La CELAC a Buenos Aires
 
                Miguel Ángel Sandoval
“junto con el fortalecimiento de la Celac, se abordará la crisis peruana”
Más allá de los temas puntuales de la agenda, de la cantidad de mandatarios que asistirán o dejarán de hacerlo, un hecho merece ser destacado. El regreso de Lula al gobierno luego de derrotar al émulo del trumpismo, Bolsonaro, da como resultado un nuevo impulso de la Celac, pues si recordamos, la Celac fue fundada en uno de los primeros gobiernos del nuevo mandatario brasileño. Y ello desde donde se quiera analizar, es un hecho positivo para la democracia en la región y especialmente para la autonomía de los diferentes gobiernos del subcontinente. Hoy la Celac tiene el claro apoyo de México, Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, que ven en este organismo, una vía alterna a la propuesta de Washington.
En Buenos Aires junto con el fortalecimiento de la Celac y sus aires renovados, se tendrá que abordar, si o si, el agudo tema peruano. Sin temor a equivocarse, la Celac debe asumir una postura proactiva y, en consecuencia, menos contemplativa que la OEA que guarda silencio cómplice ante la ruptura del orden democrático en ese país, pero, sobre todo, ante la represión abierta que se ha desatado en contra de importantes sectores del pueblo peruano. Decir que son ya más de 60 asesinados y centenas de heridos, causados por el ejército y fuerzas policiales del Perú, en contra de los manifestantes que exigen la renuncia de la espuria mandataria Dina Boluarte del Perú no basta. Y que ello en el ámbito de la OEA que solo se limita a observar o levantar los hombros, al ver la barbarie que se está instalando en ese país, no deber ser la actitud de la Celac.
Cuando vimos las imágenes de la denominada toma de Lima, voces con clara preocupación hicieron llamados a la cordura de los manifestantes, que de manera pacífica exigían un derecho totalmente democrático. Mientras que de manera vergonzante cerraban los ojos ante la brutal represión. Esto es un tema que la Celac debe abordar sin los dobleces de la OEA, y debe hacerlo apegado a las normas y principios más elementales de la democracia liberal, que hay que decirlo, no se construye con represión como la peruana.
Si se señala el tema peruano como parte de la agenda necesaria de la cumbre de Buenos Aires, es debido a que con el análisis de esa crisis se podrá valorar el alcance de la Celac, que, sin la supervisión de los EEUU, como en el caso de la OEA, tendría un test de suma importancia. Otros temas como el de la propuesta que Lula y Fernández avanzan, sobre una moneda única, denominada SUR, para transacciones financieras y otro tipo de intercambios.
En otros términos, la agenda estará cargada de temas de fondo tanto en lo político como en lo económico, pues el tema del Perú y el de una moneda única, tienen la fuerza suficiente para establecer una frontera clara con la OEA, que sigue los dictados de los EEUU en todos los terrenos, pero también se podría establecer hasta donde las democracias del continente están dispuestas a plantear los temas de una forma de categórica. Es decir, la democracia es incompatible con los golpes de estado modernos, o con la guerra judicial desde el poder, así se revistan en ropas menores de constitucionales. Es por ello que se espera, una severa condena a la presidenta del Perú, y la exigencia de elecciones cuanto antes para intentar superar una crisis estructural, que tiene al menos unos 30 años a la deriva.
Y en un contexto como el que se señala, no parece que haya espacio para hacer de las improvisaciones del gobierno y cancillería de Guatemala, un tema en sus intenciones de arrojar sospechas sobre el trabajo de la Cicig y su comisionado Iván Velázquez, pues en ese contexto, no tendrá audiencia, menos consideraciones por el tufillo a impunidad que los argumentos oficiales y de funcionarios que se han referido al tema, no alcanzan para remontar las dudas que la supuesta investigación a un funcionario protegido por la ONU y el derecho internacional, existen en todos los países del continente. Me temo que el canciller guatemalteco se quedara en el cuarto del hotel y quizás aparezca en la tradicional foto de familia, pero nada más.
 

 
                     
                       
                       
                       
                      