Constituye la libertad un fin
 
                Autor: Jairo Alarcón Rodas
Nadie es más esclavo que el que se tiene por libre sin serlo. No se hace digno de la libertad y de la existencia sino aquel que tiene que conquistarlas cada día. Quien en nombre de la libertad renuncia a ser el que tiene que ser, es un suicida en pie. La libertad, como la vida, sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días.
Goethe
La libertad constituye un valor humano, quizás uno de los más esenciales que, sin embargo, muchas veces no ha sido asumido ni gozado por estos a lo largo de la historia. Podría decirse que humanidad y libertad son conceptos inherentes que se corresponden, dada las características racionales que poseen y, en consecuencia, les otorga la posibilidad de decidir, de autodeterminarse.
De tal modo que el ser humano comienza a asumir su humanidad cuando ejerce su libertad, pues es ahí cuando decide lo que será; es un ser de decisiones que pueden ser certeras o equivocadas, pero ese escenario de acierto y error es lo que lo engrandece. No son ni deberían ser entes robotizados, programados por un mecanismo exterior.
Pero ¿qué es la libertad? Muchos teóricos han abordado desde distintas perspectivas ese tema, con diversos criterios, pero lo cierto del caso es que la libertad tiene íntima relación con el comportamiento humano y este, indisolublemente, se desenvuelve en sociedad, pudiendo ser un estado físico o psicológico. De ahí que la libertad cobra sentido en sociedad, consecuentemente, en el llamado estado de naturaleza, es decir, al margen de una convivencia con otros seres humanos, hablar de libertad es irrelevante.
Cuantas personas han permanecido prisioneros, encarcelados por sus ideas, por tener pensamientos subversivos, por no seguir el guion impuesto por el sistema imperante o, simplemente, por ser diferentes. Los campos de exterminio nazi son un ejemplo de ello. Imposibilitados de ejercer su libertad, miles de personas la perdieron en manos de sus verdugos. Pero, si el ser humano se realiza a sí mismo, qué significa no poder hacerlo, qué significa limitar sus posibilidades, impedir que eso suceda, a partir de imposibilitar que tome sus propias decisiones.
En el libro El Miedo a la libertad, Erich Fromm señala que la historia parecía probar que al hombre le era posible gobernarse por sí mismo, tomar sus propias decisiones y pensar y sentir como lo creyera conveniente. Tomar decisiones por cuenta propia, autogobernarse, ¿será que es propio de la esencia humana? Si se concibe que la naturaleza humana no se puede definir, a causa de que es un prospecto dinámico en construcción, debido al ejercicio que cada individuo hace de su racionalidad, que se patentiza a partir de lo que aprende y lo que realiza cada persona, depende.
Dado que el ser humano representa un proceso de ascenso o descenso, en el que puede enaltecerse o envilecerse en función de sus decisiones, el gobernarse a sí mismo depende de su formación, de su pasado histórico y de su circunstancia. Y aquellos que han sido relegados a la ignorancia, a sufrir la opresión y miseria, el término libertad constituye una ofensa.
La libertad es un estado consciente en el que prevalece, citando a Ayn Rand, el principio de la acción voluntaria frente a la coacción física o la compulsión. Es la acción voluntaria la que impele a una persona a realizar un acto que se considera libre, consecuentemente es lo que lo diferencia de la esclavitud, por lo que, si hay una coerción exterior, deja de serlo. Pero qué es lo que determina que la libertad de un individuo sea conculcada.
Para los liberales y libertarios, es en los Estados totalitarios, con las medidas restrictivas, acompañadas de acciones represivas, sobre todo en el orden económico, en donde se quebranta ese derecho. Para los socialistas, en cambio, el solo hecho de limitar las posibilidades de una vida digna, a partir de la explotación del hombre por el hombre, como se estila en el capitalismo, imposibilita el ejercicio de la libertad.
¿Es, entonces, la libertad un valor per se o, en cambio, tiene sentido en un sujeto que comprende la dimensión de lo que eso representa? La libertad tiene sentido a través de su ejercicio y este se pierde, si no se actúa con responsabilidad. Se puede hacer lo que se quiera, siempre y cuando ese derecho no impida el mismo ejercicio que pretendan hacer los demás.
Así, conviviendo en sociedad, no se tiene el derecho de explotar a otro ser humano ni de disminuir sus posibilidades de desarrollo y de bienestar. Por aparte, qué sentido tiene decir que se es libre, si una persona no se ha emancipado del hambre, si vive en la miseria, si su circunstancia le impide trascender y lo condena a ser esclavo de los designios de otros.
En su discurso sobre El libre cambio, pronunciado el 9 de enero de 1848 en una sesión pública de la Sociedad Democrática de Bruselas, Karl Marx dijo: No os dejéis engañar por la palabra abstracta de libertad. ¿Libertad de quién? No es la libertad de cada individuo con relación a otro individuo. Es la libertad del capital para machacar al trabajador. La libertad tiene sentido en un sujeto consciente de su realidad, como ser concreto que interactúa con otros, que tiene deseos, aspiraciones, necesidades por satisfacer y pretende mejores condiciones de vida para su bienestar y desarrollo, al margen de la explotación humana y de privilegios sectarios.
Sin embargo, algunas personas pretenden que la libertad económica debe prevalecer por encima de todas las cosas, convirtiéndose en un fin ineludible para el desarrollo humano, desatendiendo a las condiciones materiales que afectan a cada persona, su situación existencial y la posibilidad de tomar conciencia de lo que eso significa. Hay que tener presente que primero se atienden las necesidades de subsistencia para poder ejercer a plenitud las potencialidades humanas, en donde el ejercicio de la libertad está ligado al criterio de responsabilidad.
John Rawls es claro cuando dice que las libertades básicas son un marco de vías y oportunidades legalmente protegidas. Por supuesto, la ignorancia y la pobreza, y la falta de medios materiales en general, impiden a las personas ejercer sus derechos y sacar partido de estas posibilidades. De modo que afectan el valor de la libertad, pues para esas personas significa muy poco o, para ser más claros, les es irrelevante. El ejercicio de la libertad, aunque es un valor ineludible para los seres humanos, cobra sentido en un ser consciente de lo que eso representa, dentro de un marco de posibilidades para su desarrollo.
Es así como Adam Smith, al referirse a lo planteado por Thomas Hobbes sobre la naturaleza humana, al decir que el individuo es “un pedazo de la naturaleza”, señale que, con relación al ejercicio de su libertad, puede percibirse que cuando se habla de movimiento voluntario, no se está hablando de movimiento absolutamente libre e incondicionado, en el sentido exterior de la naturaleza, sino del movimiento proyectado desde la naturaleza. La libertad no es hacer lo que a uno le plazca y, en el preciso caso de los seres humanos, se debe atender a su naturaleza social, de tal suerte que la libertad tiene que enmarcarse en ese contexto, de ahí que la libertad pierde valor si no existe justicia social. Y como diría Arjona: ¿Para qué quiere la libertad en la luna un tigre?
 

 
                     
                       
                       
                       
                       
                       
                       
                      