad.
Ahora bien, ocurren fenómenos que perturban esta situación, uno de ellos es una innovación tecnológico como ha sido el R1 de Deepseek. Esto ha llevado a la economía, al sector (en nuestro caso el de la Inteligencia Artificial) a un desequilibrio (precio no se iguala al coste medio), que será más o menos pasajero, hasta que se restaure de nuevo el equilibrio. También la empresa innovadora, Deepseek entra en desequilibrio. Qué significa esto para nuestra empresa.
La innovación del R1 supone que Deepseek obtendrá beneficios positivos (extraordinarios). Pero, de dónde surge este beneficio extraordinario.
La posición ventajosa de Deepseek radica en que produce a menor coste que la media del sector y, como vende al mismo precio, obtiene un mayor beneficio que el sector. Por ello, nuestra empresa obtendrá los beneficios extras. Pero, quién es el responsable del éxito, quién debe apropiárselos.
Aquí se produce un pequeño debate en la economía académica, dado que está en juego el destinatario de este beneficio extraordinario, entre quienes defienden que es el propietario por ser el que arriesga el capital (capitalista emprendedor), o el gestor por ser quien ha llevado a cabo la innovación (empresario innovador). En nuestro caso el propietario de Deepseek es un fondo de cobertura, High-Flyer, y el director ejecutivo es uno de sus fundadores, Liang Wenfeng. Desde luego, el resto de la plantilla laboral ni está ni se la espera en el reconocimiento del éxito de la operación, no digamos ya en la participación del mencionado beneficio.
El relato mediático gusta mucho de resaltar los aspectos individuales e individualistas del proceso innovador y del éxito en los negocios. Este es un asunto en el que tiene mucho interés la denominada ciencia económica que suele reclamarse del individualismo metodológico. Este individualismo, sea el del individuo emprendedor que arriesga sea el del individuo innovador que inventa, implica que las personas y sus motivaciones son la causa última de los fenómenos sociales, dejando de lado las condiciones sociales que rodean a nuestro individuo; condiciones que explican que esa persona sea lo que es, esté donde está y haga lo que hace. Así el épico individuo hecho a sí mismo, parece una feliz aparición social. Se trata de la naturalización del individualismo.
Aunque se viertan kilómetros de tinta y gigas de video sobre Liang, Deepseek debe gran parte de su éxito inmediato, además de a sus fundadores, a su equipo investigador y ejecutor; y esta cualificada fuerza de trabajo debe algo a la formación que la sociedad china les otorgó, por no hablar de otros aspectos más prosaicos como la alimentación, el vestido, la vivienda, … Son acreedores del interés que la sociedad china, a través de su gobierno, ha puesto en la Inteligencia Artificial como rama productiva a impulsar; por no hablar de las condiciones del mercado mundial, particularmente la dificultad que el gobierno de USA impuso al capital chino restringiendo su acceso a la tecnología más avanzada, los chips de Nvidia; y podríamos seguir añadiendo circunstancias que explicarían que Deepseek haya llegado a lanzar el R1. Pero, hay una que es trascendental, la relación social general que domina la sociedad actual, el capital.
Tenemos, así, a nuestra empresa innovadora apropiándose beneficios extraordinarios que se reparten propietarios (capitalista) y gestores (empresarios), pero qué ocurre con el resto de empresas, con la competencia, cómo viven este desequilibrio de la industria. ¿Quién retornará el sector al equilibrio?
El mercado, amigo. Sí, gracias a la competencia entre los capitales, pues todos se disputan el beneficio aspirando a maximizarlo, se restituye el deseado equilibrio. La entrada de capitales, la competencia entre estos, que reviste las más diversas formas concretas (innovaciones tecnológicas, reducciones de precios, publicidad, espionaje, atracción del talento, intervenciones estatales, etc.), es lo que hará que se nivelen las condiciones de producción. Desapareciendo el beneficio extraordinario.
La situación a la que llegaremos, el nuevo equilibrio, se caracterizará por unas condiciones de producción de menores costes, allí las empresas no tendrán beneficios extraordinarios y la demanda, los compradores de IA, será soberana. Soberanía del consumidor, que expresa su libertad, cuya base es la capacidad de compra (la libertad está en el bolsillo, dirá Marx). Las empresas estarán al servicio de los consumidores (los soberanos) buscando procurarles la máxima utilidad con la asignación de recursos más eficiente (menores costes).
Tras la exposición de las líneas generales que acompañan el relato mediático del plusvalor extraordinario, que exaltan el individualismo, el egoísmo, la propiedad, el mercantilismo y el capitalismo, nos queda la exposición de la crítica y su fundamento en la que nos detendremos próximamente.
Rebelión