Aprendizaje en Guatemala
 
                
Por Fernando Cajas
El problema de la educación de Guatemala nace, crece, se desarrolla y eventualmente se resolverá en la Universidad Nacional. La razón es simple: La Universidad de San Carlos, USAC, forma a los profesores de todos lo niveles educativos. Hay unidades académicas de la USAC que realizan esta actividad y algunas la hacen eficientemente. Sin embargo, el grave problema de la educación de Guatemala es la ausencia de una política educativa que integre a la
educación superior con la educación obligatoria.
Este grave problema tiene sus raíces en una visión elitista de la Universidad y es propia de individuos «universitarios» que no desean tener nada que ver con la educación «inferior». Si bien la Constitución ordena a la Universidad dirigir la educación pública superior, también le ordena dirigir la educación profesional y esto no es posible si no se tiene una visión integral del sistema de educación y de la sociedad a la que se sirve. Como la universidad forma profesores,
la primera tarea es entender que la educación requiere un enfoque científico e integral.
Para empezar, en la Universidad de San Carlos, USAC; no se reconoce que la educación requiere una visión científica ya que no tiene programas científicos para diagnosticar, entender y mejorar la educación y sus aprendizajes asociados. Los profesores universitarios no se forman para ser profesores. Un diagnóstico reciente revela que al preguntarles si se perciben como docentes, la respuesta es NO. O sea, un ingeniero dando clases se cree ingeniero, no profesor. Un medico dando clases se percibe como médico, no profesor. Si, dicen ser profesores, pero eso lo subestiman, cuando en el fondo todos los profesionales universitarios contratados en la USAC para dar clases son fundamentalmente docentes.
La formación docente del profesor universitario no existe. La formación docente de profesores de primaria y secundaria la hace la Universidad de forma empírica, sin marcos teóricos científicos, sin reconocer que en el mundo han emergido en las últimas décadas las ciencias del aprendizaje y junto a ella toda una gama de alternativas de diseño curricular, formación docente e investigación cognitiva y social ( por ejemplo, Lee Shulman, Wolff-Michael Roth, Deborah Ball, Ricardo Cantoral, Ruth Rodríguez, Jhony Villa, etc.). Esta y toda la investigación sobre aprendizaje de alumnos, aprendizaje de profesores, diseño curricular, formación docente, no ingresar a la Universidad de San Carlos porque esta es una Universidad aislada, capturada por una visión platónica del conocimiento, elitista, racista, clasista. Por supuesto que esta investigación tampoco entra a la escuelas guatemaltecas llenas de goteras, pupitres
rotos, profesores desmotivados y dirigidos por un capo: Joviel Acevedo.
El problema de la educación de Guatemala nace, crece, se desarrolla y eventualmente se resolverá en la Universidad Nacional. Para ello la Universidad debe replantear todos sus programas, principalmente los de docencia, pero también los de investigación, de extensión y administración como problemas científicos de aprendizaje. La situación actual de la Universidad de San Carlos es deplorable. Los pocos estudiantes que ingresan a la Universidad
tienen un enorme reto ya que los índices de graduación son bajísimos, los más bajos de América Latina. Para ejemplificar, a nivel nacional, apenas el 2% de la población tiene acceso a la Universidad, un índice más bajo que Haití, que tuvo el índice más bajo por muchos años. La eficiencia terminal, esto es, el porcentaje de graduados en el tiempo que dice el currículo es bajísima. En derecho de la USAC es de apenas del 4%, solo 4 de cada 100 estudiantes de gradúan en el tiempo en que dice el currículo (7 años). En ingeniería civil, un programa acreditado, la eficiencia terminal es del 7%. Esto es, solamente 7 de cada 100 se gradúan en el tiempo que dice el currículo (6 años). Lo peor, el tiempo de permanencia en ingeniería civil es de 9 años, altísimo; pero en derecho los estudiantes tardan en promedio 18 años para graduarse. En las otras carreras también en promedio tardan más de una década.
Para mejorar a la Universidad de San Carlos se requiere cirugía mayor. Hay que refundar al sistema de educación y no separarlo en «superior» e «inferior», sino transformarlo como un todo. Se requiere que la dirigencia sea innovadora, conocedora de las visiones científicas que han transformado la educación moderna. Urge que la Universidad sea dirigida por académicos de reconocida trayectoria y no por un capo, cuyo único merito y especialidad es ser excelente en manipular, mentir, usurpar y sacar partido de los demás.
 

 
                     
                       
                       
                       
                      