Mario Rodríguez Acosta
Si algo desacredita la democracia es el manoseo que se hace del sistema electoral. Y la democracia liberal que impuso la globalización le otorgo un peso muy grande al voto en elecciones libres y transparentes. Así que cuando ese proceso se ve afectado y deja de ser transparente, de inmediato se convierte en fraude.
En este momento lo que existe en Guatemala es un descarado proceso de ilegalidades electorales y políticas que van más allá de un simple fraude electoral. Es un proceso amañado para consolidar el poder, destruir a la oposición, lograr la impunidad infinita y saquear al Estado, como recompensa por consolidar la cooptación del Estado.
Y todo esto lo están logrando con suma facilidad. Sin oposición, con un malestar ciudadano que se maneja y se ataja en las redes sociales a través de un ejército de netcenter que desvirtúan el debate y siembran el odio en la sociedad. A la expulsión de los candidatos punteros, le sigue la no inscripción de los candidatos que molestan al régimen, aupado por la criminalización de la oposición. La judicialización de la política se convirtió en la mejor herramienta para consolidar el poder.
Estas elecciones están amañadas desde sus raíces. El fraude comenzó cuando los propios jueces no respetaron la constitución y se perpetuaron en los cargos. Cuando en un proceso igual de amañado, se logró configurar una Corte de Constitucionalidad a la medida de las aspiraciones de los grupos de poder. Cuando la cooptación del espectro político se logró sin protestas, con el acompañamiento y la conducción de la inteligencia militar, la élite empresarial y el crimen organizado, actores que en definitiva controlan el rumbo político del país, el pacto de corruptos quedó sellado.
No hay que olvidar que la corrupción también aumenta la pobreza y la desigualdad, erosiona la confianza y la cohesión social y debilita la estabilidad económica y política del país. Pero, están seguros que, por el momento, nada, ni nadie podrá cambiar el rumbo trazado. Ahora mismo, ni los votos masivos para determinada tendencia garantiza ese cambio. El poder se aferra a sus victorias y se regodea de sus logros, creen ustedes que estarán dispuestos a perder ese poder en una elección. Si lograron cooptar la institucionalidad pública, por qué no la electoral. La elección está decidida, y la democracia seguirá siendo un sueño de ingenuos.