Hacia la tripolaridad geofinanciera: petrodólar, petroyuán y rublo-oro
Alfredo Jalife-Rahme
El portal Zero Hedge cataloga el ensayo de Zoltan Pozar de obra maestra
de las geofinanzas (). Alastair Crooke –ex espía del MI6 británico y ex asesor de Javier Solana, ex canciller de la Unión Europea– lo cita reverentemente (), así como el connotado geopolítico brasileño Pepe Escobar ().
Con antelación, Bloomberg, muy cercano al Partido Demócrata, había dado vuelo al paradigmático concepto de Pozar sobre el ascenso del petroyuán y el declive del petrodólar (https://bloom.bg/3IMZGlb). Pozar ha sido catalogado como el gurú del Repo (repurchase agreement)
: empréstito de corto plazo para los mercaderes de tenencias gubernamentales (), quien operó en la megaestratégica Reserva Federal de Nueva York, mediante su hierático shadow banking (banco en las sombras, ). Para facilitar las cosas a nuestro nivel leguleyo, Pozar es un megapeso-pesado quien pudiera ser, de acuerdo con la dinámica de los eventos, el Keynes del siglo XXI sobre el nuevo orden geofinanciero que se disputarán el petrodólar, en declive, y el petroyuán, en ascenso irresistible.
Hoy Pozar funge como el cerebro monetarista de Crédit Suisse, donde expone sus dos puntos seminales: 1) El gravamen de las materias primas (commodity encumbrance)
que significa una rehipoteca
, y 2) el eslabón perdido para el inminente Bretton Woods 3
: el petroyuán. Aunque lo cite en forma tangencial, a Pozar –quien define óptimamente la fractura bipolar entre el petrodólar y el petroyuán– le faltó otro eslabón: el rublo-oro
.
A juicio de Pozar, traducido por Zero Hedge, Putin podría desencadenar un infierno (sic) en el sistema financiero occidental pidiendo que, en lugar de dólares, los exportadores del petróleo ruso sean pagados en oro (¡megasic!), efectivamente fijando el petróleo al oro y lanzando el petro-oro
. ¡Sería más bien el rublo-oro
! Por lo pronto, China ha empezado a comprar en forma secreta (sic) centenas de toneladas de oro físico (). Mi muy humilde opinión es que arrecia la guerra de las materias primas (commodities war)
.
Durante 2022, el genial financiero húngaro Pozar expuso insistentemente que en un momento cuando el mundo va de la unipolaridad a la multipolaridad, los actos de los jefes de Estado son de lejos más importantes que los actos de los gobernadores de los bancos centrales
. Con justa razón, Pozar atribuye un enorme relieve a la expansión del BRICS
, en detrimento del G7. Pozar encumbra la visita del mandarín Xi Jinping a Arabia Saudita y a su acuerdo con las seis petromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo –que, dicho sea con humildad de rigor, aquí ponderamos en su justo momento como el zeitgeist (espíritu del tiempo
) del siglo XXI ().
El británico Crooke, a mi juicio uno de los óptimos geopolíticos del mundo, tras haber abordado magistralmente los dos objetivos estratégicos irreconciliables de EU –balcanizar Rusia y mantener la hegemonía del dólar ()–, comenta que “el eje China-Rusia enciende las llamas de una insurrección (sic) estructural contra Occidente en la mayor parte del resto del mundo
. Sus llamas tienen como objetivo “hervir a la rana lentamente ()”. Crooke aduce que partir de la Doctrina Wolfowitz de 1992 (), EU ya se había preparado a la guerra contra Rusia en Ucrania y ahora el general estadunidense James Bierman explaya sin tapujos al Financial Times que EU “monta el teatro (sic) para una posible guerra con China (https://on.ft.com/3GFkIQe)”.
Hoy China y Rusia han construido una relación estratégica con la OPEC+, Irán y Venezuela. Resalta y resulta que Rusia, Irán y Venezuela representan 40 por ciento (¡megasic!) de las reservas probadas de petróleo y cada uno de ellos vende su petróleo a China en renmimbi
. Lo relevante es que, a juicio de Crooke, también Rusia y China y los planificadores (sic) del BRICS han estado laboriosos en armar su propio teatro (sic)
.
Fuente La Jornada