Oro, sexo y la venganza del Nobel
David Brooks
R
ecomendaciones para una visita a la Casa Blanca: llegar con regalos como barras de oro, relojes, un avión, asegurar que durante la visita las estancias deben ser en hoteles con el nombre del anfitrión y/o invertir en criptomonedas de la primera familia y, por supuesto, no mencionar cosas como sus relaciones con un famoso pederasta.
Todo eso es parte de los costos de hacer negocio con el régimen en Washington. Y funciona. A principios de noviembre, los suizos enviaron una delegación de empresarios con varios regalos, incluida una barra de oro de un kilo personalizada con los números 45 y 47, en referencia a las dos presidencias de Trump, con un valor de 130 mil dólares y un reloj de escritorio especial Rolex. Los obsequios fueron aceptados por Trump a nombre de su biblioteca presidencial, con lo cual son aparentemente legales (por ley, él y todo funcionario federal no pueden aceptar presentes con valor mayor a 480 dólares). Poco después de la visita, el mandatario redujo los aranceles que había impuesto sobre Suiza.
No fue un caso especial ni nuevo para el ocupante de la Casa Blanca, informó Axios, ya que Trump y su familia no reportaron por lo menos 117 regalos de extranjeros con valor aproximado de 291 mil dólares durante su primer periodo, según una investigación del Congreso.
Pero a su regreso a la Casa Blanca, lo único que cambió es que ahora los regalos son cada vez más lujosos. Entre los más generosos está el de mayo de la familia real de Qatar de un avión presidencial con valor de 400 millones de dólares.
Y no son sólo extranjeros. El ejecutivo en jefe de Apple, Tim Cook, le regaló un emblema de su empresa en vidrio sobre una base de puro oro y su compañía y varias otras (incluidas Meta, Amazon, Microsoft y 33 firmas e individuos más) patrocinan con más de 300 millones de dólares al gran salón de baile que Trump construye en la Casa Blanca.
También se aceptan inversiones en las criptomonedas que maneja la familia del presidente estadunidense, donde especuladores extranjeros han invertido en un negocio que ha multiplicado los ingresos de la compañía de la familia, Trump Organization, a 864 millones de dólares para mediados de este año, refirió Reuters. Algunos calculan que la familia Trump ha agregado 5 mil millones de dólares a sus fortunas personales en sólo los primeros siete meses de su presidencia, en lo que Public Citizen declaró como “la mayor corrupción en la historia presidencial” (https://www.jornada.com.mx/2025/10/13/mundo/035n1mun).
La vanidad acompaña el negocio, como siempre ha sido el caso con esta primera familia, donde toda propiedad, hotel, club de golf, lleva su nombre. Pero ahora, desde la presidencia hay propuestas para nombrar sedes y productos oficiales desde el salón de baile en construcción al viejo Centro Kennedy con el nombre presidencial. Una moneda oficial propuesta para conmemorar el 250 aniversario lleva la imagen de Trump en ambos lados, o sea, ya tendrá otro significado eso de “las dos caras de la moneda” y también será imposible usarla para determinar algo con “águila o sol”.
Sin embargo, todo este negocio podría ser puesto en jaque si continúa estallando la crisis del difunto Jeffrey Epstein en torno a la relación del presidente con el famoso pederasta y amigo de los ricos y famosos (el ex príncipe Andrés ya tuvo que pagar su parte de la cuenta), ahora con nuevos mensajes difundidos donde el acusado afirma que Trump “sabía de las chicas”. Hasta ahora, no ha logrado escaparse de este problema, algo que incluso está provocando fisuras entre sus bases y aliados.
En parte por eso se especula abiertamente que el casi Premio Nobel tal vez necesitará a la nueva Premio Nobel de la Paz para provocar una guerra en el Caribe, donde la sangre de otros podría distraer de un problema personal del comandante en jefe.
Necesita distracciones: Trump permanece en su punto más bajo en los sondeos con sólo 41 por ciento de aprobación y 55 por ciento de desaprobación. En una encuesta de NBC, 30 por ciento afirma que apoya su movimiento MAGA, mientras 43 por ciento ahora respaldan a la campaña de oposición bajo el lema de No Reyes.
The Who. Won’t get fooled again. https://www.youtube.com/watch?v=UDfAdHBtK_Q
La Jornada
