Zurdo

Miguel Ángel Sandoval 

Este 29 de octubre, se votó una vez más, la resolución de la ONU que condena el bloqueo a la isla de Martí. La votación es una más, la trigésima o sea en 30 años sin cesar, es sellada con una gran victoria para Cuba, en su lucha histórica en contra del bloqueo. En esta ocasión a pesar de la ofensiva de Trump, fue una victoria de la diplomacia cubana.

Quizás lo más relevante de esta asamblea general, es que dicha votación se produce en un mundo convulsionado y con ruido de sables (ahora misiles) amenazadores en el Caribe. A nadie escapa que las amenazas en el caribe tienen también a Cuba como objetivo. Y que las mismas forman parte de lo único que saben hacer los que ahora dirigen ese imperio en decadencia.

Por otro lado, hay ahora la presencia de los BRICS en el plano mundial, un conglomerado de países en donde China, Brasil, Rusia o India, son una especie de locomotora del desarrollo con nueva óptica, de cooperación no de dependencia, en donde Cuba es miembro por derecho propio. Esto significa que la hegemonía económica y política de los EEUU está en discusión permanente. Pasa lo mismo con lo comercial y financiero.

Lo cierto de todo esto, es que salvo algunos países que ante las presiones o del coloso del norte, acepten hipotecar o vender su voto y no hacerlo contra el bloqueo. A pesar de ello, debe ser una votación aplastante.    En el marco claro, que ese voto tiene que ver con la defensa soberana de Cuba, para hacer respetar su opción política y de modelo económico, a pesar de un bloqueo criminal que dura ya más de 60 años. Es, a no dudarlo, una de las resistencias más largas y emblemáticas del siglo XX y XXI. La defensa de la soberanía que Cuba ha mantenido en estos años la han convertido una fuente de inspiración.

Y ahora está resistencia está acompañada por el voto en la ONU en contra del bloqueo, acaso simbólico de muchos países, pero que en su conjunto dejan a los EEUU solo con un par de aliados irrelevantes y uno que otro de ocasión como Argentina que lo hará a cambio de 20 mil millones de dólares. Está es la realidad de las cosas y ese es el simbolismo de la votación de la ONU.

La región centroamericana debe votar de nuevo contra del bloqueo pues es una medida profundamente antidemocrática e intervencionista, por estar en contra de la soberanía y el libre comercio y todas las libertades económicas, así como en contra de la opción política que se asume desde cada país, en este caso de Cuba. 

De nuevo expreso mi apoyo a la justa lucha del gobierno y pueblo cubano, en contra del bloqueo por ser una medida que va en contra del desarrollo de un país hermano. Al tiempo que hago un llamado para que el caribe. y el continente entero sean una región de paz. Y como siempre: viva Cuba.

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