¿Estaremos ya en la Fase Final?
Fernando Cajas
Desde que Bernardo Arévalo pasara a segunda vuelta de forma sorpresiva el mundo se les cayó a los corruptos. Su candidato Conde Orellana, quien pagó a diestra y siniestra, no ganó. ¡No ganó! Era el acabose político no solamente del partido hiper corrupto Vamos sino también era la crónica de la muerte anunciada del Pacto de Corruptos. Estos iniciaron con un plan de emergencia, cuyo punto de llegada siempre fue, es y será el Golpe de Estado en Cámara Lenta, suavecito, técnico, sin cuartelazo, judicializando todo a pura usurpación del Ministerio Público, MP, sobre el Tribunal Supremo Electoral TSE. Y en efecto, eso han hecho. Han construido una narrativa falsa, incongruente, insensata, estúpida, queriendo hacer creer a los ingenuos que Semilla tiene problemas, que cometieron fraude. En esa narrativa desdibujada el MP resulta ser el defensor de la democracia.
Yo no creo que tenían organizado el golpe de estado como tal, pero si habían acumulado experiencias importantes como para consolidar al Pacto de Corruptos, adhiriendo a figuras clave como al rector de la Universidad Nacional, USAC, Walter Mazariegos y a buena parte del Consejo Superior Universitario con el objetivo de cooptar a las altas cortes, y poner a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad, CC, que les diera la gana. La noche del 25 de junio 2023 la resistencia guatemalteca dio un golpe letal al Pacto de Corruptos. El mismo día en que celebramos el día del maestro, ese mismo día, Semilla dio un golpe maestro al Pacto de Corruptos, literalmente los dejó fuera de la segunda vuelta, fuera de la presidencia, fuera del legislativo, fuera. Empezaron los lamentos: «te dije que sacaras a Semilla», «hubieran sacado a Arévalo junto con Pineda, se los dije». Pero no, ya todo estaba dicho esa noche obscura para Miguel Martínez, el auto proclamado cerebro del Pacto. Pero la calma no reinó en esa casa de encuentro. Miguelito reaccionó como siempre: Neurótico, psicótico, a gritos llamó a su empleada doméstica, Consuelo, a quien le ordenó que limpiara la mesa.
El Pacto de Corrupto se ha enfocado en evitar que Arévalo y Herrera tomen posesión, pero no se han dado cuenta de que al mismo tiempo la sociedad guatemalteca ha cambiado, rápidamente ha cambiado. Han sido meses de planteamiento, replanteamientos, cuestionamientos y de la construcción de una organización social diferentes previo, y durante, al intento del golpe de estado. Hemos tenido, como pueblos, experiencias que nos hacen diferentes. De estas experiencias el Paro Nacional de octubre 2023 resalta por ser un evento si bien liderado por los 48 Cantones ha tenido participación espontánea de muchos grupos, de muchas comunidades en todo el país. El Pacto de Corruptos a través de su Golpe de Estado en Cámara Lenta están, al final, catalizando la nueva organización guatemalteca. Está emergiendo un movimiento social por la liberación de Guatemala.
Para reconocer si realmente estos eventos que se han desarrollado durante estos años de lucha contra la corrupción, especialmente del 2015 para el 2023 son parte de un Movimiento Social parto de una concepción amplia de movimiento social como aquel conjunto de luchas sistémicas en contra, o a favor, de una, o varias, prácticas sociales que se perciben dañinas, o benignas, para un grupo social. No es que un grupo de gente se sienta y dicen vamos a hacer un movimiento social. No. Debido a la naturaleza social de las interacciones el movimiento social, si emerge, tiene carácter contingente, se tiene un objetivo común, pero este se interpreta de diferentes formas por los actores sociales.
Los movimientos anti corrupción del 2015 como los del 2023 son parte de un movimiento social, creo yo. Es importante diferenciar las acciones aisladas de los movimientos sociales porque estos últimos si tienen potencial de transformación social. ¿Hasta dónde, hasta cuando las acciones anticorrupción en Guatemala se conformarán en un movimiento social? Repito la concepción de movimiento social de Vakaloulis: “la noción de movimiento social indica la persistencia de una interacción antagónica prolongada que va más allá del momento crítico de conflictos puntuales. Hace referencia pues a efectos de expansión y contagio, de repercusión intra e intersectorial, de desplazamiento de escala, de difusión desordenada de las disposiciones de protesta”.
En otras palabras, el movimiento social implica:
- Conjunto de luchas sistémicas por un objetivo común
- Interacción antagónica con el Poder de turno
- Efecto de expansión, contagio y repercusión intersectorial
- Desplazamiento de escala
- Difusiones desordenadas
Si se toma la lucha de la corrupción abanderadas primero por la Comisión Internacional Contra la Corrupción e Impunidad CICIG, cuya popularización se dio ya en el 2014 y se traza una línea de tiempo hasta el 2023, claramente el pueblo de Guatemala ha sido exitoso a pesar del contra ataque que planificó el CACIF, responsables de la macro corrupción nacional y dirigentes diligentes para expulsar a la CICIG. Esa lucha fue apoyada principalmente por grupos urbanos nacionales, La Plaza 2015. Este conjunto sistémico contra la corrupción siempre ha sido visto como bueno por otros grupos sociales, rurales o urbanos, pobre y ricos, indígenas y ladinos, pero que no fueron capaces de soportar el embate de la contra pro corrupción dirigida por CACIF y sus nuevos socios empresariales, los narcos y los coyotes. El triunfo de Jimmy Morales y de Alejandro Giammatei se basan en el debilitamiento del movimiento social del 2015 pero ese triunfo es momentáneo.
Las movilizaciones actuales, especialmente las de octubre, reflejan un enorme potencial de protesta y propuesta. Este es el momento de fortalecer el movimiento social en contra de la corrupción, en contra del golpe de estado, en contra del asesinato que están haciendo de la democracia. El último caso fabricado en contra de profesores y estudiantes de la Universidad Nacional, USAC, en el que involucran a Bernardo Arévalo y a Karin Herrera, solamente refleja la desesperación del Pacto de Corruptos. Ya no saben qué hacer. Ya hicieron de todos estos individuos, atrapados en su psicosis, hedonismo y corrupción. Ya no les queda más que pelear para que todo estalle. Están al borde de la desesperación. Por eso nuestra unión es nuestro triunfo. Por eso debemos defender a esta débil democracia que nos dará el camino hacia una nueva Guatemala, una de respeto mutuo, una de equidad, de oportunidad. Vamos Guatemala. O es ahora o no será nunca.