Guatemala. Una esperanza condenada a la apatía
Ollantay Itzamná
Quienes volteamos la mirada hacia la Guatemala electoral 2023, vemos con pesar la fugacidad con la que se difumina la esperanza juvenil que espontáneamente se aglutinó y aglutina alrededor de la organización política Semilla, ganadora de las recientes elecciones presidenciales.
La secuencia de los escenarios teatrales político electorales que los dueños de la obra nos colocan a la vista tiene el objetivo de mantenernos como a focas aplaudiendo a los falsos mesías enviados por el Imperio anti Guatemala. Para ello, los poderes hegemónicos corruptos y corruptores “hacen pelear a sus corruptos con los que no necesariamente son sus corruptos”.
Incluso construyen mediáticamente a “diablos y diablas” para que la bronca chapina estalle contra esos “enemigos de Guatemala”. Pero, en las protestas sociales “por la democracia” ni se menciona a los dueños del circo. Más por el contrario reciben a Luis Almagro de la OEA, o a … responsable de la USAID en Guatemala como al mismísimo Cristo a la mismísima Virgen María.
¿Cómo ingresamos a este teatro politicida?
El referido teatro siempre estuvo presente por más de dos siglos de República, quizás con dueños diferentes.
El capítulo político electoral actual de este teatro nace en el escenario “de la guerra anticorrupción” made in USA instalado socialmente en 2015. En este contexto deciden crean al actor político Semilla, luego constituido en partido político de manera ilegal según el cuestionado Ministerio Público (MP).
Los fundadores de Semilla, quizás con excesiva confianza en el respaldo norteamericano, vía Embajada y la USAID, falsificaron 5 mil firmas de adherentes, de los 23 mil o más que exigía el Tribunal Supremo Electoral (TSE), para inscribir el partido. Esta acción ilegal, ahora, lo admiten, y buscan redimir “culpando a los jóvenes que buscaron adherentes”. Ojo, Semilla nuclea al sumum de la intelectualidad de la clase media “progresista” de Guatemala. ¿Cómo permitieron ello? ¿Acaso desconocían que la Ley y los jugadores serían implacables?
Esta ilegalidad es la base jurídica que “mañosamente” utiliza el MP para sostener la anulación de la personería jurídica de Semilla. Pero también es la razón del inicio de la pérdida de confianza del electorado hacia este partido político que prometió ser “trigo limpio” en medio tanta maleza de corrupción.
¿Estamos atascados y condenados a la apatía política?
El proceso electoral 2023, al igual que los otros anteriores, fue antidemocrático con los pueblos indígenas y sectores populares. Los excluyó sistemáticamente, y cuando intentaron participar en las urnas, los aniquilaron legalmente.
Se organizó y realizó el proceso electoral 2023 con vicios de ilegalidades promovidas y permitidas por el propio TSE. El electorado fue a las urnas. Eligieron a su nuevo presidente. Ahora, las instituciones judiciales persiguen selectivamente a los actores… Si castigan a representantes del partido Semilla, también deberán castigar a los de otros partidos. Es más, incluso a los magistrados del TSE.
Lo cierto es que, en esta escena del teatro democrático de Guatemala, no sólo se anula la aparente institucionalidad estatal, sino que se inyecta una dosis alta de fastidio y frustración en el sentimiento del electorado, en especial joven, hacia la supuesta praxis democrática. En consecuencia no sólo se siembra apatía política, sino incluso se estimula en la población la “sensación térmica” de: que vuelva una “mano dura” para que ponga orden. Esta escena es una condición de posibilidad para el retorno de la tiranía.
Felizmente, en este país de la “eterna tiranía” núcleos rurales y urbanos se organizan, desde algunos años atrás, e impulsan la propuesta de un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional para crear un nuevo ordenamiento jurídico, nuevas instituciones, nuevos horizontes de vida.