Estudios: puerta a nuevas oportunidades en 2025

yo

Luis Roberto Ixcot

En Guatemala, como en todas partes del mundo, cada inicio de nuevo año suele ser una etapa cargada de propósitos y metas. Entre ellas, retomar los estudios emerge como uno de los objetivos más importantes para quienes buscan superarse personal y profesionalmente.

Miles de guatemaltecos abandonaron sus estudios por diversas razones en los últimos tres años: problemas económicos, responsabilidades familiares, afecciones de salud física o mental e incluso falta de oportunidades. Sin embargo, este 2025 ofrece una nueva oportunidad para aquellos que desean retomar el camino educativo. Hacerlo no solo impacta de manera positiva en el desarrollo personal, también contribuye al crecimiento del país.

El primer paso para retomar los estudios es superar las barreras psicológicas y sociales que muchas veces impiden avanzar. Es común que las personas sientan temor o inseguridad ante la idea de volver a las aulas después de varios años. Incluso algunos temen al “qué dirán” por retomar sus estudios a cierta edad avanzada. Pero lo importante es tomar en cuenta que cada uno avanza a su propio ritmo y que no todos han tenido las mismas oportunidades o retos en la vida.

En Guatemala, diversas instituciones ofrecen programas flexibles y accesibles para adultos y jóvenes que desean continuar su formación académica. Desde jornadas nocturnas hasta modalidades en línea. La clave está en investigar y encontrar la alternativa que mejor se ajuste a sus circunstancias y con el acceso a tanta información en la web y redes sociales, no hay excusa para animarse a dar el paso.

Retomar los estudios no solo permite adquirir nuevos conocimientos, también fortalece habilidades que son altamente valoradas en el ámbito laboral, como el pensamiento crítico y la resolución de problemas. En un mercado laboral donde la competencia es feroz y las opciones laborales son escazas, contar con un título académico o una certificación adicional puede marcar la diferencia entre obtener un empleo bien remunerado o quedarse en la informalidad.

Además, toda educación tiene un impacto directo en la autoestima y el bienestar emocional de las personas. Completar un nivel educativo pendiente o aprender algo nuevo genera un sentido de logro y empoderamiento. Esto no solo beneficia a quien estudia, también inspira a su entorno, especialmente a los más jóvenes que ven en ese esfuerzo un ejemplo a seguir.

Es importante tomar en cuenta que, no solo hablamos de la educación formal en aulas y centros educativos; ya que bien se pueden tomar cursos, capacitaciones o talleres de tipo técnico o especializaciones en idiomas, tecnología y demás. Al final de cuentas lo importante es no dejar de estudiar y aprender, sin importar nuestra edad.

En un país como Guatemala, donde la desigualdad y la pobreza afectan a millones de personas, educarse juega un papel crucial en la construcción de una sociedad más equitativa. Cada guatemalteco que decide retomar sus estudios contribuye al desarrollo de su comunidad al convertirse en un agente de cambio. Personas más capacitadas pueden generar soluciones innovadoras a los problemas que enfrenta el país y promover un futuro más próspero.

Por otro lado, es fundamental que el gobierno y las instituciones educativas continúen fortaleciendo programas de becas y apoyo económico. La educación debe ser accesible para todos, especialmente para quienes provienen de comunidades vulnerables. Retomar los estudios no debería ser un lujo, sino una posibilidad real para cada ciudadano.

Esta responsabilidad es tanto del sector público como del privado, así como de todos los niveles educativos, pues nuestra sociedad registra aún, altos índices de analfabetismo, deserción escolar o falta de acceso a recursos educativos. Niños, adolescentes, jóvenes e incluso adultos, dejan sus estudios primarios, secundarios o superiores por causas diversas, pero también influye la falta de voluntad del resto de actores implicados en la educación nacional.

Una de las excusas más comunes para no retomar los estudios es la falta de tiempo. Las responsabilidades laborales y familiares suelen ocupar gran parte del día, pero la organización y la disciplina pueden marcar la diferencia. Establecer horarios y buscar apoyo en el entorno cercano son estrategias que facilitan equilibrar las obligaciones con el estudio.

Otro reto importante es el miedo al fracaso. Muchas personas creen que no podrán adaptarse al ritmo académico o que serán juzgadas por su edad o experiencia. Sin embargo, cada vez más instituciones fomentan un ambiente inclusivo y de apoyo para quienes deciden retomar sus estudios. La clave está en pensar en los beneficios que a nivel personal, familiar, comunitario y hasta social, puede tener el que retomemos el barco hacia una mejor educación o preparación.

No importa si se trata de profesionales universitarios o de adultos que dejaron las aulas sin un título de diversificado; este 2025 puede ser el año en el que miles de guatemaltecos transformen sus vidas a través de la educación. Retomar los estudios no solo abre puertas a nivel profesional, también permite alcanzar metas personales y demostrar que siempre es posible empezar de nuevo.

La educación es la base para construir un futuro más digno y lleno de posibilidades. Cada persona que decide continuar aprendiendo está invirtiendo en sí misma y en el desarrollo del país. Guatemala necesita mentes capacitadas y corazones dispuestos a transformar la realidad. Este año, tomar la decisión de retomar los estudios, puede ser el primer paso hacia un porvenir más brillante.

Facebook comentarios