Economía política del genocidio
 
                Mario Rodríguez Acosta
El título de este análisis se inspira en una charla impartida por William Robinson sobre la poli-crisis del capitalismo, abordando la actualidad de la guerra entre Israel y el pueblo palestino.
El Estado de Israel, especialmente su cúpula sionista, está llevando a cabo un genocidio flagrante contra el pueblo palestino, respaldado por la impunidad y la protección de Estados Unidos, un imperio que actualmente experimenta más derrotas militares de las que logra emprender.
Este genocidio se desencadenó como respuesta a la afrenta percibida por parte de Hamás. Sin embargo, la respuesta israelí se ha traducido en el asesinato de niños, la destrucción de hospitales, la matanza de médicos y enfermeras, así como el desplazamiento forzado de familias palestinas, todo basado únicamente en su identidad palestina, sin el más mínimo respecto al derecho internacional humanitario.
Esta venganza, impregnada de odio y desprecio por la vida humana, busca afirmar la potencia militar de Israel. No obstante, lo que realmente demuestra es todo lo contrario; un ejército verdaderamente invencible no recurre al asesinato de niños, ancianos y enfermos desprotegidos.
A nivel mundial, numerosos israelitas se oponen a la ocupación y destrucción de Palestina. También la sociedad internacional se opone a esta barbarie. El sionismo y la ocupación están siendo más cuestionados que nunca, y parece evidente que no hay solución posible sin la creación de un estado palestino independiente.
La pregunta que surge es: ¿qué sucede si Hamás no es derrotado? ¿Qué ocurre si Hamás persiste, contraataca y continúa su lucha contra la ocupación?
En este escenario, los únicos perdedores serían los pueblos del mundo, ya que perderían su humanidad al ser testigos de la perpetuación de la violencia como solución a sus diferencias. También Estados Unidos sufriría las consecuencias al respaldar el genocidio contra el pueblo palestino, erosionando su credibilidad en la escena internacional.
La resistencia de Hamás no solo impactaría a la región y debilitaría aún más la posición de Estados Unidos en el mundo. La continuidad de la guerra y su deshumanización resonaría a nivel global como una afrenta a la humanidad y a los principios fundamentales de justicia y paz.
Blog Catarsis. https://ciidgt.org/catarsis/
 

 
                     
                       
                       
                       
                      