Selección fallida, democracia en riesgo

Mario Rodríguez Acosta
En este momento, Arévalo tiene el poder por instinto y lo ejerce por impulso. Pero cada día, su capacidad de actuación disminuye significativamente, en algunos casos debido a la oposición, en otros a la presión de las instituciones como la Corte de Constitucionalidad y, en menor medida, debido a la falta de habilidad e incapacidad de sus propios funcionarios. Además del cansancio causado por el ejercicio del poder, muchos seguidores del tío Bernie están descontentos por esto, más cuando sus nombramientos no son los más acertados, como el reciente gobernador del departamento de Guatemala, un admirador del corrupto de Giammattei.
Si bien es cierto que, a la hora de gobernar, todos los candidatos se desdicen de sus programas y a la hora de negociar, todos se parecen entre sí. Eso sigue siendo igual con Bernardo. Pero el cinismo de Jimmy Morales, un ladrón y corrupto, y la desfachatez de Giammattei, otro corrupto criminal; ex presidentes no han tenido escrúpulos en la vida y al lograr el poder alcanzaron impunidad, protección y consuelo que le otorga la fiscal general para todas sus fechorías, también es cierto que lo hecho hasta hoy por Bernardo, no tiene nada que ver con los otros dos.
Por otro lado, Arévalo fue declarado enemigo y objetivo prioritario por la fiscal general, a petición expresa del pacto de corruptos. Ahora mismo está siendo perseguido, mientras el golpe de Estado que lleva a cabo se concreta, se le hace la vida imposible para reducirle los espacios y que pueda gobernar. Lo ideológico de la cruzada contra Semilla, solo se explica por el discurso que sustenta las ilegalidades con las cuales pretenden penalizar la victoria obtenida en las urnas.
Ahora bien, por qué entonces Arévalo insiste en otorgar puestos a gente que no se identifica en la lucha contra la corrupción, por no decir que han sido parte del pacto de corruptos de forma pasiva o activa en alguna parte de su vida política. Imaginemos a Maquiavelo explicar las razones de los nombramientos hechos hasta ahora. Pues razones sólidas ha de tener, más cuando la lógica manda a negociar en donde no tienen mayoría, ni aspira a tener una estructura que le respalde.
La pregunta que retumba en las redes sociales al conocer el nombramiento de Diego de León cómo gobernador es: ¿y quién es Diego de León? No será un ilustre desconocido, si nos atenemos al efusivo saludo que la diputada Andrea le envió por X.
Debemos reconocer que culpa de Arévalo no es, pues los Comités de Desarrollo están plagados de alimañas que pululan con el respaldo de los diputados y alcaldes. Si Diego es cuestionado, no quiero imaginarme los otros de la terna y los otros que, vista las cosas, han quedado fuera de toda posibilidad. Imaginemos a los patrocinados por Allan Rodríguez que clase de gente será.
La respuesta que más se me antoja sobre la designación de los gobernadores es que ha sido una experiencia democrática fallida. Y de este Diego, solo se puede decir que es un anti chairo, pero con suerte. Y nosotros pensando mal.