20 de agosto y voto nulo

Miguel Angel Sandoval
Uno de los temas que se discutió con mucha pasión al conocerse los resultados de las elecciones en primera vuelta el 25J, fue el amplio nivel del voto nulo y el voto en blanco. Depende desde donde se analice el fenómeno, se puede decir que las elecciones no tuvieron mayor legitimidad, pues el voto nulo salió en primer lugar en el conteo de los votos.
En efecto, al redor de 17% de los votantes optaron por el voto nulo, pues no veían en las elecciones nada parecido a opción, pues los principales partidos, sobre todo los favorecidos por las encuestas, no levantaban ni la ceja de cualquier votante. Ante la presencia de los partidos Valor, Cambio, Radical (no sé si hubo) Mi familia, Victoria, Elefante, etc. La gente no se sentía representada para nada. Es la razón de fondo, junto al hartazgo de la corrupción, los usos y costumbres de los políticos a la tortrix, por lo que la gente opto por votar nulo.
“En 2015, el porcentaje de votos blancos y nulos fue del 9.2%, cuatro años más tarde, en 2019, subió a 13.14% ¡y ojo! en las elecciones del 25 de junio de 2023 el porcentaje se elevó a 24.4%.” Prensa Libre. 27.06.2023 En otras palabras, un cuarto de los votos fue nulos o en blanco, con lo cual el rechazo al sistema político es más que obvio, y sobre el mismo se pueden decir muchas cosas, pero resaltaría al menos dos: la primera es que la gente expresó su rechazo al sistema votando. Y eso es un logro democrático.
No se hizo uso del abstencionismo, sino que se utilizó una herramienta del sistema para decir que estamos hartos, que queremos un cambio. Y por ello vale la pena reflexionar sobre el voto nulo, y el voto en blanco. Y la segunda es el derrumbe del sistema de partidos políticos, que en esta ocasión todo fondo, pues a pesar del resultado de la UNE, su pésima campaña en segunda vuelta, los coloca ante los peores resultados en su existencia.
Pero no así del sistema electoral que existe en el país y que, a pesar de todas las críticas, ahora el mismo salió fortalecido. Me refiero a la parte de la logística electoral, del conteo de votos, a la participación ciudadana en el mismo, a la manera que la gente audito su voto, o la forma en que reviso por internet las actas cuestionadas en un primer momento. Asimismo, los intentos por dar una salida judicial, fueron derrotados por la sociedad que, movilizada, dijo y exigió, respeto al voto popular, principal figura de los derechos democráticos.
Pero hay un tema sobre el cual me gustaría elaborar un par de ideas. Hay a mi criterio, una diferencia de suma importancia entre las motivaciones del voto nulo en la primera vuela electoral y la segunda vuelta. Esto es, ente el 25J y el 20 A.
Si somos serios y francos, el voto nulo expresó el rechazo categórico al sistema electoral guatemalteco, pero, sobre todo, a la forma en que la clase política ha dirigido el país en los últimos años. Ya sabemos de esto. Asimismo, la ciudadanía (un cuarto de los votantes) harta de tanta corrupción, de tanto mal manejo en todos los terrenos de la vida pública, no veía ninguna expectativa, ninguna opción de cambiar, aun en algo, la situación del país.
Es en este contexto que se debería valorar el efecto Semilla. Desde un 2% o 4% de intenciones de voto en la mayoría de encuestas, muestras o sondeos, a obtener el 12% y pasar al balotaje, hay más que una sorpresa electoral. Se trata que en contra de todos los esfuerzos del pacto de corruptos, por la vía judicial, por la vía de todas las formas de fraude, descalificación, de intentos de un golpe blando o con vaselina, o campañas negras, se intentó desde el 25J, de bajar, así como se lee, al partido Semilla y la opción que representa.
Con el paso de Bernardo Arévalo, candidato presidencial de Semilla a la segunda vuelta, se ha producido un fenómeno concentrado en las pocas semanas que hay del 25J a la fecha. De un partido y candidatos desconocidos, que en efecto dieron la sorpresa electoral, se ha pasado a ver en ese proyecto la reivindicación a todos los males que aquejan a la sociedad guatemalteca, para iniciar con la corrupción, el abandono de las instituciones del estado, la vulgaridad en la vida política nacional, y muchas cosas más.
Pero como lo señala el propio candidato Arévalo, en cuatro años apenas se podrán echar las bases para los cambios de fondo que el país necesita con urgencia. Aunque de algo si se puede apostar con bastantes posibilidades. Es que el partido y su candidato harán una política distinta a la actual. Dejarán de lado el autoritarismo, la destrucción de las instituciones, la corrupción, contra la cual ya anuncia un decálogo de medidas a impulsar. Y esto para la sociedad ya es una buena noticia.
La razón por la que el partido Semilla y su candidato Arévalo se convirtieron en la opción de las mayorías, ha sido la torpeza del pacto de corruptos, que antes de paralizar a la sociedad y al partido, han provocado un efecto en cascada que suma nuevos adeptos a ese proyecto cada día, con cada nueva medida en su contra. Tanto el desprestigio del pacto de corruptos, del mal gobierno. Por supuesto que hay también la parte que toca al desempeño del partido y su candidato.
Es por estas razones que, en las elecciones en segunda vuelta, el 20A, la participación de los que votaron nulo, tendrá en esta ocasión una opción que no había en las elecciones del 25J, pues en ese momento, la posibilidad de que Arévalo y Semilla pasaran a segunda vuelta u otra opción progresista era casi imposible de visualizar. Por eso la sorpresa.
A estas alturas, parecería que solo las expresiones más conservadoras de la sociedad, o pequeños grupos que no valoran las adquisiciones que el actual proceso ya presenta para los guatemaltecos, insistirán en votar nulo, pues unos no quieren una opción de izquierda, progresista, chaira, y por ello votaran nulo. Otros porque no miran en la opción de Arévalo, las grandes alamedas abiertas ni el asalto al palacio de invierno. Pero esto creo que en las condiciones actuales puede ser residual.
Por ello parecería que lo más constructivo en términos políticos, en la coyuntura actual de nuestro país, tomando en cuenta la correlación de fuerzas existente, las expectativas de muchos, las reticencias de otros tantos, sería hacer un llamado a que los votantes del nulo con razones claras en la primera vuelta, para que ahora, el 20 A, lo hagan, por la opcion que se abre por la presencia de Semilla y Arévalo.