Propuesta para recuperar la vía pública en Guatemala
Omar Marroquín Pacheco
Una nueva administración debería plantear una salida gradual y pactada: recuperar las calles como vías y espacio público, pero ofreciendo mercados formales y alternativas reales a los vendedores, con reglas claras, diseño urbano digno y enfoque metropolitano.
1. Reglas claras de ciudad y moratoria a más techos
Lo primero es establecer, por ordenanza, que la calle es prioritariamente espacio de movilidad y uso colectivo, y que la ocupación permanente solo es excepcional, regulada y temporal.
Esto implica decretar una moratoria inmediata a nuevas estructuras sobre la vialidad (techos, tarimas, cerramientos) mientras se elabora un plan integral para el comercio popular y los mercados.
Paralelamente, se debe actualizar el plan de ordenamiento territorial y de espacio público, definiendo con precisión: calles que deben liberarse, corredores comerciales permitidos, zonas de mercado y áreas peatonales planificadas, con criterios de movilidad, riesgo, servicios y densidad.
2. Plan integral de mercados y reubicación concertada
La solución de fondo pasa por construir o adecuar mercados formales, plazas de barrio y centros de abasto donde pueda reubicarse de manera progresiva el comercio hoy instalado en la calle.
La experiencia internacional muestra que los procesos de reubicación funcionan mejor cuando se basan en: caracterización detallada de los vendedores, diseño de espacios adecuados para su actividad y participación real en la definición de ubicaciones, un plan robusto incluiría:
● Nuevos mercados o ampliación de los existentes, bien conectados a transporte público.
● Módulos formales con servicios (agua, saneamiento, seguridad, bodegas, guarderías) para dignificar la actividad.
● Reglas de asignación transparentes (censo, prioridad por antigüedad, vulnerabilidad y tipo de giro).
3. Estrategia social y económica con los vendedores
No basta “mover puestos”: la nueva administración debe tratar el tema como política social y económica, no solo como ordenamiento físico.
Las buenas prácticas recomiendan combinar la reubicación con programas de capacitación, apoyo al emprendimiento, acceso a microcrédito y facilidades para la formalización tributaria simplificada.
También se requiere negociar con las organizaciones de vendedores reglas de transición: calendarios de desocupación de ciertas calles, incentivos por traslado temprano, acompañamiento técnico y social, y compromisos mutuos respecto al cuidado del nuevo mercado y al no retorno a la calle.
4. Reconfiguración de calles: peatonales bien diseñadas, no “techadas al caos” En algunos puntos de alto valor comercial o patrimonial, la opción no es solo “mercado cerrado” o “vía de carros”, sino calles peatonales bien diseñadas con comercio regulado.
Las experiencias de peatonalización muestran que, si se planifica el tráfico de desvío, se mejora el espacio público y se controla el número y tipo de puestos, se pueden incrementar las ventas sin sacrificar la calidad urbana.
La administración debería:
● Seleccionar ciertos ejes para prioridad peatonal con diseño integral (arbolado, mobiliario, drenaje, iluminación, señalización).
● Regular la densidad y dimensiones de los puestos, dejando franjas libres para circulación y emergencias.
● Sustituir techos improvisados por soluciones arquitectónicas coherentes con el entorno (toldos desmontables, estructuras ligeras de calidad, horarios restringidos).
5. Gobernanza, control y participación ciudadana
Finalmente, se necesita una institucionalidad estable para gestionar el comercio en espacio público: una unidad municipal especializada, con presupuesto, técnicos y capacidad de diálogo.
Esa unidad debería coordinar operativos de control, administración de mercados, estadísticas, cobros y mecanismos de resolución de conflictos, evitando operativos punitivos aislados que sólo desplazan el problema.
Es clave crear mesas permanentes con vendedores, vecinos, transportistas y comerciantes formales para evaluar avances, ajustar normas y garantizar que la recuperación de calles no signifique exclusión social, sino una ciudad más ordenada, equitativa y económicamente dinámica.
Bélgica 10 de diciembre de 2025
