Bloqueos, Protestas: Futuro
Fernando Cajas
Cuando se analizan los bloqueos parece que existen interpretaciones diametralmente opuestas. Por un lado, está el argumento de las cámaras empresariales y sus filiales, cuyo razonamiento va más o menos así: Tienen derecho a protestar, pero lo deben hacer sin bloquear la libre locomoción. Este argumento cuya lógica de fondo es la eficiencia del mercado porque los que protestan (los otros) interrumpen la cadena productiva, ya no hay ganancia. Este argumento va asociado a la creencia (falsa) de que a los que protestan les están pagando, insinuando que son grupos internacionales los que están interesados en desestabilizar el país.
Por otro lado, están los que participan en las protestas, los que bloquean, los que piden que se respeten sus derechos. A este grupo debe asociarse a aquellos que simpatizan con las protestas y que apoyan los bloqueos, aunque no participen directamente, argumentando que tienen derecho a la Resistencia, tienen derecho a la Rebelión, tienen derecho a detener al país. Este argumento cuya lógica de fondo es la búsqueda de la voluntad popular, la defensa del derecho fundamental de vivir en la sociedad que queremos, es el argumento por una Guatemala mejor.
Como hemos vivido en un mundo polarizado en izquierda-derecha, blanco-negro especialmente en Guatemala donde las falsas narrativas de la clase pudiente han dicotomizado a nuestra población en indio-ladino, urbano-rural, las explicaciones de los paros suelen darse desde esta perspectiva dicotomizada. Sin embargo, el presente Paro Nacional no es el producto de una polarización ideológica entre izquierda o derecha, tampoco debe ser el resultado de la falsa dicotomía indio-ladino, no; fue, es y será el punto de quiebre entre un gobierno corrupto que ha forzado a toda la población a protestar, a rebelarse dignamente, a tomar las calles para recuperar su libertad.
Pero la protesta no son sólo bloqueos. Las protestas ciudadanas también se dan en las plazas. En Quetzaltenango, una ciudad que históricamente se ha opuesto a los dictadores, desde la creación del Estado de los Altos en el Siglo XIX, la Universidad Landívar de la mano de la Universidad de San Carlos y de los maestros, de la mano de la ciudadanía el Movimiento Ciudadano, protestan dignamente. En la Ciudad Capital la protesta se fortalece y lo mismo sucede en incontables comunidades alrededor de Guatemala. Este Movimiento Social no es la imposición de un grupo, este Movimiento Social es la emergencia genuina para poder transformar a Guatemala desde lo más profundo. Aquí nadie creó artificialmente este Paro Nacional, este es nuestro grito como guatemaltecos por la Libertad.
