Lo ilusorio de la libertad de prensa

JAIRO3

Autor: Jairo Alarcón Rodas

Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido.

Malcom X

La información es importante en toda sociedad, en todo comportamiento humano, sin ella, las personas no podrían orientarse con asertividad, bajo determinada circunstancia, todo sería imprevisible o, simplemente el accionar de las personas, daría lugar a equívocos, conduciría al error.

Pese a ello, la mayoría de las personas se desenvuelven en un nivel superficial y así, como sujetos programados, dentro de la realidad, se desenvuelven y, muchas veces, actúan por medio de la forma primigenia del ensayo y el error. De ahí que, para muchos, comprender la realidad no representa algo relevante, algo importante para sus vidas, si lo es, conducirse medianamente en ella.

A quién le interesa, por lo tanto, conocer la realidad, estar bien informado, quizás a muchos, sin embargo, pocos se toman el cuidado de reparar en, si lo que les informan es certero, concuerda con la realidad de los hechos. Vivimos en un tiempo, me decía un amigo extranjero, en el que las personas creen todo lo que dice la televisión y las redes sociales y no me refiero, destacó, a las sociedades en vías de desarrollo, sino al mundo entero. Existe poco criterio para distinguir la verdad del engaño, no hay interés en su diferenciación.

Con relación a ello, Umberto Eco, comenta: He leído un suelto en el numero de la revista Internazionale de primeros de marzo de 2008, en el que se habla de una encuesta realizada en Gran Bretaña; según aparece una cuarta parte de los ingleses piensa que Churchill es un personaje de fantasía, y lo mismo sucede con Gandhi y Dickens. En cambio, muchos de los encuestados (aunque no precisa cuántos) habrían incluido entre los personajes que realmente existieron a Sherlock Holmes, Robin Hood y Eleonor Rigby. A qué se debe tales suposiciones, por qué tanto desacierto en un país que presume que su población está bien informada.

¿Qué tanto influyen las equivocaciones en la vida de las personas, en el desenvolvimiento de las sociedades? Si en un mundo cada vez más de apariencias y de mentiras, su funcionamiento sigue su curso, con aparente normalidad, como la Matrix que, creada y controlada artificialmente por máquinas, somete a los humanos a un mundo virtual de engaño, en donde les es difícil, a los sometidos, distinguir la realidad de lo ilusorio.

En la actualidad, la modernidad liquida ha establecido un mundo de inmediateces, cada vez más práctico, en donde el hacer, no da cabida a recapacitar, en donde prevalece el individualismo, con la indiferencia hacia el otro y la seguridad, la estabilidad cada vez está más ausente. Como resultado, ya no da tiempo para reflexionar, ir más allá de lo inmediato, romper con los fetiches establecidos y se vive, como diría Karel Kosik, en un claro oscuro de verdad y engaño.

Así, la manipulación de las voluntades, por medio de la persuasión, utilizada tanto publicistas en sus campañas comerciales, como por políticos en las contiendas electorales, se nutre de las debilidades humanas, es decir, de las flaquezas intelectivas, de los errores de razonamiento, en donde los estrategas de la manipulación, que responden a los consorcios comerciales y a los partidos políticos obtienen provecho.

El capitalismo cosifica, para ellos como lo señalara Erich Fromm, las sociedades, se convierten, simplemente, en multitudes anónimas, a las que denominan grupos objetivos, siendo estos a los que, tras un análisis de sus debilidades, que la desinformación y mensajes subliminales apunta. Apelando a las emociones, instalan la información que les conviene, sin el menor escrúpulo ni ética de su veracidad, pues el fin es obtener la mayor utilidad de eso.

De ahí que, lo que se informa, puede ser instrumento de liberación o de alienación. Es por eso, lo importante que es, el control de los medios de comunicación, para aquellos que pretenden agenciarse del poder o mantenerse en él, a través de la instrumentalización que pueda hacerse de las noticias. Por aparte, aquellos que se dedican a trasmitir información, necesariamente requieren de capital para lograrlo, convirtiendo así la noticia en mercancía y convertido a los medios tradicionales de comunicación, en empresas lucrativas, en negocios cuyo fin principal es obtener ganancias.

En tal sentido, al parecer la información no puede desligarse de instancias de poder ni de criterios comerciales, y es precisamente eso, lo que puede dar el carácter persuasivo, manipulador, engañoso, a las noticias que transmite. ¿Qué tanta veracidad hay en la información que circula a través de los medios? Pensadores de la talla de Noam Chomsky, Ignacio Ramonet, Julian Assange, han advertido desde hace mucho tiempo sobre la importancia que representa el control de los medios de comunicación y, desde luego, de la información que transmiten pues con ello aumenta el grado de desinformación.

De ahí que se diga que, quien posee la información, ostenta el poder. Pero, cómo entonces agenciarse de esa información correcta, será posible que esté al alcance de todos.

Dado que la información puede estar constituida por mensajes equivocados, tendenciosos, falsos y, por lo tanto, en vez de orientar, desoriente o represente un instrumento ideológico de manipulación de la voluntad, de la población, para mantenerla bajo el control de las élites dominantes, romper con esa hegemonía noticiosa se hace muy difícil mas no imposible.

Qué significa entonces para el común de la gente, estar bien informado, si los medios, en el mejor de los casos, publican una información sesgada, alejada de la objetividad de los hechos. En donde radica la libertad de prensa, se queda eso simplemente, en el acto de comercializar la información y el criterio consabido de ocultar los hechos, en la tergiversación de la noticia, en el engaño para beneficio de la empresa.

Los medios de información tradicionales han vivido de la comercialización de la información, como empresas lucrativas, les importa esencialmente sus ganancias y, con contadas excepciones y en determinados momentos históricos, algunos permiten transmitir noticias objetivas, dependiendo del riesgo que puedan causar, a los entes poderosos del mundo, a sus anunciantes, a su sesgo ideológico. Presumen de la libertad de información y de prensa, pero lejos está de convertir eso en una realidad.

Así, pese a que estar bien informado, es un derecho inalienable del ser humano, sustentado en la carta de las Naciones Unidas, la desinformación, las mentiras, las noticias falsas, prevalecen y son difundidas por los medios que enarbolan el estandarte de la libertad de prensa y critican férreamente a los gobiernos en los cuales la prensa, ostenta un sesgo del estado.

Será que las sociedades están condenadas a una prensa comprometida con los intereses de los poderosos, que obedece a los intereses del capital, a los que no les interesa en lo más mínimo la noticia veraz y que lejos está de ser una prensa libre, digna y responsable.

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