Ahora o nunca
Por Fernando Cajas
Los guatemaltecos, cansados de escuchar quejas sin acciones decidieron ir a las urnas este 25 de junio para cambiar el rumbo del país. Los y las guatemaltecas ya decidieron cambiarle la dirección a este país. Cansados de tanta corrupción, gobernados por manipuladores, mentirosos, payasos, asesinos, psicóticos, han decidido cambiar este trágico destino. Un país cuyos índices de desarrollo humano son tan bajos, o más; que los países más pobres del mundo. Guatemala no es un país pobre, es un país empobrecido por la avaricia, miopía y descaro de gobernantes títeres de sus verdaderos jefes, léase: empresarios corruptos, narcotraficantes locales e internacionales,
académicos indiferentes y ciudadanos manipulados.
No es fácil leer, y menos entender; lo sucedido este 25 de junio en las elecciones a presidente de Guatemala. En principio hay que reconocer que el Movimiento Político Semilla era la única opción honesta viable dentro de la gran oferta a la presidencia. Nuestra ruina estaba asegurada si votábamos por la pseudo derecha mentirosa o la pseudo izquierda populista. El Tribunal Supremo Electoral, TSE, que se la pasó decidiendo quien podría ser un obstáculo para los planes macabros del poder de turno, descuidaron a Bernardo Arévalo, a quien lo ubicaban en el lejano puesto ocho.
La sorpresa fue que el Movimiento Semilla capturó a suficientes personas para ubicar a Semilla en la segunda posición y darle la opción de participar en una segunda vuelta, este 20 de agosto. Este evento es tan importante como lo fue la Revolución de octubre de 1944, tan importante como el movimiento social del 2015, tan importante que el 20 de agosto nuestro futuro como país se decide. A la candidata Sandra Torres ya la conocemos desde que actuara como «primera dama», cuando usurpó las funciones presidenciales. Su ansia desmedida de poder refleja una personalidad parasitaria, manipuladora, calculadora, dispuesta a negociar de todo por conveniencia, desde su
matrimonio para participar como candidata a presidente hasta la impunidad de sus jefes, para cuando supuestamente llegue a la presidencia.
Bernardo Arévalo representa, por otro lado; la verdadera naturaleza digna de la gran mayoría de los y las guatemaltecas: honestas, claras, con una visión ni de extrema izquierda, ni extrema derecha, mesurado. Yo le conozco personalmente. Este es el cambio por el que hemos luchado por decenas de años.
Para lograrlo, debemos organizarnos desde las comunidades, rurales o urbanas, desde la colonia, el condominio, la cuadra, el barrio, el caserío, la aldea, la ciudad, el municipio, el departamento, el país. No sabemos cómo va a reaccionar el Pacto de Corruptos a este traspié del TSE. Para evitar que Arévalo llegue a la presidencia, inventaran que es comunista. Para ello, reproducirán historias de terror como que «los comunistas comen personas», así solían hacerlo en los años 50 del siglo pasado. Dirán que Semilla eliminará la propiedad privada y nos despojarán de
nuestros bienes. Nada más lejano de la verdad. El Movimiento Semilla es un proyecto serio, con un plan de gobierno consensuado, democrático, no comunista, claro, viable, con cuadros dirigenciales capaces de hacer gobierno honesto y eficiente.
La decisión está de nuestro lado como ciudadanos guatemaltecos. Es ahora o no será nunca.
