Un Estado Capturado: Un Estado Liberado

Fernando Cajas

El Golpe de Estado Alineado, que antes fue en cámara lenta ahora ha tomado la velocidad de la transmisión de mentiras que hace el poder ejecutivo, dirigido por Miguelito, el judicial, dirigido por Porras y el legislativo dirigido por Shirley, todos alineados a los intereses del Pacto de corrutos, dirigidos por una parte importante del CACIF,  la asociación poderosa de empresarios que ahora tienen entre sus nuevos miembros a los narcos, coyotes y red de alcaldes corruptos del partido hiper corrupto llamado Vamos que hizo millonarios a sus candidatos a alcaldes alrededor del país y que permite la corrupción a diestra y siniestra en el Congreso.

Si bien el Paro Nacional se ha enfocado en la solicitud de la renuncia de la fiscal, el fiscal de la FECI y el juez del Juzgado Séptimo, ese no es el objetivo realmente porque todo el Estado está cooptado a tal extremo que los narcos y coyotes de forma cínica facilitan recursos a la lucha contra el Paro Nacional. Este Paro Nacional, negado por la derecha y la izquierda recalcitrante, es el efecto visible de que nos estamos integrando en todo el país para demostrar nuestro descontento y para dar el primer paso en recuperar el Estado. Para eso Arévalo debe tomar posición el 14 de enero del 2024.  Eso es justamente lo que el Pacto de Corruptos y su ejecutivo, legislativo o judicial tampoco quieren y por eso alineadamente están dando este cuartelazo jurídico.

El objetivo inmediato es que renuncie la fiscal, el de la FECI y el juez del juzgado séptimo. Pero eso no es el objetivo único ni del Paro Nacional ni del Movimiento Social emergente. Si en este momento estos tres renuncian el movimiento seguiría porque tiene un objetivo más profundo, transformar esta sociedad. La independencia de Guatemala de la corona española no fue para crear un mejor país para todos, no; era específicamente para no pagar tributos. Pero los movimientos sociales post independencia emergieron al verse grupos de ladinos e indígenas no representados por la nueva República.

Nace entonces un proyecto de separación de Guatemala, el que era liderado en Quetzaltenango, pero tenía raíces en lo que entonces era Sololá y principalmente Totonicapán, incluyendo San Marcos. Previo a la revolución liberal de 1871 Quetzaltenango intenta separarse y por respuesta el gobierno central fusila al concejo municipal que se había convertido en la cabeza del nuevo Estado de los Altos. Un título de Arturo Taracena nos lo recuerda: «Invención criolla, sueño ladino, pesadilla indígena: Los Altos de Guatemala: de región a estado, 1740-1850.» Este Movimiento Social del 2023 tiene el potencial de recrear bajo otras condiciones, con menos contradicciones, un nuevo Estado de los Altos ante la negligencia de los poderes alineados del ejecutivo, legislativo y judicial de hacer un golpe de estado.

                La historia para llegar aquí hoy es larga. Esta lucha por Quauhtlemallan es larga. La conquista española generó movimientos de resistencia que permanecen. Las protestas universitarias de 1920 en contra de Manuel Estrada Cabrera terminaron con el derrocamiento de Jorge Ubico y el desarrollo de la Revolución de octubre de 1944 que a pesar de sus logros dejó una agenda inconclusa. Lo mismo para los Acuerdos de Paz, que a pesar de su firma luego no fueron vinculantes al accionar del Estado guatemalteco y nadie les hace caso. Ese conjunto de eventos siempre, siempre consideró de menos a los movimientos indígenas a pesar de ser la mayoría de la población guatemalteca. La toma de conciencia sobre nuestra identidad nacional aún no se da, pero este movimiento del 2023 es el primero que inicia rompiendo viejas dicotomías y hace despertar a la población.

                El nuevo gobierno de Arévalo y Herrera trae esperanzas para todos, menos para el Pacto de Corruptos. Debemos asegurarnos que no se de el golpe de estado y defender, con nuestras vidas, este intento de cortar nuestro derecho de refundar nuestro país. El modelito de corrupción ya llegó a su límite. No podemos seguir creyendo que este grupo de politiqueros dejaran de ser corruptos. Ellos harán hasta lo imposible por sostener sus privilegios y nosotros debemos unirnos, romper lo que aparentemente nos desune para replantear el futuro de nuestra vida en este país.

                Los días que vienen serán difíciles. No debemos caer en la tentación de la violencia. Debemos seguir hablando. Debemos seguir negociando lo que se pueda negociar de la metodología de nuestra Resistencia. Lo que no es negociable es que den golpe de estado. Eso no. Ya ni la renuncia de la fiscal se vuelve importante. La lucha será cruenta, dura, desigual, mediada por infiltrados y con las redes sociales cooptadas por mercenarios tecnológicos, canales nacionales del Alba Visión pagados sólo para confundir y para mantener la narrativa de que Giammatei está vestida de primera comunión, de que la fiscal cambió totalmente la función del Ministerio Público y ahora es el defensor de la democracia, dicen.

                Por primera vez en la historia democrática nuestra hemos tardado tanto en saber si efectivamente a quien elegimos, Arévalo, lo van a dejar tomar posesión. Toda pinta para que no lo dejen y salgan con su grito de ¡fraude!, ¡fraude!, ¡fraude! Mentiras, quieren dormir al sueño. Su narrativa es una sarta de mentiras que ni ellos se creen. Pero eso no significa que debemos confiarnos. Estamos en un equilibrio inestable. El sistema se puede ir a un lado o a otro dependiendo de sus grados de libertad y de la forma en que actuemos. Yo sé que somos resilientes, somos resistentes, ahora seamos inteligentes y realmente unámonos, unámonos. No dejemos que nos separen en los próximos días y que de lleno se cierren porque entonces nuestra desunión les dará el triunfo y seguirán robando, manipulando, manoseando. Aún podemos detener este ridículo golpe de estado alineado, uniéndonos nosotros. O es ahora o no será nunca Guatemala.

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