¿Cómo colabora el Frente Amplio chileno con un cambio de régimen e intervención militar en Venezuela?» por Nicolás Romero
Por Nicolás Romero
«De esta forma, el Frente Amplio chileno aparece completamente alineado con lo que el Grupo de Lima denominó como «La Doctrina Betancourt», esto es, contribuir a la caída del «régimen chavista» a partir de mecanismos de presión diplomática y boicot económico. Al mismo tiempo, se impulsan políticas abiertamente paramilitares como las guarimbas y los actuales «comanditos» alentados por María Corina Machado, lo que no es otra forma de incorporar el crimen organizado en la estrategia de desestabilización de lucha callejera y construcción mediática de escenarios de coatización.»
Una de las virtudes del desarrollo de un conflicto, es que en su desarrollo se ven conociendo los verdaderos intereses y alineamientos de los actores sociales y políticos.
Recientemente en su giro por Europa para apoyar una Cumbre pro Ucrania, el presidente Gabriel Boric se refirió a la supuesta confusión de gobiernos latinoamericanos de izquierda, que creerían que Putin es de izquierdas, cuando en Europa es apoyado supuestamente por la ultraderecha. Esta semana hemos visto como Chile votó en la putrefacta OEA (donde no participa Cuba, Venezuela, Nicaragua y se está saliendo México) junto a EEUU y todos los gobiernos de derecha de la región una nueva maniobra para intentar aislar a Venezuela. Les faltó un voto y no fue precisamente el de Chile. Hoy el eje Lula-Petro-AMLO buscan sacar a Chile de una posición golpista activa, por lo que se han mantenido conversaciones y preparado visitas protocolares con el Presidente chileno.
Lo que antes era una especulación basado en los estrechos vínculos de Boric, Jackson y el Frente Amplio con agencias pro occidentales, fundaciones alemanas, la fundación Soros y el Partido Demócrata Norteamericano, hoy es evidente su alineamiento pro EEUU tanto en el conflicto en Ucrania como en el nuevo intento de desestabilización en curso en Venezuela.
Las primeras declaraciones del presidente Boric sobre la entrega de los resultados de la elección presidencial en Venezuela, apuntaron a desconocer los resultados e instalar la tesis de un fraude electoral.
«El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados.
Desde Chile no reconoceremos ningún resultado que no sea verificable.» señaló en la Red X.
En la misma línea, la diputada Maite Orsini ex RD y hoy parte del denominado Partido Único del Frente Amplio, señaló en una publicación en la red instagram, que para ella «En Venezuela hoy gobierna una dictadura». Más adelante señala: «Es momento de exigir una transición pacífica hacia la democracia. La comunidad internacional debe trabajar mancomunadamente para restaurar las libertades y los derechos que el régimen de Maduro ha arrebatado al pueblo venezolano.»
«Régimen», «dictadura» y «transición» son parte del arsenal con la que EEUU y la cloaca medial han promovido una matriz contraria al chavismo.
De esta forma, el Frente Amplio chileno aparece completamente alineado con lo que el Grupo de Lima denominó como «La Doctrina Betancourt», esto es, contribuir a la caída del «régimen chavista» a partir de mecanismos de presión diplomática y boicot económico. Al mismo tiempo, se impulsan políticas abiertamente paramilitares como las guarimbas y los actuales «comanditos» alentados por María Corina Machado, lo que no es otra forma de incorporar el crimen organizado en la estrategia de desestabilización de lucha callejera y construcción mediática de escenarios de coatización.
