Conclave o la democracia vaticana

Zurdo

Miguel Angel Sandoval

Uno de estos días en una función de cine normal, con poporopos y esas cosillas, vi el filme Conclave, que como lo sugiere el título, es el proceso alrededor de la sucesión de un Papa que ha fallecido. El tema es de actualidad pues no se puede negar que la salud del Papa Francisco, permite pensar que el tema de la sucesión esta a la orden del día. Es por ello que ha despertado mucho interés en varios países. Y todo debido a que su Santidad al salir del hospital tiene ante sí, el deber de renunciar a sus funciones por motivos de salud y dar pie a la sucesión. Sería contra toda lógica pretender que el Papa Francisco regresara a sus funciones. Necesita descanso y comprensión.

Pero ahora quiero comentar un tema que me parece de alguna relevancia. El día de la función, al finalizar esta, una persona que se encontraba en la sala viendo el mismo filme, hizo al final una suerte de performance y se dirigió al publico con aires de indignación, para decir que el mismo debía ser prohibido. Y dijo alguna incoherencia que sencillamente revelaba que no había entendido de la misa la mitad, como se dice. Por lo sorpresivo de su acto, no sabría decir si fue algún católico ofendido o alguien de otras creencias cristianas. Pero eso no es el punto. De lo que se trata es de la intolerancia que existe a flor de piel en nuestro país.

El filme trata con mucho respeto, dicho sea de paso, temas que no son un misterio para cualquier ciudadano que lea en alguna ocasión periódicos o de alguna vuelta por internet. Y son los problemas que durante muchos años han ocupado a la iglesia católica en su conjunto. Y de esto es precisamente que trata el filme. Es la reflexión en el curso de una asamblea de cardenales llegados de todo el mundo para elegir entre ellos al sucesor del Papa fallecido. Elegir entre un poco más de una centena de cardenales, al sucesor y escoger al mejor, o al que representa la corriente de pensamiento dominante.

Es un filme de ficción que esto quede expuesto para evitar confusiones. Conclave tuvo en los premios Oscar 8 nominaciones y fue ganador al mejor guion. Trata los usos y costumbres en una asamblea de cardenales y con la misma se pasa revista a los temas cruciales de la iglesia hoy.  Y en el filme, una narrativa evidente y una que pertenece al terreno de lo simbólico. Nada es de lectura simple pues todo tiene símbolos propios de la fe católica, y también alusiones a la vida cotidiana. Me detengo apenas en dos o tres pasajes.

El primero, es que dibuja a los cardenales como toda persona, falibles, susceptibles de cometer errores y obtener el perdón, en una palabra, humanos, nada alejado del mundo y sus circunstancias. Y la elección de un Papa en donde todos los cardenales son por definición candidatos, no esta exenta de las rivalidades i9ncluso de mezquindades para alcanzar el poder. Pues es necesario reconocer, que el papado tiene una vertiente espiritual pero también una de estadista, y por lo tanto de poder terrenal. Es algo que se puede observar cuando en la primera elección para el sucesor, una tercera parte de los cardenales, alcanza solo un voto, el propio.

Luego, la acusación de corrupción que a uno de los candidatos más votados se le hace. En esa secuencia queda la sensación de que existe a pesar de todo, un sistema de control de las finanzas y su uso por las autoridades eclesiales. Y, sobre todo, que se trata de seres humanos y que por ello el error en la conducta esta a la vuelta de la esquina. Se trata de un delito contemplado en el Código Canónico.

Y en un momento realmente dramático de Conclave, a uno de los considerados casi ganador, se le descubre un incidente sexual ocurrido en sus años de joven, acaso seminarista o cura recién ordenado. El hecho lo descalifica para ser electo y ello de por vida.  En medio de ello, expresiones de la existencia de corrientes dentro del conjunto de cardenales que llevan al espectador a pensar en la presencia del viejo dilema entre liberales y conservadores, que en el lenguaje actual nos remite a las expresiones modernizantes y retrogradas, aunque por supuesto dentro de los márgenes del debate cardenalicio ante la inminente opción por un papa que sea capaz de dirigir a la iglesia con la dirección correcta, con equilibrio, con firmeza.

En verdad no es una película para ser prohibida, antes bien es un filme recomendable que aborda los temas cruciales de nuestra época. Con un final inesperado y controversial, Conclave es un filme que recomendaría ver antes que lo quiten de la cartelera de los cines comerciales. Quizás valdría decir que mientras la intolerancia en nuestro país dice sin recato que se prohíba, en otros países como España, desde su estreno en 2024, se presenta en unas 250 salas. Hay material para la reflexión. Y disfruten de sus poporopos.

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