El misterioso poder de los agujeros negros

Edna H. Saraccini
Según los estudios científicos, un agujero negro es una región finita del espacio cuyo interior posee una concentración de masa lo suficientemente elevada como para generar un campo gravitatorio tal que, salvo por un determinado tipo de procesos cuánticos, ninguna partícula ni radiación —ni siquiera la luz— pueden escapar de él.
Estamos jodidios entonces con el que llegó a instalarse en el guacamolón (denominación del palacio nacional de Guatemala por su color verde, hoy palacio de la cultura), que desde el primer momento se ha dedicado a succionar todo lo que se le pone enfrente, de lado o atrás, vaya usted a saber..
Así que de un tiempo acá solo van quedando las «partículas» de este país ya que, como bien lo denunciaba el periodista José Rubén Zamora, preso político ahora pendiente de condena por los berrinches de la pareja sexual presidencial, éste lo quería todo, todo, todo…
Y ahí sigue demostrando su poder, autoridad y capacidad de sometimiento, que ni las cúpulas han logrado reducir.
Faltan pocas semanas para ver el alcance de este «campo gravitatorio» y el aparecimiento, tal vez a última hora, de algún «proceso cuántico» que lo altere…voto nulo, abstención masiva, confirmación del fraude… o algún otro fenómeno que motive la revuelta civil y cambie la condena de la consolidación del regimen narcofascista del país, tras el anunciado fraude electoral.
Ojalá, con la esperanza puesta en la ciencia que describe los agujeros negros como «regiones finitas»…