Alcahuete y violador
Miguel Angel Sandoval
De un día para otro el TSE se convirtió en un “levantamuertos”, en el que acude al llamado de los modernos Lázaros. Pues bromas y parábolas aparte, resulta que el PAN no estaba muerto, sino que andaba de parranda. ¿Como su fundador? Si tenemos un poco de memoria deberíamos recordar que, en el proceso electoral del 2023, el PAN, así como otros 9 o 10 partidos, fueron cancelados por no haber conseguido el 5% de los votos y sin colocar un solo diputado. Y como esas eran las reglas del juego vigentes, pues este partido, fue cancelado. Pero de repente, el TSE dice: “no, el PAN no está muerto, yo lo resucito”. Y a la Mier…coles los pastores. El resto de partidos cancelados. ¿Esos sí? ¿invocando que razones?
Aunque lo relevante es que de manera simultánea se cancela a Semilla ganador de la presidencia con dos millones y medio de votos, con 23 diputados y con el apoyo de una gran mayoría de la ciudadanía. En otras palabras, a los perdedores se les perdona la vida, se les revive, y a los ganadores se les castiga. Planta de democracia, vergüenza de Tribunal Electoral, y desgracia de Corte Constitucional que avala semejante salvajada. Es la expresión más burda de una dictadura judicial. Ahora no hacen falta milicos represivos, pues con jueces y magistrados venales se condena a la muerte civil a cualquiera.
Antes fue la política de contrainsurgencia que era buena para un cocido o para un zurcido como se dice. Ahora son suficientes, un combo de fiscales, jueces y magistrados para convertir la democracia en un lodazal de impunidad, y en la muerte civil de los demócratas y de los luchadores por la democracia. Eso es de cuerpo entero la dictadura de los jueces y… en nuestro país. El denominado como Cartel de la Toga.
Ello, la cancelación de Semilla y la resurrección del PAN, en una flagrante violación al ordenamiento legal del país, a la ley electoral y de partidos políticos -LEPP- todo con la mirada cómplice de la CC, de la CSJ, del MP que no investiga ni mueve un dedo el fiscal electoral cuchuchurro. Es la vergüenza electoral a la veinteava potencia. Es la burla absoluta. No se entienden las razones por las que no hay al momento de escribir esta columna, por lo menos 10 recursos de amparo, 20 recursos de nulidad, 40 recursos en contra de la idiotez, y un millón de firmas para desconocer las burradas del TSE y la complicidad criminal de los otros organismos citados. Es la debacle democrática.
Ello la víspera del cuarenta -40- aniversario de la Constitución Política de la República de Guatemala el 31 de mayo de 1985. Cuando con su promulgación se abrió la puerta a las elecciones con participación de partidos políticos legalmente inscritos, no resucitados como el PAN de ahora, y cuando hubo las condiciones políticas para iniciar el diálogo por la paz para poner fin a una guerra interna de muchos años, producto entre otras cosas, de la ausencia de una ley electoral democrática que permitiera la participación político electoral de todas las expresiones políticas e ideológicas del país.
Con la constitución política de 1985 y los Acuerdos de Paz de 1996, se abrió una ruta democrática que hoy, un combo de jueces, fiscales, magistrados, pretenden evadir y buscan transitar por las rutas de la ilegalidad, de la impunidad al amparo del Cartel de la Toga. ¡No vamos a permitir semejante despropósito!
